Narrador
-¿Abril que has pensado sobre extender el viaje, al menos unos días?
Preguntando a sus espaldas, sentado en un enorme sofá, mientras ella elegía un par de prendas como regalos para Ibbie, Abril se detuvo de pronto para girarse, y responderle
-Sabes que no podemos, la revista lleva tres meses sola Dante, además el niño de Ibbie está por nacer, y quiero estar allí.
Estando de compras en una de las paradas del crucero en Pompeya, el cual estaba por finalizar al día siguiente, Dante pretendía convencerla de no regresar por ahora, no por qué de verdad no quisiera porque no era así, solamente estaban disfrutando tanto su tiempo de pareja que de verdad temía que a su regreso por cuestiónes de trabajo, esta no sería igual.
-Me llevo este vestido, y me probaré este junto al traje de baño, ya regresó.
Elevando en su mano la pieza, Abril se la señaló a su esposo antes de caminar a los probadores mientras la vendedora iba por un par de vestidos más, y frunciendo sus labios sabiendo que el momento de convencerla era justo ese, él se colocó de pie para ir tras ella, encerrándose en el mismo cubículo.
-Dante ¿Qué haces aquí?
Tratando de cubrir su cuerpo desnudo antes de colocarse el vestido de baño, él llegó hasta ella, y sabiendo que su esposo no estaba tramando nada bueno, Abril intentó mirar afuera por si alguien había notado que él la había seguido.
-¿Qué quieres Dante?
Cerrando la puerta a sus espaldas, sosteniendo una prenda cubriendo su cuerpo, Abril preguntó; lo cual hizo que una sonrisa ladina se dibujara en el rostro de su esposo, al imaginar las mil, y una formas para convencerla de seguir su viaje.
-Convencerte, quiero solo 5 días más, seguir 5 días de viaje, solo tú, y yo
Abril negó con su cabeza, sabiendo que él no se daría por vencido, y tomándola de sus muñecas una vez notó que tenía que hacer algo más para lograrlo, él la acorraló en la pared a sus espaldas, subiendo las manos sobre su cabeza, haciendo que la prenda cayera al suelo dejándola desnuda
-5 Días Abril, no me hagas suplicarte.
Hundiendo el rostro en su cuello, Dante empezó a esparcir pequeñas mordidas por la zona, haciendo que ella gimiera despacio, mientras que empezaba a sentirse mojada, y deteniendo su recorrido en su oreja, dio una leve mordida antes de preguntar de nuevo.
-¿Estás segura de que no quieres?
Al ver sus mejillas sonrojadas, y su respiración acelerada, él supo que estaba cerca de lograr su objetivo, o al menos eso pensaba, hasta que ella, aun manteniendo sus manos inmovilizadas, agitó su cabeza en negación
-Sabes que tenemos que regresar
Para él, esto, en lugar de ser una humillación, suplicarle a su esposa de esta forma. Era lo más placentero que había hecho en su vida, por lo que manteniendo sus labios cerca a los de ella, la besó de manera demandante, introduciendo la lengua en su boca, mientras su mano libre bajaba por su pecho hasta llegar a su vagina, la cual empezó a estimular.
-Solo piénsalo bien, Abril
Separando sus labios, Dante empezó a bajar por su cuello hasta llegar a sus senos erectos, los cuales atacó enseguida, recorriendo sus pezones sensibles con su lengua, e introduciendo dos de sus dedos en su interior, este disfrutó ver como Abril cerraba sus ojos, estremecíendose por su toque.
El pequeño cubículo empezó a invadirse del sonido de los gemidos que Abril intentó callar mordiendo sus labios, y acelerando las estocadas de sus dedos en el interior de ella, él mordió sus labios al sentir como las paredes de su vagina se comprimían anunciando el orgasmo que se avecinaba.
-Vamos cariño córrete para mí, pero primero dime que seguiremos
Besándola de nuevo sin dejar de penetrarla, las piernas de Abril se debilitaron, una vez el clímax fue alcanzado, y liberando sus manos una vez logró lo que quería, Dante la tomó de la cintura al pensar que se desplomaría al suelo
-Tengo que salir de aquí, antes que alguien nos vea... Solo recuerda que te amo
Acunando su rostro, la besó una vez más, y permaneciendo aún de pie, sintiendo sus piernas como una gelatina, Abril vio como Dante salió del probador, dejándola bastante agitada.
-¡Infeliz!
Terminando de vestirse tan rápido como su cuerpo tembloroso se lo permitió, Abril se colocó el vestido que compraría, y saliendo al espejo más cercano, observó la prenda holgada, estilo veraniego con estampado de flores.
- Me lo llevo, está hermoso
Viendo a la vendedora acercarse, Abril le indicó enseguida que llevaría la prenda, y sonriendo al recordar que vio a Dante salir del probador, esta no pudo dejar de imaginar las cosas que ese par hizo allí en el interior, que acercándose a ella, se limitó a responder
-Me imagino que su esposo la ayudó a medírselo
Las mejillas de Abril se tornaron rosas al ver que los habían descubierto juntos, que sonriendo nerviosa se apresuró a pagar sus compras para salir del lugar
-¡Te voy a matar Dante!
Golpeando a su esposo con la pequeña bolsa un par de calles alejados de la tienda, él empezó a reír sabiendo a lo que se refería ella, que deteniendo sus pasos la tomó de los hombros antes de decir.
-¿Ves lo que tienes por no acceder a mis peticiones? Abril, mi intención no era esa, pero ya que las cosas sucedieron así, no puedo hacer nada, además... Dime que no lo disfrutaste tanto como yo.
Abril empezó a reír, reconociendo también que ella lo había disfrutado tanto como él, que abrazando el torso de Dante escondió el rostro en el pecho de su esposo antes de decir
-Está bien, me has convencido. ... Nos quedaremos 5 días más, eso sí... Después de eso nos vamos
Dante le dio un beso sutil a Abril, una vez ella aceptó quedarse viajando ese par de días junto a él, que tomando su mano retomaron su caminata, de regreso al crucero
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Caminando con su enorme panza de 9 meses de embarazo, Ibbie se dirigía a su oficina, en el bufet Larson&asociados, para trabajar en un caso que le cedería a uno de sus colegas, ya que la fecha de su parto se acercaba.
Faltaba poco más de 7 días, pero sabiendo que en un proceso legal ese tiempo era fundamental para armar un caso sólido, ella prefirió ceder la información lo antes posible
-Buen día, señora Johnson, espero pronto poder conocer a su bebé
Acercándose a ella, su asistente la saludó acariciando levemente su barriga, y acompañándola hasta su oficina, esta notó que algo no andaba bien con Ibbie.
-¿Se encuentra bien señora?
Apoyando su mano en el escritorio una vez ingresó en su lugar de trabajo, la abogada palpó su barriga cada vez más pesada, que le complicaba hasta moverse en su rutina de trabajo, y frunciendo el entrecejo de su frente se quejó un poco por el peso que la estaba agobiando
-Digamos que sí, solo tengo dos días con un dolor bastante fastidioso aquí debajo, sin mencionar que en ocasiones se hace más intenso... Ahora cambiando de tema ¿Fowler llegó?
Preguntando por la persona que se encargaría de cubrirla durante su proceso posnatal, ibbie recorrió el lugar con su vista, y viendo que el hombre venía llegando en ese instante, elevó su mano para saludarlo, agitándola un poco
-Ahora tráeme, los archivos
Pretendiendo rodear el escritorio, Ibbie dio un par de pasos, y sintiendo como una pequeña descarga eléctrica se extendía desde su espalda baja hasta su pelvis, ella supo que la llegada de su bebé se aproximaba
-¡Kate! Llama a mi médico, dile que no me siento bien
Manteniéndose levemente encorvada mientras sostenía su barriga, Ibbie pidió llamar a su obstetra, quien era uno de sus contactos de emergencia, e iniciando sus ejercicios de respiración, ella pretendió calmarse
-Señora Johnson ¿Se encuentra bien?
Llegando a su lado, viendo como su rostro denotaba algún dolor, el señor Fowler procedió a preguntar, y tomándolo del cuello de su traje, una vez sintió que un dolor intenso atravesaba su cuerpo, Ibbie le ordenó
-¡Dile a Kate que llame a Cristian!
El hombre, un poco descolocado al ver a la prestigiosa abogada Johnson en ese estado, procedió a casi correr hasta su asistente, y diciéndole lo que esta le pidió, la chica regresó con el teléfono en su oreja hablando con Matheson.
-Señora Ibbie, él quiere hablar con usted
Manteniendo su mano reposando aún en el escritorio cuando el dolor cesó, Ibbie tomó el teléfono, y escuchando del otro lado a Cristian en un lugar muy agitado, le dijo
-Creo que el parto se adelantó, tengo dilataciones, así que iré al hospital
Matheson palideció al escuchar esto
¿No se suponía que faltaban un par de días para eso?
Por lo que removiéndose muy nervioso, el empresario pidió la cuenta del restaurante en el que apenas terminaba de comer, y saliendo lo más rápido que pudo, manteniéndose aún en la llamada, preguntó una vez escucho que Ibbie no decía nada más.
-¿Duele mucho Ibbie?
Para su mala fortuna, justo en ese instante la chica estába sufriendo una contracción, y aferrando su mano al artefacto en su oído, esta respondió un poco molesta
-¿Que crees tu Cristian Matheson? Por supuesto que sí, así que debes apresurarte que este niño quiere nacer
Subiendo a su auto este condujo al lugar indicado, mientras que a Ibbie su médico, envío una ambulancia a buscarla, una vez supo que el niño estaba por nacer
-Ibbie... Estoy aquí
Caminando hasta ella, una vez Cristian vio que esta era bajada de la ambulancia, el estrechó su mano para hacerle saber que estaría a su lado, y observándolo por primera vez en mucho tiempo de manera serena, la abogada fue ingresada para prepararla para el nacimiento de su hijo
-Señor Matheson su esposa, se encuentra en labor de parto, por lo que la ingresaremos a la sala para iniciar
El de verdad quería decirle al médico que Ibbie no era su esposa, que incluso no vivían en el mismo lugar, pero que por su hijo se hallaba allí.
Por desgracia, el miedo, y la ansiedad de no saber lo que se avecinaba, invadieron a Cristian, el cual en ningún momento se separó de Ibbie.
La acompañó incluso en su trabajo de parto, y colocándose a su lado mientras el médico la incitaba a pujar, este se encargó de limpiar sus lágrimas cuando el llanto de su hijo se escuchó por todo el lugar
-Felicidades, son padres de un hermoso niño
Lo que Ibbie no sabía era que el nacimiento de esta criatura los uniría más de lo que ella en algún momento podría esperar
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Ya te olvidé querido esposo
RomanceAbril Granfort fue obligada a casarse muy joven, solo para que su esposo pudiese reclamar su herencia, ella lo hizo por amor, el por ambición. El problema radica en que luego de ser abandonada por el durante 3 años, en lugar de morir de amor, surge...