Capítulo 49

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Narrador

Con sus ojos cristalizado producto de la impotencia, Dante golpeo una vez más la puerta con sus puños cerrados, sintiendo que su corazón estallaría, y viendo como está se abrió de pronto, se quedó de pie en completo silencio, observando a Abril que salía del baño a quien se veía con sus ojos rojizos de tanto llorar, aún enredada en la sábana.

-Abril ¿Dime que él no te lastimó?

Abril de verdad lo quería decir, de verdad estaría gozosa de mencionar que él solo la desnudó, que no profanó su cuerpo, pero al recordar su piel marcada con sus labios, las huellas de sus manos al recorrerla, el asco y la indignación que sentía, se reflejaron en su rostro.

-Abril... Habla de una buena vez.

La voz de Dante salió entrecortada al presentir lo que había sucedido, y empuñando su mano, intentó acercarse a ella, pero no lo logró, ya que su corazón se destrozó al verla retrocediendo un par de pasos.

-Responde Abril que me estás partiendo el alma con tu silencio

Él sabía que preguntar, la estaba lastimando, la estaba desgarrando por dentro, pero la desesperación, y su silencio lo tenían al borde del colapso, igual o más que a la misma Abril.

Él necesitaba escucharla, saber de su propia voz, que su hermano, con quien creció, la había dañado, pero no lo logró, en su lugar el silencio de la mujer que amaba dejó que su imaginación volara, acertando cuál había sido la atrocidad cometida

-Refundámoslo en la cárcel Abril, hagamos que Atlas pague por el daño que te hizo, pero dime algo

Abril hizo un mohín con su boca al escuchar las palabras de Dante, manteniendo sus manos aún aferradas a la sábana que rodeaba su cuerpo.

Ella de verdad sentía que esta no era la mejor solución, de hecho, pensaba que tenía que hacerlo pagar antes de revelar esta noticia que solo desataría una polémica de nivel demencial, en donde algunas personas la culparían a ella, por entablar una amistad con su agresor.

Por lo que ella, se quedó en silencio unos segundos antes de hablar, y bajando su vista, cuando el nudo en su garganta disminuyó, dijo

-Aun no... Buscaré otra forma de hacerlo pagar antes de encerrarlo, existe la posibilidad de que algunas personas lo ayuden a salir, ya que lo señalan como mi amante. Así que debo pensar con claridad antes de actuar

Para Granfort mandarlo a la cárcel luego de lo que le hizo, no era nada, comparado a lo que se merecía después de abusarla, por lo que caminando hasta el armario de la habitación, empezó a buscar su ropa para partir, ya que el sol había aparecido en el horizonte, y no tenía nada que hacer en esa ciudad.

-¿Que tienes pensado hacer? ¿Qué harás para que él pague por su crimen?

Una vez que Abril pasó por su lado de regreso al baño, Dante la detuvo tomándola del brazo de manera firme, no porque quisiera hacerla cambiar de opinión, porque jamás lo haría, de hecho pensaba que Atlas se merecía el peor final; Sino porque de ninguna forma la dejaría sola en ese momento tan difícil.

Abril, al sentir su mano cálida retener su brazo, desvió su vista a su mano, y tras respirar profundo, tragó las lágrimas que clamaban por salir de nuevo

-Aún no lo sé Dante... Pero quiero hacerlo pagar, quiero que Atlas Hackett experimente el dolor que siento en este instante, quiero que sienta el asco que siento por mí misma ahora, después de lo que pasó, y después lo encerraré

Dante observó con gran tristeza a su esposa después de decir tales palabras, se sentía tan culpable, él sentía que todo lo que estaba sucediendo era su responsabilidad por dejarla sola la noche anterior, por lo que rodeándola con su brazo, la atrajo a su cuerpo, y la abrazó en silencio, dejando que una lágrima rodara por su mejilla

-Y lo haremos, créeme que me encargaré de eso Abril, de alguna forma tengo que pagarte el daño que te hecho.

Sin decir nada más, después de llorar solo un poco en silencio, un par de segundos después, Abril, se zafó de sus brazos, y caminando hasta el baño de regreso, se preparó para marcharse a su ciudad, algo que hicieron sin mencionar palabra alguna durante el vuelo.

-Señores Hackett han llegado a su destino.

Una vez que el auto se detuvo a las afueras de la mansión que compartían, Abril descendió del vehículo, y quedándose en el interior de este, Dante escuchó como su teléfono, empezaba a sonar anunciando una llamada que no tomó enseguida, ya que no despegaba su vista de Abril, quien caminaba al interior de la propiedad.

-Dante Hackett ¿Qué se le ofrece?

Pensando que se trataba de otra persona, este respondió sin siquiera mirar la pantalla, y escuchando la voz aberrante de su hermano, su mandíbula se tensó enseguida.

-¡Hermano! Me alegra escucharte ¿Puedo saber donde estás?

Sin vergüenza alguna, y con su voz cargada de soberbia, Atlas pretendía seguir como si nada, y apretando el teléfono en su mano, Dante deseaba tenerlo frente a él para estrangularlo, por lo que hizo.

-Disculpa que te moleste, justo ahora debes estar desayunando con los Reed, pero como buen hermano, no puedo mantener en secreto lo que sucedió anoche, por lo que preferí enviarte un video para que veas con tus propios ojos a tu esposa, lo descarada y cínica que puede llegar a ser, revisa tu teléfono Dante y conoce a la verdadera Abril.

Movido por la curiosidad, Dante despegó el artefacto de su oído manteniendo la llamada en curso, y revisando entre los mensajes, este halló un video que reprodujo enseguida.

En las imágenes se veía el corredor del hotel Pushman, en donde se hospedaron Abril, y Atlas, y abriéndose las puertas del elevador unos segundos después, el menor de los Hackett salió del artefacto con a dama en sus brazos totalmente dormida; antes de dirigirse a la habitación de ella, e ingresar a su interior.

Sintiendo su corazón palpitante casi salir de su pecho, Dante cerró sus ojos, sintiéndose inútil por no haber hecho nada para salvarla, y retomando la llamada, respondió con voz ronca.

-Atlas ¡Te mataré con mis propias manos!

El muy cínico del otro lado, manteniéndose en su papel de buen hermano, se carcajeó levemente, lo cual hizo que el cuerpo de Dante se estremeciera, y remojando sus labios, el demente respondió de la manera más descarada sobre la faz de la tierra

-¿Por qué lo harías Dante? ¿Por ser un buen hermano y complacer a tu esposa en tu ausencia? Dante todo fue consensuado, yo no hice nada que ella no quisiera, no entiendo que te molesta

Dante sentía que se moriría si no drenaba la ira en su interior, aun así, se contuvo, y dijo

-Sabes que no fue así, Abril en su vida se fijaría en una bestia como tú, y eso Atlas, es lo que más te duele, lo que te está matando en vida. Ella jamás te amará, así yo muera, Abril jamás volteara a verte, y por eso hiciste esta atrocidad... Solo te diré algo, hermano mío ¡Corre! Porque cuando te atrape, lamentarás el día en el que pusiste tus sucias manos sobre la mujer que amo

Tratando de sonar imperturbable por las palabras de Dante, Atlas soltó una carcajada enorme que hizo que la ira en el interior de Hackett aumentaran, y observando una vez más el video en su portátil en donde él llevaba a Abril dormida en sus brazos, solo espetó

-Suerte con eso Dante, creo que todo este tiempo me subestimaron, pensaron que yo solo sería tu sombra, y ya ves, te superé

Sin más, cortó la llamada, dejando a su hermano a medio hablar, y estrellando su teléfono contra el suelo, Dante recargó su cabeza en el asiento del auto, buscando la manera de hacer pagar a su hermano por el daño que hizo, el cual marcaría a su esposa para siempre.

Ya te olvidé querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora