Capítulo 28

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Narrador

Sin recibir respuesta inmediata, Dante le señaló a Georgia retirarse para así poder hablar con Abril, quien en contra de su voluntad no tuvo otra salida que obedecer.

Abril, por su parte, vaciló por un instante antes de decir la verdad, y una vez que llegó a la conclusión de que era el momento de dejar un par de puntos claros, respondió.

-En realidad no sucede nada, era solo que quería confirmar ésto.

Sacando el teléfono de su bolso de mano, Abril con agilidad buscó en su galería un capture de pantalla en donde se reflejaba la foto vista por ella minutos atrás, y tras extenderle este a su esposo, agregó

-Quería ver con mis propios ojos si era cierto lo que se ve allí

Sin tomar el teléfono aún, pero viendo la imagen reflejada en este, Dante frunció el ceño de su frente, y después de extender su mano muy asombrado por lo que veía, tomo el dispositivo.

Sintiendo que la ira irracional se iba extendiendo por todo su cuerpo, Dante, detalló uno a uno, lo más relevante en la imagen, desde el nombre del usuario hasta la hora en la que fue publicada.

Para él, esto solo era una artimaña de Erika, una que estaba haciendo solo para alejarlo de Abril.

Presionando el teléfono en su mano, una vez que le dio rienda suelta a las miles de teorías que se formaron en su cabeza, Hackett elevó su vista hasta su esposa, que se quedó estática al ver como su rostro denotó su molestia, y frunciendo el ceño de su frente, pregunto.

-¿Y tú has creído esto?

Abril, conociendo a Dante, sabía que este se hallaba fúrico, y descubriendo una de las tantas mentiras que habían ideado el par de malos intencionados, negó

-¡Erika, maldita seas!

Elevando su rostro al cielo, Dante clamó por algo de calma para no salir de allí en busca de la serpiente viperina, y dando un par de pasos alejándose de Abril en un intento de calmarse, agregó

-No te diré que la foto es falsa porque no lo es, pero si es de mucho tiempo atrás, no de hoy como pretende hacerlo creer..

Con el cuerpo totalmente tenso, la mandíbula del mismo modo y sus manos empuñadas, dejando en evidencia los nudillos de su mano blancuzcos debido a la fuerza que ejerció, Dante se defendió diciendo la verdad

-No entiendo que carajos desea Erika con todo esto, pero si algo tengo claro es que no desea verme a tu lado.

Llevando su mano hasta el bolsillo de su pantalón, Dante sacó su teléfono, y guardando el de Abril en el mismo lugar que el suyo, empezó a revisar en este, descubriendo que la mujer lo había bloqueado de todos lados.

A pesar de ser un hombre de negocios, Dante no era un hombre muy apegado a las redes sociales, las cuales usaba en pocas ocasiones, algo que fue muy ventajoso para Erika y Atlas, quienes planearon proyectar por este medio una pareja feliz que no existía.

Dante, sintiendo que esta era la gota que rebasó el vaso, le dio una última mirada a Abril antes de empezar a caminar en dirección a la puerta, y corriendo detrás de el temerosa de que cometiera una locura, ella se interpuso en su camino antes que lograra salir

-¡Dante!

La mano temblorosa, y una mirada suplicante se posaron sobre su esposo, quien le dio una mirada de advertencia, aun así, Abril de ninguna manera lo dejaría salir de allí.

-Tenemos mucho que hablar... En ningún momento creí lo que vi... Enseguida supe que la imagen no era del todo real.

Dante sentía que su corazón estallaría en ese instante, de hecho su ira era tal, que por un momento pensó que el aire se le escaparía de los pulmones, por lo que llevando ambas manos hasta los hombros de Abril, la presionó contra la puerta a sus espaldas, para espetar tratando de controlarse por el amor que sentía por ella.

-Eso no quita que este malo lo que ha hecho ¿Que hubiese sucedido si le creías? ¿Que hubiese pasado Abril si me odiaras más al pensar que te mentía?

La mirada grisácea de Dante, se centró en los ojos azules de Abril, quien por primera vez reconocía que había sido algo injusta con su esposo.

Bajando su vista al suelo al no soportar la mirada llena de ira, decepción y dolor de Hackett, Abril remojó sus labios resecos por el intenso momento, y tras pensar de manera lógica, respondió

-Me hubiese alejado de ti Dante, hubiese seguido pensando que eras un mentiroso.

Dante presionó su mandíbula, al sentir que su corazón se quebrajaba, por lo que posiblemente hubieses sucedido si Abril no se hubiese sentido movida por la curiosidad, y liberándola de su agarre, se separó de ella, y se alejó un par de pasos.

-¿Ahora entiendes mi molestia, Abril? Así como esto, que otras cosas habrá hecho Erika para intentar demostrar una relación conmigo que no existe.

Abril la verdad quería empezar a hablar de las otras fotos que vio antes de su regreso, pero sabiendo que no era la ocasión adecuada para hacerlo, se acercó a él en un intento por calmarlo, sabiendo que esto no le hacía bien a su salud.

Con algo de temor, Abril extendió su mano temblorosa hasta él, y rosando levemente la delicada tela de su camisa, Dante, al sentir su tacto, dirigió su vista hasta ella un poco asombrado.

-Deberías calmarte... Eso no te hace bien

Solo bastaron un par de palabras de Abril para que la ira arrolladora que se extendía por su cuerpo cesara solo un poco, y tragando saliva de manera apresurada, este no creía lo que escuchaba.

¿Abril se preocupaba por él?

Manteniéndose en silencio, Hackett se mantuvo inmóvil, y pasando su mano de arriba a abajo, frotando su brazo, ella intentó hacerlo relajarse

Esto era algo asombroso, inesperado, pero también tan necesitado que él no la detuvo, todo lo opuesto vio una posibilidad de demostrarle su amor a ella, y la aprovechó.

Contrayendo su rostro, fingiendo dolor, Dante llevó su mano hasta su pecho, e inclinandose solo un poco, se quejó por un dolor inexistente

Abril por su parte inocente de lo que planeaba su esposo, se apresuró a intentar ayudarlo, y casi desesperada empezó a preguntar como se sentía.

-Me duele pecho Abril... En mi habitación

Fingiéndose sofocado, Dante señaló las escaleras enormes que conducían al segundo piso de la mansión, en donde se hallaba su habitación, y comprendiendo debido a la adrenalina del momento que se refería a una medicina, ella casi corriendo, salió en busca de algo que no aliviaría su mal

Con dificultad y sintiendo que la que moriría de un paro cardiaco sería ella, Abril subió las escaleras rumbo a la habitación de Hackett, y abriendo la puerta de esta, sin vacilaciones, ingresó y empezó a buscar de manera desesperada en la cómoda las píldoras para el dolor

Ajena a los planes de Dante, ella de verdad creía que tenía que ayudarlo, y sobresaltándose una vez que escuchó la puerta a sus espaldas cerrarse, dio un respingo inconsciente.

Atónita, Abril se giró sobre sus talones, y hallando a un Dante sonriente, frunció el ceño de su frente en descolocación.

-No se supone que tú...

Inmediatamente, al verlo como si nada supo qué había caído en su trampa, y dando un par de pasos hasta él, pretendió salir por la puerta, pero él no se lo permitió, acorralándola contra ésta, sujetando sus manos sobre su cabeza.

-¡Te tengo Abril!

Susurró con su corazón exaltado por la cercanía, pero decidido a no dejarla ir de ningun modo

Ya te olvidé querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora