Narrador
-Buenos días
Descendiendo por las escaleras de su nuevo hogar en busca de Dante, Abril sonrió ampliamente al hallarlo en la cocina, intentando preparar un desayuno, que terminó de manera desastrosa por su nula experiencia.
Sonriendo un poco avergonzado al ser descubierto, Hackett caminó para saludar a su esposa, y uniendo sus labios en un beso intenso, su día inició lleno de emociones por su nueva vida.
A pesar de que todo parecía estar en su contra, Dante, y Abril estaban haciendo su mayor esfuerzo por recuperar su matrimonio, y esto se estaba viendo reflejado en su nueva convivencia, alejados de todos en su nuevo hogar.
Una vez que se prepararon, la pareja prefirió desayunar afuera, y llegando a la empresa, una vez que sus estómagos estuvieron satisfechos de alimentos, se quedaron sorprendidos al hallar a Nerio Hackett en la recepción del lugar.
-¿Tendrías unos segundos para hablar con este viejo?
Refiriéndose a su nieto, el hombre mayor preguntó, e imaginándose el motivo de su visita, Dante lo recibió en la oficina que prepararon para él por orden de su esposa.
-¿Puedo saber a qué se debe tu visita? Sé que no es precisamente por cortesía.
Dante conocía tan bien a su abuelo que sabía que algo se traía entre manos, por lo que prefirió ahorrarse el sermón, y prefirió ir directo al punto, algo que también agradeció Nerio, ya que el hombre sabía que la calma del momento era augurio de que se aproximaba una tormenta.
- ¿Aún no has considerado marcharte? No sé, tal vez, con la misma Abril, con quien por lo que veo, estás intentando recuperar tu matrimonio.
La mandíbula de Dante se tensó al escuchar el tema tan tedioso que él ya odiaba, no entendía cuál era la insistencia de su abuelo, quien, en lugar de molesto, e imponente como dias atras, parecía más bien ansioso, asustado por su permanencia en esa ciudad. Hackett iniciando una pequeña caminata por la oficina, optó por acercarse a él, y una vez a escasos metros, se recargó sobre su escritorio para hablar más cómodo.
-¿La verdad? No lo he hecho, y tampoco está en mis planes... Como has notado Abril y yo estamos intentando recuperar nuestro matrimonio, ahora la cuestión es ¿Por qué tanto afán en que me marche? Acaso hay algo que no me has contado
El hombre mayor remojó sus labios unos segundos, debatiéndose en su interior si contarle del estado de su hermano menor, del peligro que corría si seguía allí, y tras decidir, se limitó a responder
-Sabes que corren peligro, sabes que Atlas ama a Abril, y él no soportará verlos feliz, él jamás aceptará que ella no puede amarlo
Dante negó unos segundos mientras estrechaba el puente de su nariz, pareciéndole absurdo todo este pretexto. Aunque Atlas no quisiera aceptarlo, tarde o temprano tendrá que hacerlo. Al final de cuentas, su matrimonio con Granfort se lo debía a su abuelo, quien pretendiendo fusionar su empresa con Erick lo eligió a él para tan importante matrimonio, todo por ser el mayor heredero Hackett, algo que por desgracia le jugó en contra cuando Atlas se obsesionó con Abril.
Elevando su rostro, Hackett observó a su abuelo por unos segundos en silencio, tratando de medir sus palabras para no ser grosero, y tras pensar haberlas hallado, se limitó a responder
-Sabes que no le tengo miedo, Atlas no está loco, mucho menos enfermo de la cabeza, él simplemente se comporta de ese modo porque sabe que le temes... No me iré de aquí solo porque él lo desea, él quiera o no tendrá que superar a mi esposa, y si no lo hace, sobre mi cadáver me alejará de Abril.
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Ya te olvidé querido esposo
RomanceAbril Granfort fue obligada a casarse muy joven, solo para que su esposo pudiese reclamar su herencia, ella lo hizo por amor, el por ambición. El problema radica en que luego de ser abandonada por el durante 3 años, en lugar de morir de amor, surge...