Capítulo 35

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Narrador

Descendiendo del auto, una vez llegaron a la recepción de la fiesta, Dante tomó la mano de Abril, y tras depositar un suave beso en el dorso de esta, le preguntó antes de entrar.

-¿Estás preparada?

Abril titubeo un instante en el cual se mantuvo en silencio antes de asentir, y entrelazando sus brazos empezaron a caminar para ingresar al amplio salón repleto de invitados de la alta élite

-Se supone que Erick ya llegó ¿Podrás soportar su molestia una vez que sepa que estás conmigo?

Deteniendo sus pasos antes de entrar, Dante preguntó de nuevo, no lo hizo por que le temiese a su suegro, lo hizo por que le preocupaba Abril.

¿Cómo se sentiría ella si Erick no tomaba la noticia de buena manera?

Abril tragó el pequeño nudo que se formó en su garganta, y moviendo su cabeza en negación, remojó sus labios antes de pedirle seguir, decidida a dejar en claro que ella, y Hackett habían logrado superar los obstáculos puestos.

Arreglando su largo vestido negro, Abril trató de cerrar un poco la enorme abertura en su pierna que dejaba a la vista más de lo que ella quisiera mostrar, y sonriendo levemente, los dos ingresaron a la sala, captando la mirada de todos quienes se quedaron de pie, atónitos al verlos con sus brazos entrelazados como un feliz matrimonio

La persona que se hallaba dirigiendo la gala, apenas notó la presencia de la pareja, procedió a tomar el micrófono, y tras anunciarlos como el matrimonio Hackett, muchos empezaron a murmurar entre ellos sin vergüenza alguna.

Entre los presentes se hallaba Atlas, quien sonrió sin gracia una vez que los vio llegar juntos con su mandíbula tensa, así como también Erick, quien soltó el vaso de licor en sus manos al ver a su preciada hija de la mano del hombre que él odiaba con todas sus fuerzas

Abril, y Dante orgullosos por la reacción esperada, una vez que empezaron a caminar, llegaron hasta la ubicación de los señores Reed, uno de sus invitados de honor, con quienes se quedaron para acompañarlos por unos minutos

-Abril, tan hermosa como siempre.

Elogiando la pieza desfilada por Granfort, Karlota se quedó maravillada observándola por unos segundos.

Y es que una pieza tan costosa como esa, valía cada centavo pagado, un exquisito vestido negro tan oscuro como la obsidiana, largo, con una apertura en su pierna derecha que llegaba hasta la ingle, con un corpiño decorado a mano con pequeñas incrustaciones de piedras preciosas, diseñado por su amiga Amara, no era cualquier cosa.

Un poco apenada por ser el centro de atención, Abril sonrió antes de iniciar una conversación irrelevante con la pareja, y abriendo su boca en sorpresa a lo lejos también, Ibbie no terminaba de procesar, lo que veía.

¿Abril y Dante juntos como un matrimonio feliz?

Granfort, y ella, con lo ocupadas que se hallaban en sus trabajos, no habían hablado del asunto, que enterarse de esa manera que se hallaba con Hackett, la decepcionó un poco, se suponían que eran amigas desde hacía muchos años que se contaban todo

¿Qué sucedía ahora que no lo había hecho?

Sintiéndose desplazada por su mejor amiga. Ibbie caminó hasta la barra del lugar, en donde pidió una margarita para disipar los sentimientos que la azotaban en ese instante, y sintiendo que alguien se colocaba de pie a sus espaldas, la mujer reconoció de quién se trataba solo por su olor

-Cristian... Pero qué sorpresa

Sin siquiera voltear a verlo, la abogada supo que se trataba de su ex, quien aclarando su garganta pidió un trago, y viendo como el barman le pasaba la margarita a Ibbie, el hombre des ajustó la corbata de su traje antes de preguntar

Ya te olvidé querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora