Capítulo 54

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Narrador

Llegando a la mansión que ahora llamaba hogar, Dante liberó parte de su aire al hallarlo ahogado completamente en penumbras, e ingresando a este, él no consiguió a Abril por ninguna parte de la estancia; por lo que empezando a caminar escaleras arriba se dirigió a su habitación, en donde la encontró como lo predijo.

Permaneciendo en silencio unos segundos, Hackett se recargó en el umbral de la puerta mientras se cruzaba de brazos, observándola hecha un ovillo sobre la cama, y dejando sus lágrimas salir, ella escuchó como él iniciaba su caminata en su dirección para acostarse a sus espaldas, y decir.

-¿Hasta cuándo estarás de esa forma? Sé que no es sencillo Abril, pero lo superaremos como mi partida, ya lo verás.

Abril apretó sus labios tratando de detener las lágrimas que aún salían de sus ojos, y girándose sobre su cuerpo, ella procedió a abrazarlo escondiendo su rostro en su pecho.

-Estaré bien Dante, es solo que no puedo evitar que me afecte por momentos. Solo dame un poco de tiempo

Esto de verdad estaba siendo muy difícil para ambos, se podría decir que más que la separación del pasado que casi los llevó al divorcio. Aun así, él no se daría por vencido y la dejaría sola, ahora que más lo necesitaba.

Por una parte, Abril no dejaba de sentir repulsión por sí misma, lamentarse por haber confiado en Atlas, y ser tan ingenua; y por otra, Dante se sentía verdaderamente mal al verla destruida y no poder hacer nada para ayudarla, más si el responsable llevaba su propia sangre.

Rodeándola con sus brazos, él la estrujó contra su cuerpo, y aspirando el aroma de su cabello a jazmín, depositó un casto beso en su frente.

-Y eso lo entiendo, de hecho en ocasiones también me sucede, aun así no podemos darnos por vencido, Atlas sabía que esto nos afectaría a ambos, así que no dejemos que gane tan fácil.

Y esto era cierto, Atlas los conocía tan bien que sabía que esta sería una estocada directo al corazón de ambos que crearía una brecha irreparable que los separaría, el cual fue su plan desde el inicio.

Asintiendo sin levantar su rostro, y dejarse ver llorando, Abril entendió que esto era cierto, y aferrándose a su esposo con fuerza, musitó.

-Te entiendo, solo deja que asimile lo que pasó. Yo estaré bien

Esto era completamente comprensible, no toda mujer lograba sanar de la noche a la mañana de un hecho tan traumático como un abuso, por lo que el proceso sería largo y tedioso, aun así, él estaría con ella hasta el final.

**** ****

Tras insistir un par de veces, Abril accedió a acompañar a Dante a terapia, quien se mantuvo a su lado sosteniendo su mano durante toda la sesión, y regresando a la empresa una vez que esta llegó a su fin.

Ella halló en su oficina un enorme arreglo de Jazmines blancos, con un par de globos del mismo color, acompañados de una caja de terciopelo rojo, bastante llamativa.

-Feliz quinto aniversario... Con lo que sucedió olvidaste la fecha... No quise ser muy ostentoso por qué no sabía si lo querías celebrar

Girándose sobre sus talones manteniendo la delicada caja en sus manos, Abril frunció sus labios, y abriendola movida por la curiosidad, en su interior encontró un par de sortijas de matrimonio de oro de 24 quilates con un enorme diamante en el centro el de ella.

-Las antiguas alianzas pienso que nos traen mala suerte, tú las dejaste de usar un tiempo, y yo, si lo hice... Pero deseo renovar nuestros votos... No ahora, no es el momento, pero quiero hacerlo una vez que estemos bien, quiero que nos casemos por amor, y no por la ambición de cobrar mi herencia como en el pasado.

Abril tragó el nudo en su garganta al sentir un sabor amargo recorriendo su ser, no por la propuesta la cual le encantó, algo sencillo lleno de amor, sino porque esto era algo que deseaba más que nada en la vida, y ahora no podía disfrutarlo sin pensar en la rata de Atlas, y lo que hizo.

-Abril, no tengo prisa, no te voy a obligar, legalmente estamos casados, es solo que lo quiero hacer para renovar nuestro compromiso por amor.

Tomando sus manos que aún sostenía la pequeña caja, Dante pretendió cerrarla sin recibir respuesta, y negándose a ser despojada de ella, Abril dijo.

-Si lo haré... Si Atlas pensó que con esto nos separaría, pues se equivocó.

Dante un poco más tranquilo, procedió a depositar un casto beso en los labios de Abril, y separándose de ella pensando que la había incomodado por la cercanía, dijo juntando sus frentes.

-¿Sabías que te amo? ¿Qué lamento tanto haber perdido tanto tiempo lejos de ti? Que solo he sido un tonto que se ha dejado engañar... Si yo hubiese sido más...

La frase no finalizó, ya que Abril movió su cabeza en negación antes de acunar su rostro entre sus manos, y observándolo directo a los ojos, le respondió

-Él hubiese no existe Dante... Todo pasa por algo, y por más que lo lamentemos, esto tal vez nos ayude a unirnos.

En eso él estaba completamente de acuerdo, esto tal vez era lo que ambos necesitaban para fortalecer su amor, que aunque al inicio era complicado, después no lo sería tanto.

Manteniéndose con sus frentes juntas, en ese instante la puerta empezó a ser golpeaba levemente, y separándose enseguida, ella le pidió seguir a Melissa, quien ingresó despacio con una carpeta en sus manos.

-Señor Hackett, hace cuatro días el abogado trajo los documentos notariados de la anulación de los bienes de su hermano, pero debido a lo ocupado que había estado con la nueva edición no había logrado entregárselos.

Haciéndose cargo de la revista entera, y la impresión de la nueva edición, Dante tenía su agenda bastante ocupada, por lo que se complicó la entrega de estos, ya que ella no había logrado verlo en ese tiempo, y recibiendo la carpeta entre sus manos, él procedió a revisar en su interior, descubriendo la veracidad de estos.

-Gracias Melissa, has realizado un excelente trabajo.

Sonriendo levemente, Melissa salió de la oficina, y dejándolos a solas a ambos, Dante agitó la carpeta mientras caminaba de regresó hasta Abril para decirle.

-La rata de Atlas regresará, ahora si está acorralado, sin dinero en quién sabe donde, sin la protección de Nerio, y una denuncia de un presunto abuso, con un testimonio de la ex diseñadora Lucrecia, estará perdido, y pagará lo que hizo.

A Pesar de esta haber cooperado con Abril, y ofrecerle testificar en un juicio legal en contra de su cuñado, Dante no tuvo compasión con Lucrecia, y obligándola a pagar la compensación económica, está quedo en la calle sin un solo centavo.

Abril asintió al pensar que se hallaba preparada para enfrentar a Atlas, de hecho era lo que más deseaba en este mundo, que regresando un par de segundos después, Melissa hizo un anuncio que la dejó completamente helada.

-Señor... Él está aquí. Atlas Hackett regresó.

Dante solo se volteó a verla, y asintiendo le pidió quedarse allí, mientras que él iba a enfrentar a quien pensaba era su hermano.

Ya te olvidé querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora