Capítulo 42

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Narrador

Finalizando de empacar sus pertenencias para el viaje que se avecinaba, Ibbie observó una última vez su habitación prácticamente vacía, y divisando sobre la cómoda, un pequeño oso de peluche color rosa que le fue obsequiado por Cristian, el cual atesoraba como único recuerdo de su amor, contuvo el aire en un intento de retener sus lágrimas.

Ya había llorado mucho por él, de hecho, la noche anterior se preguntó una y otra vez si estaba haciendo lo correcto, y exhortándose ella misma a continuar, espantó los pensamientos estúpidos de permanecer en esa ciudad que le traía tantos recuerdos.

Con un deje de amargura, la mujer caminó despacio hasta él, y alcanzándolo con sus frágiles manos, lo tomó con cierta nostalgia.

Ella tenía que continuar, dejar ese pasado doloroso, y que mejor forma de hacerlo que sepultando a Matheson con todos sus recuerdos.

Avanzando por el amplio lugar, la abogada optó por caminar hasta el cesto de la basura, y arrojándolo en el interior, sonrió de manera triste.

¡Riin! ¡Riin!

De pronto, con insistencia, su teléfono celular empezó a sonar, y llegando hasta el artefacto que yacía sobre la barra de la cocina, lo más rápido que pudo, Ibbie tomó la llamada.

-Señora Sandoval, disculpe que la moleste ahora, pero me temo que tengo malas noticias

Los labios de Ibbie fueron remojados enseguida al escuchar la voz de Tobías Marshall del otro lado, la cual le infundió cierto temor con mencionar que existía un inconveniente, y conteniendo el aire al pensar que la posibilidad de marcharse de allí se le escapaba, se limitó a preguntar.

-¿Qué sucedió?

El hombre calculador sonrió de lado al escuchar cierto temor en su voz, lo cual le demostraba que ella tenía ciertas expectativas de ese viaje, y aclarando su garganta, este respondió.

-No es nada del otro mundo, es solo que creo que nuestro viaje se adelantará... El Caballero de bienes raíces, necesita vernos enseguida, ya que tiene un asunto en América que resolver mañana mismo, por lo que necesita entregarnos el edificio lo antes posible

Ibbie soltó el aire casi enseguida al saber que lo que sucedía no era tan grave como para no solucionarlo, y caminando lo más rápido que pudo a su cama, tomó asiento para continuar con la llamada telefónica.

-Lo cual me dice que debemos viajar esta misma tarde, como sabes, seremos socios, por lo que no firmaré ningún documento sin que estés presente... Si estás de acuerdo, mi chofer pasará por ti en tres horas. Por tus pertenencias, no te preocupes, las mandaremos a buscar lo antes posible.

Los labios de ibbie se fruncieron en una mueca de duda al ver que su viaje sería más rápido de lo esperado, y mirando una vez más a su alrededor, notó que no era mayor cosa lo que llevaría consigo, por lo que le pareció absurdo posponer algo que tarde o temprano sucedería.

-Por mí no hay problema, puede venir a recogerme ahora mismo si lo prefiere. Mis cosas ya están preparadas, así que no tengo motivos para permanecer aquí.

Tobías del otro lado de la línea sonrió con cierta dicha al notar que la gacela al fin había caído en su trampa, y agitando su mano en dirección del caballero que se hallaba a escasos metros de él, le pidió ir por la chica.

-Perfecto, ahora mismo van por usted, y en cuanto a lo demás, le doy mi palabra de que me encargaré de hacerle llegar sus cosas.

Para la abogada esto ya no era importante, por lo que una vez que finalizó su llamada, llamó a la única persona de la que ella pensaba que debía despedirse

Ya te olvidé querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora