capítulo 17

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Narrador

Dante enarcó una ceja, sabiendo que este momento llegaría, y dando un paso al frente vio como Erick le pidió seguirlo al despacho, en donde una vez que entraron cerró la puerta para hablar con tranquilidad.

-¿Por dónde debería iniciar? ¿Por la parte en donde faltas a tu palabra? ¿O por dónde dejaste a mi hija en ridículo ante todos?

Dante se mantuvo de pie a escasos metros de la puerta, erguido, sabiendo que se merecía todo el reproche de Erick, quien confió en él al entregarle a su única hija en matrimonio.

-Sé que falté, Erick, pero todo tiene una explicación.

El padre de Abril sonriendo de lado, llegó hasta su escritorio y, tomando asiento, solo respondió.

-¿Cuál? Porque cuando te marchaste no dejaste más que una carta para excusarte, según estabas de viaje por negocios por la expansión de la revista, pero nada más... No le diste una explicación sensata a mi hija, quien sabías que te amaba

Dante presionó sus labios, reconociendo internamente que había sido un idiota con Abril, y después de asentir un par de veces, siguió

-Me equivoqué, y lo reconozco... Pero no me fui por lo que todos creen, por huir con Erika, me fui por mi salud, por mi corazón, necesitaba un trasplante.

Erick se carcajeó una vez que escuchó esto.

¿Por un corazón?

¿Acaso es esto un verdadero motivo para abandonar a su esposa por 3 años?

Recuperando la postura de hombre serio una vez que se cansó de reír, Erick frunció su frente por la molestia de que su hija era la víctima.

-¿Acaso crees que soy estúpido? Dante, si ese hubiese sido el caso, no te largas, te hubiese quedado aquí... ¡Acepta! Que lo hiciste por Erika Bennett.

A este paso Erick se hallaba un tanto irritado por tal excusa tan absurda, mientras que Dante se mantuvo sereno asumiendo su error

- No fue por ella Erick, no soy tan estúpido para hacer algo así amando a tu hija.

La mirada azul de Erick se cruzó con la de Dante, quien remojo sus labios para seguir defendiéndose

-Amo a Abril, y si me fui fue para que no sufriera con mi enfermedad, no era justo para ella lidiar con alguien como yo que estaba a punto de morir, ella no merecía algo así

Erick en realidad no creía nada de esto, incluso pensaba que todo era una excusa para justificar su falta, por lo que siguió firme con sus ideales

-No quiero saber lo que creíste o no, aquí lo que importa es mi hija y su reputación, una que tú empañaste con la partida con tu amante... Lo único que me dejará tranquilo es ver que se divorcien para que ella sea feliz con alguien más.

Dante tensó su mandíbula al escuchar a Erick, quien sabía que no descansaría hasta lograr que ellos se separaran, por lo que un poco inquieto estrechó el puente de su nariz, mientras bajaba su rostro, y una vez que estuvo tranquilo, respondió.

-Eso no sucederá, de hecho, tu hija está haciendo lo posible para lograrlo, pero no lo permitiré.

Erick desde su lugar enarco una ceja pensando que Dante era un descarado de primera, que por más que supiera que faltó no se resigna a dejar ir a Abril

-Y estoy orgulloso de ella, sé que es una mujer brillante y sensata, que logrará lo que se propone.

Y por supuesto que lo era, había cambiado tanto, que Dante ahora se esperaba que lucharía con uñas y dientes hasta encontrar su firma.

Ya te olvidé querido esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora