58. Gane

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Narra Kiki
Después de salir del gimnasio, fui hacia una máquina dispensadora y cogí una botella de agua. Quería salir a pensar un rato, pero decidí entrar al salón de música para calmarme. Mientras estaba allí, llegó ella. Ambas estábamos enfadadas y nuestros celos salieron a la luz por un momento. No podía controlarme y exploté. Gritamos un poco, expresamos lo que sentíamos y luego nos calmamos. Vi la preocupación en sus ojos y noté que mis nudillos estaban lastimados, aunque no me dolían mucho.

Volvimos a hablar, ya más calmadas, y discutimos lo que nos molestaba. Estaba claro que ambas estábamos celosas: yo por el idiota de Cristian y ella por la loca de Sofía. No pude resistir más y moría por besarla, así que lo hice. La tomé por la cintura y la acerqué a la pared, besándola con desesperación, con necesidad. Fue un beso que combinó delicadeza y pasión desenfrenada. La sostuve mientras sus piernas rodeaban mi cintura, intensificando el momento. Desafortunadamente, nuestros pulmones necesitaban aire, así que hablé entre sus labios, confesándole mi amor. Sentía eso, aunque quizás era demasiado pronto. Le prometí enamorarla cada día, incluso si ella aún no me amaba del todo, pero ella dijo que sí. Lo vi en sus ojos brillantes.

Después de un rato más, acordamos que yo no me acercaría a Sofía y que si ella hacía algo similar, diría que ya tengo a alguien con quien salir. Haré lo que diga mi futura novia, sí, así quedamos. Luego la invitaré a salir, aunque no estoy segura si será hoy o en otro momento. También acordamos ir juntas al campamento, si nos permiten formar pareja, y si no, encontraremos otra solución después. Estamos decididas a intentarlo, así que estamos en planes, casi concretando algo, algo que espero pronto deje de ser "casi" y se convierta en todo.

Esta discusión nos sirvió para comprender que si no hablamos, esto podría desmoronarse. La comunicación es demasiado importante, eso quedó claro para mí. Todo puede malinterpretarse y no quiero perderla, no quiero.

Salimos del salón de música hacia mi habitación para que me bañara y cambiara. Luego esperamos la hora del almuerzo para bajar. Estaba nerviosa al ir de la mano con ella, pero decidí enfrentar las miradas en la sala. Antes de llegar a la mesa donde estaban los chicos, Vio me pidió un beso y se lo di. Noté su sonrisa traviesa y supe a qué se debía. Fui por nuestros almuerzos y los llevé a la mesa.

Kiki: ¿De qué hablan? - llegando con los platos.

Denna: Álex, ¿por qué no traes mi almuerzo?

Álex: Kiki, ves lo que haces.

Todos rieron, excepto Denna.

Kiki: Yo solo le traje el almuerzo a mi niña guapa.

Rus: Aquí vamos con las dos tortolitas.

Álvaro: Ay, me encantan.

Kiki: Tenemos clase de arte. - feliz.

Rus: Desde cuándo estás tan contenta por la clase de arte.

Kiki: Celosa. - dejando un beso en la mejilla de Vio.

Vio sonrió. Terminamos de almorzar y empezamos a hablar un poco de todo con los chicos. En ese momento vi entrar a Cristian y Pablo.

Álex: Llegaron. - en tono neutral.

Denna: Alguien se ve de mal humor.

Vio: Kiki, mírame. - agarrándome la cara. - No caigas en sus juegos. Si pelean, te dejan sin campamento, amor.

Kiki: Entendido, jefa. - besando su frente.

Álex: ¿Quieren algo? Iré por un zumo.

Denna: Ahí sí, no. - mirándolo seriamente.

Álex: Bebe, no te decides. - besando su frente.

Vio: Álex, ¿me traes uno por favor?

Kiki: Yo voy, amor, yo voy. - mirando a Cristian con enojo.

Del Odio Al Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora