60. Campamento

454 15 0
                                    


Narra Vio

Después de ver la ropa y ver la de Kiki, caminamos por el colegio. Dieron las seis y fuimos a donde nos citaron para formar las parejas. Me tocó con mi bichito, Álvaro va con Álex, Rus con Denna y Bea va con Eugenia.

En el camino al campamento, Denna y Kiki pelean, siento que son dos niñas. A veces me dan risa y otras me cansan. No sé a quién apoyar, si a Denna o a Kiki. Durante el trayecto, consiento a Kiki y se duerme en mi hombro. La acomodo para que no le duela después el cuello hasta llegar al lugar del campamento. Al llegar, la despierto y bajamos. Tardamos unas tres horas en montar todo y hacer la fogata una hora más. Cuando estuvo lista, Kiki tocó la guitarra. Lo hace tan bien, se ve tan radiante y feliz. Rus canta y Álvaro hace los coros, mientras los demás asamos malvaviscos con galleta. Le doy a Kiki en la boca ya que está tocando su guitarra. Siento que tiene frío porque me dio su sudadera, así que voy y saco una de su maleta.

Vio: ¿Tienes frío? -abrazándola-.

Kiki: No, amor, estoy bien.

Vio: A mí no me mientas, Chiara Oliver. -mirándola seria-.

Kiki: Bueno, algo. -mirándome-.

Vio: Iré por tu sudadera. -besando su frente-.

Al volver con ella, la encuentro conversando con Bea y cuando llego se callan.

Kiki: Luego te cuento más. -para luego comer una galleta-.

Vio: ¿De qué habláis? -dándole la sudadera-.

Bea: De nada, Hódar. Oye, ven, vamos a contar historias de terror.

Vio: ¡Qué guay!

Kiki: No, no, no. Yo, ya me iré a dormir.

Vio: ¿Y me dejarás sola? -mirándola-.

Kiki: Pero... pero... ay... está bien, vamos. -agarrándome de la mano-.

Bea: Así se hace, Hódar.

Vio: Aprende. -riendo-.

Kiki: Sigo aquí. -mirándonos-.

Vio: Lo sé. Bea, ¿nos sacas una foto?

Bea: Sí, claro. -sonriendo-.

Kiki: Qué guapa, tío, drooling for you. -sonriendo-.

Vio: Habló, habló. -sonriendo-.

Bea: Qué diabetes. -marchándose-.

Kiki: Oye, espera. -caminamos detrás de ella-.

Vio: ¿Me haces cosquillas para dormir? -puchero-.

Kiki: Siempre te hago. -mirándome-.

Vio: Lo sé, lo sé, pero recordártelo no está de más.

Kiki: You drive me crazy -me miro de arriba a abajo-.

Vio: Oye, ¿lo tomo como un halago?

Bea: Ya, ya, callaos. -riendo-. ¿Contamos historias de terror?

Álex: Sí. -riendo-.

Cristian: Dale, Bea, cuéntanos.

Pablo: ¿Creéis que haya osos?

Violeta: Cállate, Pablo. -enojada-.

Álvaro: Ya, ya, ¿quién va a contar?

Rus: ¿Os sabéis alguna?

Bea: Yo me sé una.

Sofía: Que no dé mucho miedo, Bea.

Vio: Así, ¿cuál es el chiste? -sentándose al lado de Kiki-.

Sofía: Nadie pidió tu opinión.

Vio: Mi novia pidió mi opinión, ¿cierto, bichito? -mirándola-.

Kiki: Sí, mi amor. -para luego pasar su brazo por mi espalda-. Denna, ¿te sabes alguna?

Denna: No, Kiki, ninguna. -encogiéndose de hombros-.

Sofía: A ella no le gusta que la llamen Kiki. -mirando mal a Denna-.

Vio: Pues qué crees, que a nosotros sí nos deja.

Denna se ríe y Kiki solo me deja besos en la cabeza sin decir nada. Esa Sofía me da rabia. Luego de discutir sobre si contar o no, Bea dijo que ella iba a contar una y todos nos sentamos cerca de la fogata.

Bea: Ya, ya, yo cuento. -emocionada-.

Kiki: Dale. -abrazándome aún más-.

Bea: Hace muchos años, en un campamento perdido en medio del bosque, un grupo de amigos decidió aventurarse en una caminata nocturna. Mientras avanzaban por el sendero oscuro, comenzaron a escuchar risas lejanas y susurros en el viento. Ignorándolo al principio, pensaron que eran sólo sonidos naturales del bosque.

Mientras Bea contaba la historia, vi cómo todos se acomodaban. Unos en los brazos de sus parejas, otros se sentaron en grupo. Kiki me tenía a mí apoyada en una de sus piernas y a Rus en la otra pierna.

Bea: Pero a medida que avanzaban más, los sonidos se volvieron más nítidos y perturbadores. Finalmente, llegaron a un lago donde vieron una fogata rodeada de sombras. En el centro de la fogata, había una figura vestida de negro que parecía estar realizando un ritual macabro.

Álvaro: Ya calla, ya basta.

Cristian: Deja que siga, Álvaro. ¿Acaso tienes miedo?

Álvaro: Cállate, Cristian.

Milton: Chicos, chicos, calmaos.

Bea: ¿Sigo?

Álex: Sí. -abrazando a Denna-.

Bea: Asustados, los amigos retrocedieron sigilosamente, pero uno de ellos accidentalmente pisó una rama. La figura misteriosa se giró hacia ellos, revelando un rostro cubierto por una máscara grotesca. Gritando, corrieron de regreso al campamento. A la mañana siguiente, no encontraron rastro de la fogata ni de la figura enmascarada, pero el bosque estaba lleno de marcas extrañas en los árboles. Desde entonces, nadie volvió a aventurarse en el bosque durante la noche en ese campamento, pues decían que estaba maldito por espíritus malignos que acechaban en la oscuridad.

Vi que algunos se asustaron, otros se reían. Luego siguió Cristian contando algo de unos osos, pero daba más risa. Después Pablo contó una historia de un decapitado y al final la entrenadora se molestó porque la despertaron y nos mandó a dormir.

*

Ya cuando estábamos en nuestra tienda de acampar con Kiki.

Vio: ¿Tienes miedo, verdad?

Kiki: ¿Que se nos aparezca el decapitado? -me dijo mirando a todos lados-.

Vio: Amor, relájate y ven, duerme conmigo.

Kiki: No trajimos al señor Kraka. -mirándome con un puchero-.

Vio: Ven, yo te abrazo.

Kiki: No me sueltes. -acostándose a mi lado-.

Vio: Dame un muah.

Kiki se apoderó de mis labios y estuvimos besándonos de manera lenta, cargado de amor. No sé en qué momento estaba encima de ella besándonos y sus manos llegaron a mi espalda baja.

Vio: Kiki...

Kiki: Te amo. -entre el beso, para luego parar y mirarme a los ojos con sus ojos bipolares-.

Kiki: Perdón.

Vio: Descuida, todo a su momento, ¿sí?

Kiki: Ven, abrázame.

Del Odio Al Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora