94. Días

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Granada

Los días de Vio después de la abrupta separación con Chiara fueron una montaña rusa. Vio usaba las sudaderas que le había robado a Chiara, sin que su familia supiera que eran de ella. Por otro lado, sus amigos buscaban sacarla de ese estado que se había convertido en un torbellino de emociones para Vio. A pesar de que había sabido que la relación podía acabar por problemas de sus padres, el dolor de la separación era abrumador. No solo era el odio de sus padres; ahora, la chica que la miró a los ojos y le dijo que la amaba y que era suya le había gritado que era una fácil y que nunca estaría con ella. Era una lucha interna, pero ella sabía que Chiara no era así. Su cerebro decía una cosa y su corazón otra. ¿Quién ganaría?

Semana 1:

Vio se despertaba, desayunaba y volvía a su habitación. La ausencia de Chiara se sentía como un agujero en su pecho. Se obligaba a levantarse y enfrentar los días. Pasaba la mayor parte del día recordando los momentos felices que habían compartido, lo que solo intensificaba su tristeza.

Semana 2:

Vio decidió que necesitaba mantenerse ocupada para no pensar en Chiara, y qué mejor que las fiestas de Navidad. Limpió su cuarto ella misma, y fue una pésima idea. Encontró las cartas y notas que Chiara le había dado, las leyó y solo las guardó en una caja rosa. Realizó pendientes y se fue al gimnasio. Intentó distraerse con las redes y el trabajo del lanzamiento del maquillaje, y llamó a Denna para salir a cenar y hablar.

Semana 3:

Vio continuó hablando con amigos y familiares. Llegaron las fiestas de fin de año. Organizó un viaje con los chicos para distraerse y celebrar el Año Nuevo. Se llevó una sudadera de Chiara y le deseó un feliz año desde lejos. Su corazón esperaba una llamada, una nota, algo de ella, pero Chiara brillaba por su ausencia. El año acabó y aún amaba a esa chica que le robó el corazón. Aun dolía, no creía, quería hablar con ella, pero ¿cómo, si nadie sabía de ella?

Semana 4:

Los primeros días de enero fueron de ocio. Los días de fiestas fueron buenos, pero recordó los planes con Chiara. Se acercaba su cumpleaños y esperaba en lo más profundo de su corazón que Chiara se comunicara. Que diera una explicación o que se lo volviera a decir para que así dejara de pensar en ella.

Semana 5:

El día de su cumpleaños, todos la saludaron, pero el saludo que ella quería no llegó. Hizo la fiesta con disfraces, con una esperanza. Todos los chicos vinieron, ninguno se había comunicado con Chiara, no sabían nada, y era triste para todos. Los chicos se quedaron esa semana en Granada y salían más de los días, haciendo que Vio dejara de pensar en Chiara. Rus le dijo que tenía que buscarla ella, porque Chiara se cerraba y que ella confiaba en su amiga, que le diera la oportunidad de hablar sin que estuviera su padre. Vio le explicó que ella quería dejar de amar a Chiara, pero no podía. No podía odiarla ni dejarla de amar.

En unos días volverían al instituto, así que disfrutaron sus días de vacaciones...

Menorca

Los días después de ese enfrentamiento y de la decisión de acabar su relación con Vio para protegerla, Chiara se volvió irritante. No soportaba nada, estaba muy a la defensiva y se cerró a todos. Se alejó, solo veía a Martin y a Salma de sus amigos. Cambió de número a pedido de su padre y se enfocó en el nuevo coche, el V1C de primera generación, un coche de color violeta claro platinado, que saldría a inicio de año a pedido de su abuelo.

Semana 1:

Chiara se despertó en su propia cama, sin Vio a su lado. Aunque había sido su elección, el vacío en su corazón le pesaba. Pasó gran parte del día reflexionando sobre su relación, recordando que lo había hecho para protegerla y que ella fuera feliz, para evitar problemas. A pesar de eso, le dolía que Vio le hubiera dicho "Te odio" y recordando los momentos felices lloraba en silencio en su habitación. Al desempacar, encontró fotos, notas y regalos de Vio; cada noche las veía, y en su cuarto sola se rompía, pero de puerta para afuera ella no lloraría a un Hódar.

Semana 2:

Se esforzó por llenar su tiempo y distraerse. Chiara se reunió con Martin y Salma para tomar café y hablar. Aunque confiaba en ellos, les mintió igual que a su padre. Estos no dijeron nada; Claudia y Martin la conocían, pero mejor evitaron comentar algo. Las fiestas de Navidad las pasó en familia; como niña pequeña disfrutó las navidades y esperaba que Vio estuviera feliz.

Semana 3:

Chiara continuó hablando con amigos y familiares, buscando apoyo para el lanzamiento que estaba cerca. A medida que pasaron los días, empezó a aceptar que había tomado la decisión correcta, aunque dolorosa. Su padre seguía insistiendo en que le demostrara, pero ella aún no sabía cómo. Las fiestas la habían tenido distraída, pero pronto volvería a lo mismo. Comenzó a reconocer que ambos merecían encontrar la felicidad de formas diferentes.

Semana 4:

Decidió dedicarse un día para cuidar de sí misma. Chiara visitó un spa y se sometió a un tratamiento relajante, tratando de encontrar paz interior. Fue un fracaso total. En ese momento de relajación, lo único que vino a su mente fue Vio encima suyo, diciéndole que la amaba, y luego una Vio molesta gritándole que la odiaba.

Semana 5:

Era el cumpleaños de Vio y, aunque varias veces escribió su número para llamarla, se detenía. No se había comunicado con nadie después de ese día. Se cerró al mundo, solo veía a Martin y a Claudia. Salía, pero solo por ratos. Le dolía todo, pero tenía que ser fuerte. Era por el bien de Vio; no quería ser su bala perdida. Siguió con lo del coche distraer su mente y no perderse en una locura. En unos días volvería al instituto y no sabía cómo actuar. Su padre le había puesto un ultimátum y los periodistas pagaron una multa por difundir fotos de menores de edad sin autorización de sus padres.

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