Narra Vio
El vuelo a Granada fue silencioso. Denna me consolaba mientras yo intentaba ya no llorar, pero, ¿cómo era posible? Algo en mí debatía entre si era verdad o mentira. Parte de mí quería odiarla, otra parte quería entenderla, y mi yo enamorado le perdonaba todo. Esa parte de mí estaba en lucha.
A medida que el vuelo avanzaba, los pensamientos tumultuosos de Violeta la mantenían atrapada en un torbellino emocional. Denna seguía a su lado, tratando de consolarla, pero la lucha interna de Violeta era intensa. Bajo la mirada de Juan Carlos, Violeta sentía una profunda tristeza y la necesidad de dejar de llorar por alguien que le había herido. Pero, por otro lado, una parte de ella se resistía a odiar a Chiara por completo. Había momentos hermosos que compartieron, y esa parte de Violeta aún anhelaba entender lo que había salido mal.
Después de dos horas, llegamos a Granada. Denna me acompañó a casa y llamó a Omar, quien llegó con helado, chocolates y un montón de dulces. Papá no dijo nada, solo nos dejó ir a mi habitación y se fue. Mamá aún no había llegado del trabajo y Tana había salido con sus amigas. La casa estaba sola para desahogarme con ellos.
Omar: Vine lo más rápido que pude. Traje lo necesario y, si falta algo, mandamos a comprar. ¿Cómo sigues? – preocupado.
Denna: Vamos, Violeta, ponte un pijama y hablamos. – señalando sus maletas.
Violeta: Vale. – triste.
Abrí mi maleta y lo primero que vi fue una sudadera negra, su favorita, y rompí en llanto.
Violeta: Es su sudadera. – aferrándome a ella.
Omar: Ay, amiga. – abriendo el helado de chocolate.
Denna: ¿Vemos una película? – mirándome mientras me ponía la sudadera de Chiara.
Violeta: No me digan nada. – secándome las lágrimas.
Omar: ¿Quieres hablar de ello? – rascándose el cuello.
Denna: ¡Omar!
Omar: Quiero saber. Solo me dijiste "código rojo" y vine. – enojado.
Violeta: Vale, déjalo. – tomando aire.
Con lágrimas en los ojos, asentí y comencé a relatar la conversación con Chiara. Conté cómo Chiara me había herido profundamente con sus palabras y cómo nuestra relación había terminado abruptamente.
Violeta: Después del baile, fuimos a una cabaña y... – recordando aquella noche. – Y lo hicimos, fue perfecto. Me amaba. El domingo, Tana llamó y nos dio la noticia. Volvimos al colegio y...
Denna: Y la pasaron en el dormitorio. – interrumpiendo.
Omar: Sigue.
Violeta: Pasamos la noche viendo películas. Me dijo que confiara en ella. Y hoy, hoy dijo delante de sus padres y del mío que fui una fácil y que nunca se enamoraría de un Hódar, que fui un reto para ella y que me enamoró fácil. – llorando.
Omar: ¿Después de eso saliste de ahí? – mirándome.
Denna: Sí, de ahí no la volvió a ver. No sabemos si se fue, si se quedó ni nada.
Violeta: Pregúntale a Álex. – mirándole a mi amiga.
Omar: A ver, llama a tu hombre y pregúntale. Yo le advertí a ella. Déjala que nos encargamos nosotros, Violeta.
Violeta: Ni se les ocurra tocarle un pelo. Me la dejan en paz. – oliendo su sudadera.
Omar: Pero, Violeta...
Violeta: Nada, nada.
Denna: Está bien. – llamando a Álex.
Denna llamó a Álex y le preguntó por Chiara. Este le dijo que Chiara, al rato de que nosotras nos fuimos del instituto, se fue sin decirles nada y que solo dijo que era mejor que me fuera y que no me quería ver. Esas palabras más "Fuiste fácil" sonaban en mi cabeza. No sabía qué pasó entre nosotras. Todo se fue al traste. ¿Chiara me utilizó o me amó de verdad? Ya no lo sabía, sus acciones y sus palabras no coincidían. No sabía qué pensar. De tanto llorar, me dormí hasta la hora de cenar.
Bajamos a la cena y los chicos se fueron después de ella. Mientras subía la escalera, papá me llamó.
Juan Carlos: Violeta, tenemos que hablar. – parándose de la mesa.
Violeta: ¿Justo ahora?
Juan Carlos: Sí, al salón, ¿vale? – parándose.
Bajé la escalera y fui al salón con el corazón aún lleno de confusión y tristeza, seguí a papá al salón. Mamá estaba mirando la televisión y Tana parecía preocupada. La tensión en la casa era palpable.
Juan Carlos: Violeta, tenemos que hablar sobre lo que ha estado sucediendo. Estamos preocupados por ti y tu bienestar. – serio.
Sentí que la conversación que se avecinaba no sería fácil.
Violeta: Está bien, papá, mamá. Sé que he estado pasando por un momento difícil. Las cosas se complicaron y estoy tratando de lidiar con ello.
Juan Carlos: ¿Se complicaron? Violeta, ella te engañó, te utilizó para vengar a su padre y tú dices que se complicaron.
Violeta: Ella no es así. – enojada.
Juan Carlos: ¿La defiendes, después de lo que te dijo?
Violeta: Yo la conocí, bueno, eso creo, y sé que ella no es así. – molesta, casi llorando.
Juan Carlos: Ni una palabra más de esa joven aquí en la casa. Es una Oliver, es igual o peor que su padre y su abuelo. Lo sentí en su mirada, en sus palabras. Me duele que hayas caído en su vil mentira, pero te lo dije: ellos son así, solo una cara bonita.
Mamá apagó la televisión y me miró con preocupación.
Mamá: Hija, queremos que sepas que te amamos y que estamos aquí para apoyarte en lo que necesites. ¿Quieres hablarnos más sobre lo que pasó? No sé muy bien lo que sucedió esta mañana.
Juan Carlos: Te lo resumo: esa niña le dijo a mi bebé que era una fácil y que enamoraría, fue un reto personal y lo consiguió. La enamoró, la engañó y salieron esas fotos a la luz.
Susana: ¡Dios! No lo creo.
Violeta: Sí, eso dijo. – intentando no llorar.
Tana: ¿Chiara dijo eso? – mirándome extrañada.
Juan Carlos: Tana, ¿sabías?
Tana: No, no, ¿cómo crees? Iré a dormir. – saliendo del comedor.
Juan Carlos: No quiero que llores por esa gente. Sal a divertirte, conoce a personas que sí valgan la pena.
Susana: Cariño, si quieres ir de viaje, anda. No queremos que sufras por lo que te hizo esa joven.
Violeta: Me iré a dormir. – saliendo del salón.
Los días después de esa conversación fueron de consentirme para que evitara pensar en Chiara, pero era imposible. Chiara marcó mi vida y ahora solo pienso en ella. Todo me recuerda a ella.
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Del Odio Al Amor
Fanfic¿Por que las personas nos traicionan, siempre será así?, por qué tu amigo decidió dejarte de hablar sin ninguna razón. El amor lo puede todo o solo son ideas clichés de libros, somos familias enemigas, por qué te miro así, por qué despiertas esto e...