Narra Kiki
El día fue agotador. Entré al equipo de gimnasia, allí conocí a Silvia. Era un año menor que yo, pero se le daba fenomenal la gimnasia, bueno, casi igual que yo. Me cayó bien y nos hicimos amigas. Hablabamos y bromeábamos.
Como era costumbre, fui al gimnasio y me puse a practicar. En eso la vi llegar.
*
Silvia: ¡Vaya, has mejorado mucho en estos días! Eres una rival formidable en el tapiz, ¿sabes?, Oliver. — dijo riendo.
Kiki: Gracias, gracias. — dejando de practicar. — Tú tampoco te quedas atrás, Silvia. Entrenar contigo es genial, casi eres digna de ser mi oponente. ¿Cómo te iniciaste en la gimnasia? — dije para luego agarrar mi botella de agua.
Silvia: Empecé hace años gracias a mi hermano mayor, él solía ser un gran gimnasta. — riendo. — ¿Y tú, qué te trajo al mundo de la gimnasia?
Kiki: Practico desde pequeña, desde los 5 años, se podría decir. — dije para luego sentarme.
Silvia: Oliver.
Kiki: resoplé y sonreí.
Silvia: ¿Qué pasa, Oliver? .
*
Mientras intercambiábamos historias, nuestras risas llenaron el gimnasio, y la amistad entre Silvia y yo creció con cada palabra. Me hacía recordar a Vio, pensar en ella y en qué estaría haciendo. Por la hora debería estar en clase. Espero que esté bien.
*
Kiki: Es que había una persona que me llamaba así luego de molestarme. — recordando a Vio.
Silvia: Esa sonrisa, vil mundana. — riendo.
Kiki: ¿Mundana? — extrañada.
Silvia: Es de mi libro favorito, así es su insulto.
Kiki: sonreí. - Vaya, vaya. ¿Entrenamos o te da miedo?
Silvia: Entrenemos. — acercándose a la tapiz. — ¿Por qué volviste?
Kiki: ¿Volver?
Silvia: Cuando yo entré al instituto me dijeron que la mejor de gimnasiase había ido a Suiza. ¿Por qué volviste?
Kiki: Larga historia. — dije rascándome el cuello.
Silvia: Dale, hay tiempo. — buscando la pelota para jugar.
Kiki: No, ya habrá tiempo, pero te resumo: fue por una noticia.
Silvia: ¿Un rumor?
Kiki: No lo puedo llamar así. — dije firme. — Ya habrá tiempo. Ahora, a entrenar o ¿te asusta?
Silvia: Está bien, Chiara, entrenemos. No quiero asustarte, solo quiero entrenar gimnasia contigo. — dijo mientras empezaban a entrenar y jugar un emocionante juego.
*
Mientras las dos nos hacíamos amigas, seguía disfrutando de cada entrenamiento . La amistad entre Silvia y yo florecía aún más, y las risas y conversaciones llenaban el gimnasio cada tarde cuando entrenábamos. Ambas compartíamos una pasión por la gimnasia.
Quería mantener el secreto de la verdadera razón de mi regreso con ella, y Silvia parecía dispuesta a esperar a que estuviera lista para compartirlo. El misterio agregaba un toque de intriga a nuestra amistad.
*
Fue un juego reñido, pero al final logré la victoria con un servicio poderoso que dejó a Silvia sin posibilidad de hacer más backflips.
Kiki: ¡Juego para Kiki! — exclamé con una sonrisa triunfante.
Silvia: ¡Buen juego, Kiki! Aunque perdí, disfruté mucho de este juego. — respondió con una sonrisa deportiva.
Kiki: Un placer enseñarte cómo se juega en gimnasia. — egocéntrica.
Silvia: Es un placer jugar contigo. A la próxima te gano. — riendo.
Kiki: Lo dudo, pero bueno, como desees. — riendo.
Silvia: ¿Vamos por un café? — mirándome.
Kiki: Vale, vamos, no todo es entrenar.
Silvia: Tengo una cafetería que te va a gustar.
Kiki: Eso espero, eso espero. — recalcando.
*
Subimos a su coche y nos sacamos una foto. Llegamos a la cafetería que Silvia mencionó y, como prometió, era un lugar acogedor con un ambiente agradable.
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y pedimos nuestros cafés. Nunca había venido aquí, tal vez abrió mientras yo vivía en Suiza.
Silvia: Aquí sirven el mejor café de la ciudad, te va a encantar. — mirando la carta.
Kiki: Genial, aunque no soy una amante del café. — dije sonriendo.
Pedimos unos cafés y unos dulces que no tardaron en traer. Mientras disfrutábamos de nuestras bebidas calientes, continuamos nuestra conversación.
*
Silvia: Kiki, me intriga saber más sobre por qué volviste. No quiero presionarte, pero si algún día decides compartirlo, estaré aquí para escucharte. — mirándome.
Kiki: Lo aprecio, Silvia. Es solo que, bueno, tengo mis razones para mantenerlo en secreto por ahora. Pero definitivamente, te lo contaré en el momento adecuado. — tomando un sorbo de café.
Silvia: Lo entiendo. Todos tenemos nuestros secretos... Cambiando de tema, ¿cómo te sientes de volver a la gimnasia y a tu ciudad natal? — feliz.
Kiki: Es un sentimiento agridulce. La gimnasia es mi pasión, y estoy feliz de volver a entrenar. Pero también hay recuerdos, algunos buenos y otros... no tanto. También dejé amigos y, pues, a una persona especial. — reflexionando.
Silvia: Te entiendo. El pasado puede ser complicado. Pero estoy segura de que harás grandes cosas para el equipo y, con el tiempo, los malos recuerdos se desvanecerán.
Kiki: Gracias, Silvia. Estoy emocionada por lo que el futuro me depara, y me alegra tener una nueva amiga con la que compartir esta experiencia.
*
Nuestra charla continuó mientras disfrutábamos del café y compartíamos nuestros planes para el futuro en la gimnasia y más allá. La amistad entre Silvia y yo seguía creciendo, y aunque había misterios sin resolver.
*
Luego del café, me dejó en casa. Habíamos empezado esa costumbre: entrenar y luego tomar un café. Era un buen plan, pero había actitudes de Silvia que hacían que recordara a Vio, y venía a mi mente.
"Lo hice para protegerla, ella será feliz lejos de mí. Ya sé que está bien y eso me alegra."
Mientras estaba en mis pensamientos, llegó Jas a mi habitación.
Jas: ¿Estás bien, Kiki? Pareces distante, pensativa y preocupada. — dijo a su espalda.
Kiki: Sí, estoy bien. Solo estaba pensando en algunas cosas del pasado. Pero no te preocupes, estoy contenta de haber conocido a nuevas personas y de volver a la gimnasia. — suspirando.
Jas: Si alguna vez quieres hablar sobre eso, estaré aquí para escucharte. Y estoy feliz de que esto te distraiga.
Kiki: Gracias, Jas, gracias. Pero ya ha pasado mucho tiempo, ¿no crees?
Jas: Bueno, verdad. Papá y mamá se van a una junta en Colombia, y Joey a una fiesta de pijamada hasta el lunes.
Kiki: Vale, vale. Joey con los amigos, papá y mamá en Colombia, tú y yo.
Jas: El lunes no vendré a almorzar, tengo planes. — riendo y alejándose de mí.
Kiki: Vale.
*
Lunes
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Del Odio Al Amor
Fanfiction¿Por que las personas nos traicionan, siempre será así?, por qué tu amigo decidió dejarte de hablar sin ninguna razón. El amor lo puede todo o solo son ideas clichés de libros, somos familias enemigas, por qué te miro así, por qué despiertas esto e...