108. Avión, tiquete y más

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Narra Vio

Ir a Menorca para obtener respuestas era lo único que pasaba por mi cabeza, ya que la opción de llamar se fue al aire con el comentario de Tana. Tenía razón en que necesitaba respuestas, saber qué pasó, si era verdad lo que dijo, si de verdad solo fue un reto o si realmente me amó como me dijo mil veces mirándome a los ojos. Quería respuestas, quería saber la verdad, necesitaba verla de nuevo. Era una urgencia, necesitaba a Chiara. Desde aquel día no nos habíamos visto y, cuando recuerdo ese día, solo veo su cara llena de odio, frustración y ganas de gritar.

Recordé que una vez me había contado dónde vivía. Suena peligroso, pero solo tengo esa opción, ya que sé que no va a responder a una llamada de mi número.

No podía dormir pensando en cómo sería nuestro encuentro. Me imaginaba varios escenarios: uno en el que me ve y me ignora, o uno en el que la encuentre con la chica de la foto. Todos eran peores que el anterior.

El domingo me la pasé en mi habitación viendo series. Me atreví a seguir viendo la serie que comenzamos juntas. Solo bajaba a comer y volvía a mi habitación. Los chicos me preguntaron si viajaba hoy de regreso, pero no respondí; aún no sabía si mi vuelo iría a Suiza o a Menorca.

A medida que avanzaban las horas, me di cuenta de que tenía que tomar una decisión sobre mi vuelo. Había estado evitando esa elección, pero finalmente lo decidí: tomé la decisión de ir a Menorca.

Me pareció que sería una oportunidad para enfrentar la situación y obtener algunas respuestas sobre ese día y sobre lo que dijo.

El lunes llegó y me encontraba emocionalmente agotada por toda la anticipación. No sabía qué esperar en Menorca, pero estaba decidida a averiguar la verdad. Me aseguré de estar preparada para lo que fuera.

Como era costumbre, subí al jet que me llevó a Suiza al instituto. Me dejó en la entrada, así que pasé a mi dormitorio y dejé mi maleta. Agarré mi mochila, metí un cambio de ropa, salí del instituto con mucho cuidado para no ser vista y me encaminé al aeropuerto.

La incertidumbre y la expectación llenaban mi mente mientras avanzaba hacia el destino que podría arrojar respuestas a las preguntas que me habían estado atormentando.

Cuando llegué al aeropuerto, vi que mi vuelo salía a las 10. Eran las 8, así que tenía dos horas allí. Tocó esperar. Mientras esperaba, decidí escribirle a Denna para informarle que estaba bien, ya que debía estar preocupada o capaz llamó a mi casa.

WhatsApp Denna

Vio: Hola.

Denna: ¿Dónde andas?

Vio: En el aeropuerto.

Denna: ¿Llegarás tarde?

Denna: No sería novedad. ¿Llegas para la clase de historia o para la de arte?

Vio: Estoy en el aeropuerto de Suiza.

Denna: ¿Y qué esperas para venir? Estamos desayunando.

Vio: Iré a Menorca. Necesito hablar con Chiara. Tenías razón, la idea está en mi cabeza y debo ir a saber la verdad.

Denna: Era para que avisases y te acompañara.

Vio: No, esto lo debo hacer sola. Así que ya sabes, estaré en Menorca.

Denna: ¿Sabes cómo llegar a su casa? ¿O sabes dónde es?

Vio: Sí, me dijo dónde vivía una vez. Seguro llego.

Denna: Habla con Rus y avísame cualquier cosa. Te quiero, estaré pendiente de ti, ¿vale?

Vio: Vale, yo te aviso. Deséame suerte.

Denna: Suerte.

*

Antes de subir al avión, le envié un mensaje a Rus.

WhatsApp Rus

Vio: Rus, iré a Menorca. Necesito que me ayudes a llegar a la casa de Kiki. Sé la dirección, pero por si acaso.

Rus: ¿Irás? ¿Segura?

Vio: Sí, sí, por favor, ayúdame.

Rus: Avísame al aterrizar.

*

Subí al avión y esperé a que despegara. Durante el viaje, pensé en los miles de escenarios con los que me podía encontrar. Eran miles y cada uno era peor que el anterior. Solo quería llegar y ver a Kiki; mi otro yo solo quería volver.

Después de 4 horas, casi llegué a Menorca. Al llegar, llamé a Rus y me pasó la ubicación, indicando en la entrada su nombre. Me dijo que los padres de Chiara no estaban y que esperara, ya que Chiara salía de clases a las 2.

Respiré hondo, comí algo y tomé un taxi que me llevaría a su casa.

Narra Kiki

La semana pasó volando y ya era lunes otra vez. Fui a clases como de costumbre, estuve atenta, bueno, eso quise creer. En el receso, hablé con Silvia y quería que jugáramos a lo del otro día. Le dije que no, que debía volver a casa, tenía que preparar una exposición. Tal vez en la tarde o mañana, pero hoy tenía que hacer tareas.

De camino a casa, recordé que Jas no vendría a almorzar y que Joey estaba con su amigo, así que conduje despacio hacia casa. Dejé el coche afuera de la cochera y bajé para entrar a casa...

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