Narra Vio
Kiki: ¿Nos vamos a dormir? – agarrando mi cintura.
Vio: Tengo una idea. – susurrándole al oído, para luego mirarla.
Kiki: No me mires así. – evitando mirarme.
Vio: Vamos. – agarrándola de la mano.
Kiki: ... – siguiéndome.
Vio: ¿Aún está la cabaña para nosotras?
Kiki: Sí, ¿por? – mirándome.
Vio: Sígueme. – mordiéndome el labio.
Kiki: Sí, amor. – asintiendo.
Salimos del gimnasio y fui por algo de ropa, ya que sabía que no volveríamos hasta mañana. Luego, salimos rumbo a la cabaña.
Vio: Te amo.
Kiki: ¿Estás segura?
Vio: Segura, muy segura de que te amo.
Kiki: Lo sé, y de lo otro. – mirando a la cama.
Vio: Te amo. – para luego besarla.
Kiki me cogió en brazos, levantando mis pies del suelo sin dejar de besarme. Me depositó con toda la calma y delicadeza del mundo sobre aquel colchón. Yo solo la observaba arriba de mí con adoración. Pues, si ya era hermosa, la imagen de mi novia mirándome fijamente con sus preciosos ojos ardientes era extraordinaria.
Kiki: Eres hermosa – me dijo acariciando mi mejilla. – Me vuelves loca.
Vio: Tú lo eres más, mi amor. – respondí aún mirándola fijamente, lo que se vio interrumpido por los labios de Kiki sobre los míos.
Nuestro beso empezó calmado, pero era un beso diferente a todos los que nos habíamos dado a lo largo de nuestra relación. En él, nos transmitíamos toda clase de sentimientos, desde el más puro amor hasta el más ardiente deseo. Jamás pensé que mi primera vez sería así, después de un baile. Siempre pensé que sería planeado, analizado. Esto es todo lo contrario, y me fascina.
Automáticamente la acerqué aún más a mí, pues nuestra cercanía no era suficiente. Kiki aprovechó la oportunidad para intensificar nuestro beso, pidiéndome a gritos que dejara que su lengua entrara en mi boca. Era una sensación única, algo que jamás había sentido. Mientras sentía su lengua en mi boca, pasó una de sus manos a mi cuello. No sabía dónde colocar mis manos, así que las dirigí a su cintura. En el proceso, recorrí su cuerpo con mis manos, aún por encima de la ropa, causándole un suspiro de placer que hizo que mi piel se erizara, el cual pude sentir con demasiada intensidad, pues aún me besaba. Eso me hizo sonreír.
Kiki: ¿Qué pasa, amor? – agitada.
Vio: Nada. – aún sonriendo, juraría que estoy roja. Su voz agitada se volvería mi nueva debilidad.
Kiki: Te amo. – separándose de mí para intentar sacarse su chaqueta, pero hizo una mueca de molestia porque, debido a la posición, se le dificultaba bastante. Decidí ayudarla. Puse mis manos en sus hombros para terminar de retirarle la chaqueta por completo y que quedara con su top, y luego volver encima de mi.
Kiki: Ahora puedes tocarme como quieras, no me quejo. – sonriendo.
Apenas dijo eso, sus besos bajaron a mi cuello. Ahora fue mi turno de suspirar. Acabo de descubrir que ese es mi punto débil, o tal vez es porque es ella quien lo hace. Sentí cómo primero empezó con besos suaves, hasta que succionó un poco mi cuello, dejando mordiscos pequeños que me hacían sentir placer. Pasé mis manos a su cuello, haciendo que se quedara unos minutos más ahí. Estoy segura de que dejará una marca, pero ahora mismo no me importa eso. Ya me preocuparé mañana. Por ahora, disfruto de nuestra noche mágica y de todo lo que Chiara me está haciendo sentir con sus toques.
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Del Odio Al Amor
Fanfiction¿Por que las personas nos traicionan, siempre será así?, por qué tu amigo decidió dejarte de hablar sin ninguna razón. El amor lo puede todo o solo son ideas clichés de libros, somos familias enemigas, por qué te miro así, por qué despiertas esto e...