95. Días II

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Narra Kiki

Ya debíamos volver a clases y mi cabeza era un laberinto. No sabía cómo íbamos a actuar; sabía que cuando la viera, me moriría por abrazarla, besarla, tenerla cerca. No podía volver a cómo éramos al inicio. Mi cabeza era un laberinto y papá me sacó de él.

Josep: Kiki, vamos. – agarrando las llaves de su coche.

Kiki: ¿A dónde iremos? – agarrando una sudadera .

Josep: A por tu madre y luego a ver tu uniforme y útiles.

Kiki: ¿Uniforme? – sorprendida.

Josep: Sí, hija. Vamos. – saliendo de casa. El camino fue silencioso hasta llegar a las oficinas de mamá. Ella subió al coche, saludó y me cayó el balde de agua fría.

Emma: Hola, corazón.

Kiki: Hola, mamá. – mirando el móvil.

Emma: Kiki, no volverás a Suiza. – mirándome.

Kiki: ¿Por qué? Me está yendo de maravilla, el equipo de gimnasia, los demás equipos en los que estoy, mis notas, son buenas. ¿Por qué? – molesta.

Emma: Por decisión de tu padre. Aunque me opuse, ya no pude hacer nada. Desde el día que fue a verte, él te retiró del colegio. Así que, cariño, iremos a ver tu nuevo uniforme.

Kiki: Pero, dad, solo quedan pocos meses. ¿Por qué haces esto? – mirando a mi papá.

Josep: ¿Por qué? ¿En serio, cariño? ¿No te parece ya mucho el hecho de que estuvieras estudiando con un Hódar? Y para colmo, tu reto nos hizo pasar por un momento... ¿cómo lo digo?

Kiki: Lo sé, pero por eso no era que me sacara del colegio. Les diste el gusto.

Josep: Chiara, ya está tomada la decisión. No vuelves a Suiza. Estudiarás aquí, con Martin y Salma, y a ver si conoces a alguien que valga la pena.

Emma: ¡Josep!

Josep: Digo la verdad, que se enamore de alguien que valga la pena.

El resto del viaje fue silencioso. Fuimos por Jas y luego a comprar uniforme y útiles. Mañana iniciaban las clases y en Suiza, por lo que sabía, igual. No había hablado con nadie, ni con Rus. Era mejor. Mucho mejor.

Al volver a casa, agarré las notas que Vio me daba y las leía mientras escuchaba música. Recordé aquella noche en la cabaña y me dormí sin más. Al despertar eran las 7 y busqué una sudadera, pero recordé que cuando desempaqué me di cuenta de que Vio se quedó con sudaderas mías. No la culpo si ya las tiro, pero fue una de mis favoritas. Agarré una verde y salí por Martin y luego por Salma. El miércoles era la presentación del V1C. Estaba emocionada, era un hermoso coche con detalles únicos.

Al llegar por los chicos, fuimos cantando y ellos hablaban de la ropa que se pondrían en la presentación.

Salma: ¿Será de día o noche?

Kiki: Por la tarde. – riendo.

Martin: Entonces, ¿sport elegante?

Kiki: Como quieran.

Salma: ¿Nos lo enseñarás?

Kiki: Pues, solo una parte quiero que sea sorpresa. – mostrando su móvil.

Martin: ¡Dios! Lo necesito.

Salma: ¿Harás unos 100?

Kiki: No, papá pidió unos mil por lanzamiento.

Martin: Vaya, está guapísimo.

Salma: ¿Por qué el nombre?

Me quedé callada, guardé mi móvil, apagué la música y sonreí.

Kiki: La V1C porque es la quinta generación de coches que hago, 1 es mi número favorito y C, pues yo.

Jesús: ¿Tu número favorito no es el 2?

Kiki: No, es el 1. – sonriendo.

Salma: ¡Joder! Vamos tarde.

Llegamos al instituto después de 10 minutos. Todos me miraron y los de primero me pedían fotos. Los demás me saludaban como si me conocieran. Vaya, era una locura. Las clases fueron aburridas. Para colmo, ya las había llevado, ya que en el internado nos habíamos adelantado demasiado y lo que explicaban ya lo sabía. Pasé toda la clase aburrida, para luego volver a clase a dormir.

Narra Vio

Domingo

Hoy vuelvo a Suiza con Denna. Por un momento pensé que no volvería, pero papá dijo que sí podía volver. Fuimos a comprar algunas cosas, como ropa y un poco más de material para volver. Decidimos volver un día antes, como habíamos quedado todos, a ver si encontrábamos a Kiki y entre todos pedíamos explicaciones. Moría por verla. Un mes sin ella. Aunque todos me decían que ya la dejara, no podía. Aunque sus palabras dolían, yo aún la amo. Y si quiere que me aleje, que me lo diga mirándome a los ojos, porque mi lucha sigue entre la enamorada y la que razona. La enamorada decía que había algo más detrás de sus palabras y la de la razón decía que ya la dejara y que fuera feliz. Papá dejó por la paz esa situación. No dijo más después de esa conversación y luego de hacer que los periodistas bajarán las fotos, quedó más tranquilo.

Vamos rumbo a Suiza con Denna. Estamos esperando a Álex, ya que vendrá a Granada para ir juntos los tres. Mientras lo esperábamos, hablamos de todo. Omar fue a despedirnos.

Denna: ¿Estás segura de que quieres hablar con ella? Sabes que ha pasado mucho tiempo desde que no se ven. No te buscó, no llamó, nada. – mientras caminamos por el aeropuerto esperando a Álex.

Omar: Tiene razón, Vio.

Vio: Parecía que les caía bien. – mirándolos.

Omar: Cariño, me caía bien, antes de verte llorar por ella.

Denna: Tiene razón.

Vio: Yo la conozco y sé que no lo dijo porque lo siente.

Denna: ¿Entonces?

Vio: No lo sé, Denna. Aunque haya pasado tiempo y es verdad, no me buscó, pero sé que ella no es así y necesito respuestas. Necesito saber porqué se fue y porqué lo dijo.

Omar: ¿Crees que lo dijo para salir del apuro?

Vio: Sí, bueno, eso quiero creer.

Denna: Yo te apoyo y si tenemos que acorralarla y sacarle la verdad, con amenazas lo haremos.

Omar: Me hacen videollamada. – riendo.

Luego de unos minutos, llegó Álex y volamos a Suiza. En el viaje fuimos riendo y Álex me dijo que sus padres habían hablado con los padres de Kiki y que tendrían una rueda de prensa, y que su familia estaba invitada. Sería el miércoles, así que él regresaría a Córdoba el miércoles por la mañana.

Al llegar al instituto, encontramos a todos, menos a Chiara. El lunes por la mañana la esperamos y nada, ni señales. En la tercera hora, la maestra comunicó que se había retirado del instituto.

Estábamos en clase de arte cuando llegó y comunicó.

Directora: Disculpe, maestra, tengo un aviso.

Profesora de arte: Adelante, directora.

Directora: Buenos días a todos. Como saben, y cómo lo habrán notado, la alumna Oliver ya no forma parte de nuestra institución. Señorita Ruslana, de parte de la familia de Oliver, que desocupe las últimas cosas de Chiara de su taquilla y dormitorio, que vendrán a por ellas mañana. Gracias, con permiso.

La directora se fue y todos murmuraron y me miraron. Todos querían saber por qué, y yo también.

Mientras seguíamos con la clase, me quedé pensando por qué se fue, si la obligaron o qué.

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