Ámbar frunció el entrecejo contemplando como su adorado Samuel perdía completamente el color del rostro, la mano que sostenía el teléfono celular tembló visiblemente y Samuel dió un paso hacia el lateral sosteniéndose del mueble, fue entonces cuando Ámbar caminó rápidamente hacia él, asustada por el cambio físico que estaba experimentando.
Samuel alejó el teléfono de su oído y cortó la comunicación sus ojos estaban extremadamente abiertos y parecía que estaba a punto de desmayarse, su estado de shock era evidente.
—Mi amor, ¿qué ocurre?— le preguntó Ámbar arrancando en el teléfono de la mano y ayudándolo a llegar hasta el sofá en donde Samuel se desplomó al tiempo que las lágrimas comenzaban a fluir de sus ojos. La angustia cubrió el cuerpo de ella porque no comprendía que estaba sucediendo y por qué Samuel estaba en aquel estado, incapaz de decir nada. —¿quién te llamó?, ¿ha ocurrido algo?, amor háblame— le dijo mientras se inclinaba frente a él y lo tomaba del mentón, Samuel la abrazó con fuerza entre sus brazos mientras comenzaba a llorar... llorar como un pequeño niño angustiado, como quien lo ha perdido todo. Su cuerpo se convulsionaba incontrolablemente.
—Mi padre... mi padre tuvo un... accidente— dijo con voz ahogada mientras batallaba por respirar pues las lágrimas lo estaban ahogando, el corazón de Ámbar se detuvo por un instante intentando procesar la información que estaba recibiendo.
—Aníbal— susurró— no puede ser, Dios mío— dijo al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas— pero, ¿está bien amor?, dime que Anibal está bien— le dijo con angustia y no solo por Samuel sino también por Melina y por el hijo que ésta estaba esperando, pues no sabía cómo la hermosa mujer tomaría aquella noticia y justo a tampoco tiempo de su parto.
—Mi padre está muerto, ¡está muerto!— gimió con dolor mientras se aferraba con más fuerza a ella, Ámbar parpadeó mientras las lágrimas cayeron de sus ojos para luego cerrarlos con fuerza y abrazar a Samuel intentando ofrecerle un poco de apoyo. No podía creerlo, Aníbal muerto.
¿De qué rayos iba todo aquello?, ¿Qué había sucedido?
—Dios mío— dijo ella en voz alta— esta es una noticia terrible Samuel— le dijo abrazándolo con mucha fuerza— ¿qué fue lo que sucedió?
—No he entendido con claridad, el oficial me ha dicho que mi padre tuvo un accidente mientras manejaba, al parecer el golpe fue muy fuerte y él no pudo soportarlo. ¡Dios mío ámbar mi padre está muerto!— dijo con angustia y dolor— ¿es acaso esto un castigo?— preguntó con voz entrecortada— ¿estoy siendo castigado con la ausencia de mi padre?, ¿ es ésta la paga de mis pecados?
—No, no digas eso cariño— le respondió mientras acariciaba su cabello— Por favor no digas eso, este tipo de situaciones son difíciles de prevenir, esto no tiene nada que ver contigo, no es ningún castigo ni ninguna sanción porque tú no has hecho nada malo, estas cosas sencillamente pasan nadie puede liberarse de ellas— dijo con dolor mientras lo abrazaba al tiempo que Samuel lloraba desconsoladamente entre sus brazos....
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Melina comenzó a preocuparse ya que consideraba que Aníbal estaba demorando demasiado, según sus propias palabras no tardaría mucho en casa de Ana y podría volver a tiempo para cenar con ella entonces, ¿ porque no llegaba aún?, no sentía celos y mucho menos inseguridades, a pesar de que su cuerpo había cambiado mucho sentía que estaba en la mejor etapa de su vida con esa hermosa bebita en su vientre y disfrutando de la plenitud de amar y ser amada.
Muchos podrían pensar que debía sentirse insegura al saber que Aníbal estaba con su esposa pero no sucedía aquello ya que Anibal se encargaba de darle seguridad y era muy responsable afectivamente hablando, es por ello que aquella tardanza le preocupaba aún más. ¿Sería caso posible que la conversación con Ana se extendiera más de la cuenta?, esperaba que Aníbal no tardará más en llegar y pudieran cenar tranquilamente.
Con el paso de los minutos y luego las horas el corazón de Melina comenzaba a inquietarse tomó el celular para marcarle en un par de ocasiones pero Aníbal no respondía y aquello alteraba sus nervios.
Un llamado a la puerta la sobresaltó, su corazón latió con fuerza y rapidez, se apresuró a abrir la puerta todo lo rápido que su enorme barriga le permitió, sintió que su alma caía los pies cuando se encontró con Samuel y Ámbar en la puerta y no era precisamente la visita de ellos lo que le asustaba y lo cual le indicaba que algo no estaba bien, era más bien la expresión de sus rostros y las señales evidentes de que ambos habían estado llorando.
Se aferró con fuerza al pomo de la puerta y llevó la otra mano a su vientre en un gesto muy natural, como si estuviese intentando proteger a su hija de la noticia que estaba por recibir.
—¿Qué sucede?— preguntó ella con angustia—ha ocurrido algo con Aníbal, ¿cierto?— preguntó con voz temblorosas mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, Ámbar y Samuel dieron pasos dentro del apartamento, fue Ámbar quien tomó una de las manos de Melina y la llevó a caminar dentro de la casa— dígan de una vez— dijo angustiada— Aníbal porque tendría que haber llegado hace mucho, no responde el celular y sé que algo está sucediendo— Ámbar agachó los ojos desviando la mirada se sentía incapaz de hacer frente a lo que estaba por suceder.
—No son buenas noticias las que traemos— dijo Samuel y Ámbar sintió como su amiga se aferro con fuerza a su brazo— mi padre tuvo un accidente cuando venía de camino para acá— los ojos femenino se llenaron de lágrimas al confirmar que sí había ocurrido algo y a la vez rogando al cielo porque las malas noticias terminarán allí, aunque la expresión sus amigos le indicaba que estaba por vivir uno de los momentos más dolorosos de su vida.
—¡Dios mío Samuel eso no puede ser!—dijo con voz ronca y ojos llenos de pena— dime por favor, dime que está bien, dime dónde lo tienen, necesitamos ir por él, necesito saber que está bien— dijo angustiadamente una y otra vez mientras hablaba ansiosamente y pronunciada las palabras con rapidez.
—Lo siento, Melina— dijo Samuel con voz quebrada— el accidente fue muy fuerte y mi padre... está muerto.
—¡¡NOOOOO!!— gritó Melina—¡NO, NO,NO ESO NO ES CIERTO!— gemía con angustia mientras sentía como un fuerte peso se instalaba en su pecho—¡ESTÁS MINTIENDO, ESTÁS MINTIENDO!— gimió con las lágrimas deslizándose por su mejilla—... Estás mintiendo Samuel, Aníbal está bien, Él está bien...— hablaba amargamente— llévame, llévame con él, Aníbal me necesita, llevame con él— dijo ahogada en lágrimas mientras batallaba por no derrumbarse—¡No puede ser Dios mío, no puede ser!— lloró con angustia—¡ esto no puede estar ocurriendo, No Aníbal, no... no me hagas esto mi amor, por favor, no!— Un nuevo grito llegó y esta vez de dolor físico, la contracción la tomó por sorpresa, al igual que el liquido corriendo por sus piernas...
¡Su hija estaba por llegar, y su padre no la conocería!
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HOLAAAA, QUIERO DISCULPARME NUEVAMENTE. :( NO SÉ POR QUÉ HE TENIDO TANTOS INCONVENIENTES PARA TERMINAR ESTA HISTORIA SI DESDE EL PRINCIPIO LA TENIA TODA PLANIFICADA, PERO EL TEMA DE SALUD Y OTROS PROBLEMAS ME HAN IMPEDIDO CULMINARLA. INTENTARÉ SUBIR LO QUE FALTA ESTA SEMANA, YA QUE QUEDAN MUY POCOS CAPÍTULOS.
GRACIAS A LOS QUE AUN SIGUEN AQUI... LOS AMO.
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¡He Pecado!
RomanceÁmbar Hobbs, está experimentando un momento caótico en su vida, ha perdido a su novio, su mejor amiga se ha mudado a otro país, acaba de perder su empleo... ¡Todo parece ir de mal en peor! Desesperada busca aliviar sus penas entrando a aquella igles...