8

515 52 9
                                    

—POR DIOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—POR DIOS. ¿QUÉ HA PASADO AQUÍ?—Daniel y Amanda entraron por la puerta de su casa y vieron el destrozo y a los alumnos de Miyagi-Do y Colmillo de Águila con completo desconcierto.

Amanda llegó corriendo al lado de Sam y Marie y acarició los rostros de las dos.

—¿Qué os ha pasado? Marie, las manos...

—Estoy bien. Nada grave.

—¿Qué ha sucedido?—Daniel pedía respuestas con desesperación y al ver a Hawk allí, Marie supo lo que el hombre pensaba que había ocurrido—. Tú... ¿Qué has hecho?

—No—lo interrumpió Demetri—. Bueno, al principio sí... Pero lo hemos salvado del lado oscuro.

—Han sido Tory y los demás cobras—dijo Miguel—. Ha sido... Una locura.

—Por Dios... ¿Tan salvajes son?—Amanda besó las manos de Marie y le acarició el pelo—. Ni una noche podemos salir...

—Voy a hacerle una visita a Kresse—alertó Daniel—. Ese hombre acaba de agotar toda mi paciencia. Y nadie se acerca a mi hija y sus amigos. 

—Yo voy contigo—dijo Sam.

—Y yo—apoyó Miguel—. Marie, ¿te vienes?

La chica se abrazaba sus propios brazos con fuerza y negó rotundamente con muchas cosas en la cabeza. Lo último que quería en ese instante era tener que enfrentarse a la mirada de Kresse, y a todas las acusaciones que este tendría preparado para ella.

Hawk levantó su mano.

—Yo la acompaño a casa—se ofreció—. He venido en coche.

—Gracias Eli—murmuró Miguel dándole un abrazo a su amiga—. Cuando estés en casa avísame, ¿vale?

—Sí...

Marianne se despidió del resto de chicos y de Demetri antes de caminar hacia fuera, donde estaba el coche de Hawk.

—¿Seguro que no quieres venir con nosotros?—le preguntó ella.

—No—sonrió Demetri—. Me iré con Chris y los otros... Además, meterme en ese coche con vosotros sería muy aburrido.

—¿Por qué?

—Porque no tendríais la charla conmigo delante.

Eso hizo que las mejillas de Marie se sonrojaran y Demetri se despidió de ella con una mano agitada en el aire. Marie se subió al asiento del copiloto del coche de Hawk frunciendo levemente los labios. Se acomodó en el asiento, ajustando el cinturón de seguridad, y miró por un instante a Hawk, quien ya había encendido el motor. No hubo necesidad de palabras; Ambos se entendieron en ese silencio.

𝗥𝗘𝗔𝗗𝗬 𝗙𝗢𝗥 𝗜𝗧──𝐄𝐥𝐢 𝐌𝐨𝐬𝐤𝐨𝐰𝐢𝐭𝐳 ✧.*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora