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VER A JOHNNY Y KRESSE PELEAR JUNTOS FUE UNA CLASE LA CUAL MARIE NO SABÍA QUE NECESITABA. Había estado a punto de no ir a ella por tal de no ver a Hawk en clase, pero se arrepintió al final y decidió ir en el último minuto.
Y menos mal.
Viendo a los veteranos en la lucha, pudo aprender ciertas cosas.
—Me tiene por el cuello. Y yo, por el codo—decía Johnny bajo el agarre de Kresse.
Los alumnos les miraban con atención y asombro.
—Si me quiero escapar...
—La izquierda queda libre y aprieto—continuó Kresse. Había algo en su sonrisa devoradora que asustaba a Marie.
—¿Qué tal las costillas?—sugirió la chica—. Están al descubierto para su codo.
—Interesante aportación, señorita Lake. Si le doy en las costillas...—Johnny golpeó a Kresse en la zona que indicó Marie y Kresse levantó la rodilla.
—El pecho le queda al descubierto.
—Es complicado. ¿Qué hacéis?—luego Johnny hizo un barrido y ambos adultos cayeron al suelo—. Pase lo que pase tenéis que actuar con fuerza.
—Os pueden hacer daño, pero si no hacéis nada no ganaréis.
—Tenéis que decidir: Dar el paso y luego ir a por todas.
Aquella clase impresionó a Marie, que no tenía muchas expectativas, y en el descanso, fue a ver su teléfono para no tener que hablar con nadie. Ni siquiera con Miguel.
Vio un mensaje de Demetri en el que el chico le suplicaba que lo llamara después de su primera clase en el Miyagi-Do y ella tragó saliva asegurándose de que nadie hubiera leído ese mensaje. No sabía cuál sería su reacción, pero no quería averiguar cómo de cabreado estaría Hawk si descubriese que Demetri había acudido al señor Larusso.
Al salir de Cobra Kai, Marie llamó al peli negro.
—¿Qué tal la primera clase, princesa?
—Pintando una valla.
—Joder. No te tengo nada de envidia—río la castaña.
—¿Me acompañarías mañana al centro comercial? Sale El Señor de las Mazmorras en la tienda de cómics y no quiero ir solo.
—Claro—prometió la chica, sin saber que el día siguiente muchas cosas se torcerían.
Durante el resto del día Marie no hizo mucho. A la mañana siguiente fue a trabajar, volvió a casa, se duchó y comió algo y luego fue en bici hasta el Miyagi-Do para recoger a Demetri. Le envío un mensaje de que estaba en la puerta y se retiró de allí impaciente. No quería que nadie excepto Demetri la viera allí. Podrían pensar que tenía otras intenciones...
