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LOS CHICOS SE HABÍAN REUNIDO UNA TARDE PARA PASAR EL DÍA EN LA PLAYA PERO LO QUE MARIE NO SABÍA ES QUE MOON SE LES UNIRÍA TAMBIÉN.
La presencia de la chica la molestaba en realidad, ya que por mucho que Aisha ya la hubiera perdonado, la latina no podía ignorar el hecho de que junto con Yasmine la fan loca de Hawk se había burlado de ella y había hecho bromas sobre su peso de muy mal gusto.
Además de todo eso, a Marie simplemente no le caía bien.
Por eso intentó dirigirle la palabra lo menos posible.
Marie dio un golpe que Demetri no interceptó bien dándoles la victoria a Hawk y la morena.
—¡Toma ya!
—Formamos un buen equipo—Marie se echó sobre los hombros de Eli celebrando la victoria pero no tardó en bajarse al ver como Demetri se secaba la cara en una toalla de Cobra Kai atrayendo a dos chicas guapísimas.
—Cobra Kai... ¿Ganasteis el campeonato, verdad?
Demetri parecía brutalmente sorprendido de que las chicas se hubieran fijado en él pero con una mirada de Marie se relajó.
—¿El campeonato? ¿La batalla de Reseda? Pues sí. Somos nosotros, sí—el chico se apoyó en el póster de la red de vóley con aspecto despreocupado.
Marie miró como Hawk observaba a Demetri analíticamente y ella frunció los labios.
Las chicas invitaron a Demetri a un partido más tarde ya que iban a darse un baño en ese momento y el peli negro asintió nervioso.
—Podrías ganarte la reputación que tanto pones en práctica—contestó amargamente Hawk cuando las chicas se fueron—. ¿Algún día te apuntarás?
—No sé, de momento saco ventaja sin sufrir.
Marie se echó a reír y palmeó la espalda de su amigo con una sonrisa.
—Tío, eres un crack—dijo la latina—. Pero creo que deberías escuchar a Eli. Tienes que dar un par de golpes.
—Sí, y no llevarte el mérito de algo que no...
Hawk iba a cantarle las cuarenta a Demetri pero algo lo distrajo totalmente de su misión: Mientras Marie se quitaba la camiseta y quedaba en pantalones cortos junto con un bikini azul marino en la parte de arriba, Hawk sintió como se le desencajaba la mandíbula y perdía un poco de dignidad.
Bueno, que diablos. Perdió mucha dignidad mirando con tanta intensidad.
—¿Hawk, qué ibas a decir?—le preguntó Miguel siguiendo la mirada del de cresta y sonriendo al comprenderlo todo—. Aaaaaaah. Vale. Lo pillo.
