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LAS CLASES DE RELAJACIÓN CON EL SEÑOR LARUSSO REALMENTE LE SERVÍAN A MARIE PARA DESESTRESARSE. El único problema es que al terminar siempre sus emociones volvían a abalanzarse sobre ella y todos sus problemas, de golpe, la aplastaban. Fue a por su botella de agua al entreno y con bastante molestia, se agachó a recogerla cuando se le resbaló de las manos, haciendo así que Bert y Nathaniel no la vieran cuando entraron, por lo que no bajaron el tono de voz de su conversación.
—¿Viste lo cagao que se quedó el renacuajo cuando Hawk lo asustó? ¡No se meo del miedo de milagro!—dijo Bert entusiasta, a lo que Marie frunció el ceño.
—Por suerte Hawk no dio ni la mitad de miedo que da cuando se enfada—comentó Nate sin importancia.
Marie salió de su esconde asustando a los dos chavales.
—¡Pero que cojones!
—Ya podéis soltar la lengua sino queréis que os estampe la cabeza contra la piedra del jardín—espetó ella de malhumor—. Escupid. ¿Qué le ha hecho Eli a ese chico?
Bert y Nathaniel se miraron sabiendo que la habían pifiado bien y empezaron a narrarle los hechos a Marianne. Ella, al terminar de oír la historia, salió de la cabaña y buscó a Hawk con los ojos. Estaba con Demetri hablando de cualquier tontería cuando ella lo aplacó y le estampó la espalda entre las vallas.
—Alto, alto, alto. Chicos, que estoy delante—bromeó el peli negro de forma inoportuna.
—Cállate Demetri. Y tú...—la latina se dirigió al ojiazul—. ¿Es verdad que has asustado a un chico que ni siquiera tiene la edad para estar en el insti solo porque has querido?
Hawk negó con al cabeza varias veces.
—Llevaba una camiseta de Cobra Kai, y ahora Kresse está difundiendo el mensaje del dojo de forma más sanguinaria aún. Fue solo un aviso, Marie. No es para ponerse así. Precisamente porque sé lo que es Cobra Kai quería que ese crío se quitara de en medio.
—Mira Eli. Me ha costado mucho confiar en ti de nuevo después de todo lo que ha pasado. No lo jodas sacando tu lado más cruel otra vez—dijo ella suavizando su tono, y apretando uno de los bíceps del chico—. Esto mola—luego dirigió una sola mano al pecho del chico para notar su corazón acelerado—pero lo que importa de verdad es esto.
Demetri se quedó allí viendo el espectáculo y riéndose internamente de la situación.
Eli le puso una mano encima a la de Marie y la bajó de encima de su pecho.
—Te prometo que solo ha sido un aviso para el chico.