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A LA MAÑANA SIGUIENTE, Marie no fue al instituto

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A LA MAÑANA SIGUIENTE, Marie no fue al instituto. Sabía exactamente donde tenía que ir para encontrarse con Nichols y fue a la entrada de Cobra Kai a las 12:30. La esperó en la puerta con una expresión completamente tranquila, y cuando la rubia la vio, Marie dio un paso adelante.

—A mi me importa una mierda la norma de no pelear—exclamó la latina. Y sin permitirle a la otra soltar su bolsa de deporte en el suelo, dio un giro de 360 grados al lanzarle una patada en la boca a esta. Tory apretó los puños y la miró como si quisiera matarla allí mismo, a lo que Marie se echó a reír—. ¿Qué? ¿La condicional no te permite devolverme el golpe?

—Estás muy equivocada si crees que no me vengaré—escupió Tory de mal humor—. El All Valley es muy pronto. Acabaré contigo en la final... Y entones suplicarás que pare.

Marianne se echó a reír.

—Para eso tendrás que llegar a la final.

Lake dio un paso adelante, y escondió todo rastro de inseguridad que pudiera tener mirando con ferocidad a la chica frente a ella.

—Si volvéis a acercaros a Hawk antes del campeonato, te juro... No... Te prometo que me encargaré personalmente de que no vuelvas a salir del reformatorio en tu vida—Marie, a pesar de ser más bajita que la rubia, se las arregló para mirarla por encima del hombro con despecho—. Solo eres una delincuente. No estudias. Tus trabajos no te duran nada... Piénsatelo la próxima vez antes de acercarte a uno de los míos.

Tras eso, Marie se apartó un poco y miró el logo de Cobra Kai con repulsión.

—Hazme el favor de transmitirle este mensaje a Kenne, ¿quieres?—y con esas palabras, Marie dio media vuelta de camino a casa. Luego recordó que tenía que ir al Miyagi-Do por petición de Daniel y fue en bici hasta el lugar.

Una vez en el recinto, Marie aspiró el aroma a limpio y tragó saliva.

—Ya estás aquí—una voz familiar la sorprendió a sus espaldas y ella se giró con lentitud—. Pensé que no vendrías.

Marie se cruzó de brazos frente a Daniel.

—No sabía si venir—admitió ella.

—¿Cómo está Eli?—le preguntó Larusso, a lo que Marie se estremeció.

—No me deja verlo desde... Esa noche—respondió—. Ni siquiera deja pasar a Demetri a su casa. Y tampoco contesta a mis mensajes.

Ambos se miraron con culpabilidad y Daniel fue un momento al interior de la cabaña. Al salir, el senséi llevaba en las manos un bastón con los que solían entrenar ambos y cuando se lo tendió a la latina, ella no supo que hacer.

—Cógelo. Es un regalo.

Marie lo tomó entre sus manos dudando.

—No puedo...

𝗥𝗘𝗔𝗗𝗬 𝗙𝗢𝗥 𝗜𝗧──𝐄𝐥𝐢 𝐌𝐨𝐬𝐤𝐨𝐰𝐢𝐭𝐳 ✧.*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora