CAPÍTULO 22 - POR: Isabella Johnson

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—Me alegra que lo hayas llevado bien, dejar el nido no es fácil, pero es parte del crecimiento —me segura—. Me avisas cuál casa es, para no irnos de paso —me pide.

—Ahí es, entra ahí —le pido indicando un acceso corto.

Papá está en el jardín jugando a la pelota con Charlie.

—¡Llegaron! —grita mi padre tomando a Charlie en brazos y saliendo a encontrarnos—. Cariño llegaron las niñas y Patrick, —avisa a mamá.

Patrick que está ayudándome a salir del coche, se pone a reír.

—¡Hola papá!, supongo que me incluiste en las niñas —le digo abrazándolo y dándole un beso a Charlie—. ¿Cómo está el sobrino consentido de la tía?

El nene contento, me responde con unos cuantos balbuceos, que se le entienden cada vez mejor.

—Por supuesto, ¡siempre serás mi niña!, aunque estés ancianita —dice papá devolviéndome el abrazo.

—Tiempos sin verte —le digo feliz de estar en casa.

—Sí, incluso te ha crecido un poco más el estómago —responde molestándome.

—¡Papá! —digo fingiendo que me ha ofendido.

Él se pone a reír y saluda a Patrick sin apartarse de mí, Charlie me abrasa la cara apretándome y riendo.

¡Mira cómo estás de lindo! —le digo tomándolo de los brazos de papá y haciéndole más mimos.

—Ten cuidado no te vaya a patear —me pide papá.

—Cariño, ¡llegaron! —Nos dice mamá saludándonos, abrazándome primero a mí y luego a Patrick—. ¿Qué tal estuvo el vuelo?

—¡Tranquilo mamá!, solo faltó que me vinieran poniendo uvas en la boca —le respondo riendo.

—Lo tomaré en cuenta para el regreso —me responde Patrick.

—¡Ni lo pienses! —le pido, sabiendo que es capaz de hacerlo.

—¿No era una petición? —me pregunta haciéndome ojitos.

—No, ¡era un sarcasmo!, además no puedo comer muchas uvas —le recuerdo.

—Podrían ser fresas —sugiere divertido.

Mis padres nos observan y se vuelven a ver, y Erick que viene llegando me dice.

—¿Trajiste mis arepas?

—Sí, también me alegro de verte —le respondo con sarcasmo.

—¡Ya sé que te alegra!, y eso que solo tiene unos días sin verme —le dice a Patrick, mientras me abraza—. ¿Me trajiste mis arepas? —vuelve a preguntar, saludando ahora a Patrick.

—Están en el asiento trasero del coche —le respondo.

—¡Wow! —Comenta—. ¡Cuántas me trajiste! —pregunta emocionado.

—Son para todos, ¡tragón! —le aclaro, poniendo los ojos en blanco.

—¡Ah!, ya me habías alegrado —responde.

Patrick va hacia el baúl y comienza a sacar las maletas.

Erick le ayuda y se ponen a hablar como si fueran grandes amigos de toda la vida, ¡mi hermano es así de amistoso con todo el mundo!, más tarde después de que hemos almorzado, el chistoso comenta.

—Acuérdense de que cuando toque la remodelación de los hoteles en Hawái, me llevarás como asistente, ¡necesito unas vacaciones! —comenta.

—Si te llevo como asistente, no te dejaré descansar —le respondo fingiendo seriedad.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - JUGADA INESPERADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora