CAPÍTULO 46 - POR: Isabella Johnson.

12 1 0
                                    

Cuando llegamos al hotel, nos reciben como el señor y la señora Dormán, en secreto agradezco a quienes ya conocía, que no hagan ningún comentario sobre Alexander, al saber que ahora soy la esposa de Patrick. Hay varios colegas y amigos de Alexander aquí, y más de uno en común con Patrick.

—Isabella, Patrick, ¡cuánto gusto verlos! —nos Saluda José, uno de los mejores amigos de Alexander, me pongo nerviosa y me preocupa que comente algo inapropiado

—José, ¡cuánto tiempo sin verte! —Lo saluda Patrick de inmediato—. Creí que ya no vivías en el país —agrega amistoso, sorprendiéndome ante el grado de camaradería que se nota entre los dos, ¡no tenía idea de que se conocieran!

—¡Nada que ver!, yo siempre aquí, hay tanto trabajo que no me he querido ir —le responde José—. Pero a ti, bueno, a ustedes —corrige viéndome—. Como que ya les gustó por allá —sugiere.

—Es por cuestiones de trabajo —le hace saber Patrick.

—Isabella, me alegra mucho que estés bien, y que te hayas casado con este macho, —dice pegándole una palmadita a Patrick en el hombro.

—Más a mí —le respondo viendo a mi esposo, él me agarra la mano y deposita un beso en ella.

—En realidad yo soy el afortunado —le hace saber a José.

—Me alegra que estén bien y sean felices —nos dice con aparente sinceridad.

—José te anda buscando Alejandra —viene una chica a decirle.

—Bueno amigos, el deber me llama, gusto saludarlos y saber que están bien —dice despidiéndose de los dos.

No hubo necesidad de comentar nada sobre él con Patrick, porque de sobra sabe que José trabaja en Black y que es un gran amigo de Alexander.

Continuamos saludando a otras personas, y de pronto me pongo más nerviosa, sé que Alexander ya está aquí, percibo su presencia, pero aún no lo he visto, y para ser honesta no estoy segura de querer hacerlo. Temo no ser capaz de resistirme y terminar cometiendo una locura o llorando.

Llega el momento en que Patrick sube al escenario, y da el discurso de la gala benéfica, al terminar recibe aplausos, saludos y felicitaciones, pero pronto regresa conmigo a la mesa, para mi suerte Susana y su esposo compartían con nosotros, y no tuve que quedarme sola.

A la hora de la apertura del baile, hay unos sobres con donativos extras que se tienen que hacer para poder participar, a mí no se me antoja en lo más mínimo, porque me recuerda a Alexander.

Y sé que él está aquí y muy probablemente me lo encuentre en la pista, pero veo a Patrick, sacar su chequera y emitir uno para luego guardarlo en el sobre, y sonriendo me dice.

—¿Señora Dormán, me concede este baile?

Vuelvo a ver a Susana como si ella fuera mi salvación, pero en cambio me anima.

—Ve con él, disfruten —nos pide.

—Vamos me pide Patrick —poniéndose de pie tendiéndome su mano, para que me levante.

Camino junto a él, pero no logro reprimir el temor de encontrarme a Alexander ahí con su esposa, disimuladamente lo busco en la pista, pero hay varias parejas y para mi suerte no lo veo, así que trato de tranquilizarme.

—Mírame —me pide Patrick, notando mi desasosiego—. Solo somos tú y yo, nadie más existe —me hace saber, como si adivinara mis temores.

Le hago caso y me concentro en él, cuando comienza a sonar, Kiss Me, de Ed Sheeran, de inmediato se me forma un nudo en la garganta, porque era una de nuestras canciones favoritas con Alexander.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - JUGADA INESPERADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora