CAPÍTULO 42 - POR: Alexander Black.

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Hace unos días tuve que regresar al apartamento por unos documentos, que utilizaría en una reunión, me tocó cambiarme de ropa después de un incidente que tuve con Arianita, y al llegar a la oficina con otra ropa, José intentó burlarse de mí.

—Parece que alguien tuvo acción y le tocó cambiarse de ropa —dijo riéndose.

—¡Y vieras qué acción! —le respondí, sin quitar mi atención de los documentos que estaba revisando.

—¿En serio?, ¿te estás viendo con alguien? —me preguntó entusiasmado, sentándose frente a mí, para que le diera más detalles.

—Sí, —le respondí—. Es una cosita tan linda, ¡que me tiene a sus pies!

—¡Wow!, ¿tan buena está? —quiso saber sorprendido.

—Te dije que es linda, ¡no que estaba buena! —le aclaré—. Aunque me produce tanta ternura que sí, me dan ganas de comérmela a besos —acepté.

—¡A!, estás hablando de Arianita —concluyó decepcionado—. Pensé que habías vuelto a las andadas —dijo riendo.

—No, ¡no necesito más complicaciones en mi vida! —le respondí.

—¿Tienes problemas con Eliana? —quiso saber intrigado.

—No después de que se fuera a estrellar con su auto, y provocara que Arianita naciera antes del tiempo —le respondí, revisando otros documentos.

—Fue una suerte que no ocurriera nada lamentable —me dijo agarrando los documentos que le estaba dando.

Y él tiene razón, la incertidumbre que viví los primeros días de vida de mi princesa, ¡fue espantosa!, sentía que de un momento a otro nos darían la peor noticia, y todo el sacrificio que hice al perder a Isabella, no habría valido la pena.

Pero gracias a Dios mi princesita ha crecido fuerte y sana, y cuando por fin se le definió el color de ojos, Damon estaba que no cabía de alegría, dijo que la nena había sabido a quién salir de la familia, y que había escogido al más guapo, a todos nos da riza, porque en realidad sacó el color de ojos de papá.

No es porque sea mi hija, ¡pero parece una muñequita!, lo único malo de que sacara el color de ojos de mi papá, es que me recuerda a Isabella, tienen prácticamente la misma tonalidad, tanto así que cuando salíamos con mamá y él, quienes no nos conocían pensaban que ella era su hija.

Incluso mamá hasta llegó a bromear con él, preguntándole si no tenía alguna hija por ahí de la que tuviéramos que saber, a papá le dio risa y dijo que ese dolor de cabeza no se lo daría nunca, ¡el viejo la ama incondicionalmente!

Cuando conocí a la mamá de Richard, comprendí por qué mi princesa es tan linda, digo, ¡Isabella!, la señora tuvo que haber sido una preciosura en su época, porque aun a su edad lo es.

El trabajo sigue siendo mi flotador, pero en cuanto llego a casa, mi prioridad es Arianita, después de jugar con ella y leerle algún cuento para que duerma, me voy al despacho a continuar trabajando, y la mayoría de veces procuro irme a la cama hasta que Eliana se ha dormido.

En ocasiones, ella llega a sacarme de él, y esa es señal de que quiere acción, ¡tiene razón!, es una mujer joven y sana sexualmente, yo también lo soy, y por eso me dejo llevar y le doy rienda suelta a nuestros momentos de deseo.

Ha habido veces que al estar con ella, me he perdido en mis sentimientos, y me he trasladado a mis momentos de intimidad con Isabella, cuando eso ha ocurrido, las sensaciones son más intensas; pero sé que no es correcto, ni justo para mi mujer, además, un día se me puede escapar el nombre de mi princesa, y no me extrañaría que amanezca capado.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - JUGADA INESPERADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora