CAPÍTULO 45 - POR: Isabella Johnson.

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Saco la ropa y los accesorios que voy a utilizar más noche, Patrick se ha quedado allá abajo hablando con mi papá y con Erick que ya han venido. El vestido que utilizaré más tarde es una verdadera obra de arte, Rose me acompañó a buscarlo y recorrimos tantas tiendas hasta encontrarlo, en cuanto lo vio ella declaró que era el perfecto, obviamente tenía un precio exorbitante, sin embargo nada más allá de lo que me puedo permitir pagar.

Es color plateado brillante, de tirantes y escote pronunciado en V en la parte de enfrente, en la parte de atrás también es un corte en V, pero este es más estrecho, y me llega hasta debajo de la cintura; es pegado al cuerpo hasta un poco debajo de las caderas, y prácticamente después de media pierna, es un poco vueludo.

Va acompañado de unas sandalias de tacón de infarto, de esos que tanto le gustan a Patrick, obviamente no me pondré sostén, y la braga que utilizaré es diminuta y de tela delgada para que no se me marque.

¡Espero dejar a mi esposito con la boca abierta!, además es muy probable que Alexander o más de un conocido de él, anden en el evento y quiero que se den cuenta de que continué viviendo, a pesar de tanto dolor que he pasado, continúo luchando e intentando ser cada día más feliz.

Y parte de esa felicidad se la debo a mis ternuritas, que alegran mi vida con su existencia, sin lugar a dudas, ellos se han convertido en mis verdaderos amores. También Patrick es parte muy importante en mi vida, y me brinda mucha felicidad, ¡no sé qué habría hecho sin él!

Bajo a pasar un buen rato con mi familia, a esperar a que Amalia venga para que me peine, en cuanto viene, pasadas las seis y media, subimos a mi habitación y ella comienza a hacer su magia.

—Amor voy a ducharme y a vestirme en la habitación de Erick —me dice Patrick, entrando con Mateo en brazos.

—Hola chiquitín lindo, como están esos cachetitos rojos —le dice Jess a Mateo.

Patrick se pone a reír y se toca las mejillas.

—No te digo a ti, —le aclara Jess—. ¿Quieres que me mate tu mujer? —agrega divertida.

—Eso mismo pensé —le responde Patrick sonriendo—. Porque estos son de ella —dice inflando las mejillas, tocándoselas y luego me besa.

—¿Adónde dejaste a Valentina? —le pregunto poniendo los ojos en blanco.

—Tu papá está intentando dormirla —dice divertido.

—¿Con su pacha?

—No, solo cargándola y cantándole —me comenta riendo.

—La debe de estar pasando de lo lindo la bandida —le digo divertida.

—Voy a llevar mi ropa a la otra habitación para no estar entrando a cada rato —comenta buscando sus cosas.

—Ya casi terminamos aquí —le respondo.

—Sería preferible que te vea, hasta que estés completamente transformada en una diva, —sugiere Amelia—. Estoy segura, qué lo vas a dejar con la boca abierta.

—Ella no necesita mucho para dejarme con la boca abierta, es hermosa, con cualquier ropa que lleve puesta —la contradice Patrick.

—¡Ven que es un amor! —les comento a las dos, ellas se ponen a reír.

Va a dejar sus cosas a la otra habitación y regresa por Mateo, a mí terminan de peinarme, y me despido de Amalia porque la pobre tiene otro compromiso, Jess baja a darle de comer a Mateo y yo me quedo sola terminando de arreglarme.

Ya me he puesto las medias y el liguero, las sandalias y ahora estoy luchando con cerrarme el cierre de esta hermosura, me encanta como se me ve, no creí que volvería a quedar tan bien en uno, después de semejante barriga que eché, me aplico un poco más de loción y ya estoy lista.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - JUGADA INESPERADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora