Tenía un nudo en mi garganta que parecía estar hecho para impedirme llevar aire a mis pulmones. Una cantidad inimaginable de demonios de toda clase salió de los árboles que nos rodeaban. Sentí como una clase de miedo desconocido para mí se instalaba en mi cuerpo al ver la sed de sangre en los ojos malditos de los bichos.
Alora cayó en el suelo y mi primer impulso fue hacer lo mismo para intentar sostenerla. Se quejaba de un dolor que era incapaz de ver y parecía estar hablando con alguien invisible a nuestra vista. Cuando las criaturas malignas se propusieron comenzar con su ataque, una masa negra y espesa salió del cuerpo de la chica de cabello plateado y envolvió nuestros cuerpos como si quisiera protegernos.
O al menos aquello fue lo que pensé hasta que vi como uno de los demonios traspasó la barrera de oscuridad como si no hubiera problema alguno en ello. Jason estaba asombrado de ver como la masa oscura nos envolvía y sin entender de donde provenía la misma. Los bichos comenzaron a acercarse hacia donde nos encontrábamos y Zayn no tuve remedio alguno más que crear un par de dagas de sombras mientras Mallory intentaba despistar al chico rubio.
Aún en las circunstancias en las que nos encontrábamos, debíamos proteger nuestro secreto.
Un shoil corrió hacia donde Iris se encontraba dispuesto a degollarla y a devorar su cabeza en el proceso. Mi prima estaba atada de manos y pies en una situación demasiado complicada para un par de seres mágicos como nosotros. En momentos como este había una única pregunta que se formulaba en mi mente y se quedaba arraigada a ella.
¿Proteger nuestra vida y la de aquellos que nos rodeaban, aunque pusiéramos en evidencia nuestra verdadera naturaleza o arriesgarnos a morir y proteger nuestro secreto?
Zayn lanzó una daga creada con los retazos adoloridos de un corazón quebrado hacia el demonio, atravesando su pecho y volviendo su cuerpo un montón de cenizas que se desvanecieron en el aire. Iris exhaló con alivio y sorpresa, se giró con rapidez y le dedicó una mirada de agradecimiento al chico de ojos violetas.
Él nos repartió algunos puñales y mi estómago dio un retorcijón al ver las heridas sangrantes que se habían creado en el costado de su abdomen y que ahora manchaban la camiseta beige que llevaba puesta. Evité hacer contacto visual con él, tomé las dos pequeñas dagas que me tendió y me giré dispuesta a despedazar a cualquier demonio que intentase llegar a nosotros.
Salté con agilidad sobre el cuerpo de Alora, quien aún permanecía en el suelo inconsciente. Peleé con rapidez y fuerza con la mayoría de demonios que tuve enfrente, enterrando mi daga en sus pechos y en otros puntos estratégicos que pudieran matarlos sin problema alguno. No tenía ni idea de dónde venían tantos o quién había podido mandarlos, pero, teníamos que acabar con ellos antes de que más personas notaran lo que estaba sucediendo aquí.
Me di la vuelta con rapidez al escuchar un grito adolorido proveniente de Jason, quien ahora tenía una herida inmensa y sangrante en el medio de su pecho. Presté atención al corte que el demonio que yacía degollado y muerto a su lado le había hecho y suspiré aliviada al darme cuenta de que, a pesar de ser bastante grande, no era para nada profundo.
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El Poder De La Nada. (LIBRO 1 Y 2)
Fantasía"En un mundo de magia y misterios, el amor puede ser un refugio... o la tormenta que desata la guerra. La sangre dorada en el suelo es solo el comienzo; en Aethel, cada lágrima derramada forjará el futuro de una tierra mágica."