Capítulo 9: Pelea de espejos.

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Las bestias mitológicas pertenecen a su propia dimensión. Por lo que al fusionarse con un individuo no permanecen todo el tiempo con él, sino que cuando no es necesario que esté presente, vuelve a su mundo.

Estas bestias pueden subir de nivel según la cantidad de poder y maná que posee aquel ser con el que estas se fusionaron.

A través del vínculo son capaces de hablar telepáticamente con el individuo. Además, la muestra de que una bestia y el ser que está unido a ella han llevado a cabo su ritual de aceptación, se pone de manifiesto mediante un tatuaje representativo que aparece en ambos cuerpos.

Además cuando estas suben de nivel y adquieren habilidades y poderes que también son utilizados por el individuo.

Anónimo:

Llevaba toda mi vida encerrada en las mismas cuatro paredes. Aquel lugar siempre había sido mi casa. Mamá decía que hay personas que no están hechas para vivir en la luz, y yo era una de ellas.

Me había acostumbrado a estar envuelta en la oscuridad que había en aquel lugar. Cuando el fuego de las antorchas se apagaba y dejaba a las sombras abrazar mi cuerpo, no sentía miedo.

Nunca lo había sentido.

Cuando era pequeña parecía un juego. Mamá jugaba conmigo a contar los bloques que adornaban las paredes, hacíamos formas de animales en las sombras y escuchábamos las goteras inventándonos canciones.

Pero cuando crecí. Comenzaron los gritos de terror, las goteras ya no sonaban como canciones y ya sabía de memoria el número de bloques que había en aquella pequeña prisión.

Porque aquellas cuatro paredes separadas del resto de la mazmorra por una reja oxidada, no era más que una prisión en la que pretendían mantenerme para siempre.

Le insistí a mamá para que me dejara ayudarla a trabajar. Ahora pasaba mis días limpiando los suelos de las demás celdas. Siempre habían dicho que no había una salida, pero yo había encontrado una. Sin embargo, ¿quería salir? No lo sabía con certeza. No conocía mucho más allá de aquel lugar. Sabía que había un sol que era dorado en las mañanas y una luna plateada que alumbraba las noches.

Sabía que habían árboles llenos de frutas y flores de muchos colores. Tenía conocimiento de que todos en aquel lugar, dentro y fuera de las mazmorras, tenían poder.

Todos menos yo.

Durante todo mi viaje por la isla, había sentido una presencia detrás de mí, como si estuviese buscándome o acechándome

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Durante todo mi viaje por la isla, había sentido una presencia detrás de mí, como si estuviese buscándome o acechándome. Jamás pensé que se trataba de una pantera negra que estaba destinada a ser mi bestia mitológica.

Por ello, cuando sentí la necesidad de vincularme por primera vez, creí que el dragón era mi unica bestia, sin embargo, la pantera también estaba conmigo.

Mediante nuestro vínculo, Ebony, la pantera hembra, me había dicho que había estado protegiéndome todo el tiempo dentro de la Isla, que había esperado pacientemente a que saliera de la montaña de los dragones para poder llevar a cabo nuestro ritual.

El Poder De La Nada. (LIBRO 1 Y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora