Entre las Casas

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Bueno una pequeña nota me harían muy feliz si no fueran lectores fantasmas me encantaría leer lo que están pensado espero disfruten el capitulo

----------Harry---------

Después de salir de la sala común, caminábamos en grupo hacia el Gran Comedor. Me mantenía cerca de Draco, no por una elección consciente, sino porque algo en él me atraía. Quizás era esa mezcla de confianza y vulnerabilidad, o la manera en que se relacionaba con los demás. Aún no podía sacarme de la cabeza lo que había pasado anoche: la pesadilla de Draco, el frío que llenó la habitación, y las palabras crípticas que había murmurado. Estaba procesando todo, pero no lo mencioné. Todavía no estaba listo para hablar de ello.

Theo y Pansy se unieron a nosotros en el camino, como si se fuese lo más natural del mundo. Theo, con esa sonrisa burlona que parecía reservada solo para Draco, nos lanzó una mirada juguetona, cargada de picardía.

—¿Dormiste bien, Dragón? —preguntó Theo en voz baja, lo suficiente para que solo Draco lo escuchara.

Draco rodó los ojos, su respuesta llegó cargada de sarcasmo.

—Más o menos. Hubiera dormido mejor si hubieras estado allí para salvarme de mis propios sueños —replicó Draco, con su característico tono ácido.

Theo rió y le dio un empujón amistoso en el hombro.

—Siempre tan dramático, Draco. No puedo estar siempre vigilándote, ¿sabes? —dijo, aunque la preocupación en su voz no pasó desapercibida.

Observé la interacción en silencio, sin entender del todo la dinámica entre ellos, pero algo en su relación me incomodaba. Theo parecía entender a Draco de una manera que los demás no podían, como si compartieran una complicidad más profunda que una simple amistad. Ese pensamiento me perturbó más de lo que quería admitir.

Cuando entramos en el Gran Comedor, el bullicio de los estudiantes llenaba el aire. Nos sentamos en la mesa de Slytherin, rodeados de compañeros que aún me resultaban extraños. Blaise se servía comida con la calma de alguien que parecía estar en control de todo, mientras Pansy observaba con sus ojos críticos.

—¿Qué tenemos hoy en el horario? —pregunté, intentando sonar despreocupado, aunque en realidad estaba ansioso por saber qué nos esperaba.

—Todavía no lo sabemos —respondió Draco, echando un vistazo hacia la puerta del Gran Comedor.

Fue entonces cuando Severus Snape entró en la sala, su capa negra ondeando tras él. Los murmullos a su paso se incrementaron, y la mezcla de respeto y temor que provocaba era palpable. Para los demás, él era un maestro intimidante, pero para mí, era... algo más. Un tutor, una figura complicada que aún no terminaba de entender.

—Ahí viene —murmuró Blaise con su habitual tono indiferente.

Cuando Snape se acercó, mi cuerpo se tensó ligeramente.

—Potter —dijo con esa frialdad —, espero que este año te esfuerces. Aquí no eres una celebridad, eres solo un estudiante más. ¿Entendido?

Apreté los labios, la frustración recorriéndome, pero solo asentí.

—Lo tendré en cuenta, profesor —respondí con un tono neutro, aunque no podía evitar sentirme incómodo por la dureza de su trato. Tendría que hablar con él en privado sobre esto.

Snape asintió brevemente y luego se volvió hacia Draco. Su rostro se suavizó de manera sutil, casi imperceptible, pero suficiente para que notara el cambio.

—Draco, cuídate. Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme —dijo, en un tono que solo él podía escuchar, pero que dejaba entrever una preocupación genuina.

El Destino Fragmentado de Draco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora