El Límite del Dolor

1.1K 181 122
                                    

vayan a un lugar seguro para leer...

La musica ponganla cuando aparezca la imagen..


------Harry-----

Ya había pasado el mediodía, y ni Theo ni Draco se habían movido de la cama. Blaise se había levantado para traernos algo de comer, pero nadie había tocado un solo bocado. La comida se quedó fría, como todo lo demás en la habitación.

Le pedí a Blaise que se fuera, que inventara alguna excusa para los demás. Draco necesitaba espacio, más del que nadie podía imaginar. El mundo fuera de esta habitación había dejado de existir para nosotros. No había risas ni luz, solo un dolor silencioso que nos ahogaba a todos.

Entonces escuché la voz de Draco, quebrada, débil.

—Theo... ¿a dónde vas? No me dejes... por favor, no me dejes. —Su súplica era como un cuchillo que me atravesó.

—Dragón, solo voy un momento a mi habitación, —dijo Theo, tratando de tranquilizarlo—. Necesito traer las pociones. Si no las tomas, no podrás descansar.

—No, no, no... no me dejes. —La voz de Draco se rompió en un sollozo desgarrador. —No van a funcionar... nada va a funcionar. Solo quédate... por favor, solo quédate.

Y comenzó a llorar otra vez. Lloraba como si su alma se deshiciera en pedazos, cada gemido una herida que se abría más y más. No podía soportarlo más. Me levanté de donde estaba, mi cuerpo tenso, lleno de impotencia, y me dirigí hacia la habitación de Theo. Con un accio rápido, invoqué todas las pociones que había allí. Era lo único que podía hacer. Lo único. El eco de su llanto seguía perforándome mientras regresaba.

Volví a nuestra habitación, y las pociones levitaron suavemente hacia Theo.

—Tómalo, Dragón. —Theo murmuró, sosteniéndolo como si su vida dependiera de ello.

El tiempo se alargó en ese silencio roto, cada minuto parecía durar horas. Finalmente, escuché un suspiro de Theo.

Después de un rato, Theo se levantó de la cama. Me miró con una expresión que era al mismo tiempo compasión y determinación.

—Harry... Lo siento. Sé que tú deberías estar con él, pero ahora mismo Draco no lo quiere. No es tu culpa, pero no sé qué está pasando por su mente. Por favor, mantén tu distancia por ahora. Al menos hasta que logre calmarse. —Su voz era suave, pero firme, una orden disfrazada de súplica.

Asentí, aunque por dentro me estaba desmoronando.

Entonces, los gritos comenzaron.

—¡No me toquen! ¡Suéltame! ¡Por favor, para! ¡Te lo ruego! ¡Déjenme en paz! —Los gritos de Draco llenaron la habitación, exactamente como la primera noche que habíamos compartido juntos, pero esta vez era peor.

Theo salió disparado hacia su lado, y yo me quedé inmóvil el no me queria ahí solo lo dañaria más.

—Draco, soy yo, Theo. Despierta cariño. Es solo una pesadilla. —La voz de Theo intentaba ser calmante, pero yo podía sentir la desesperación en cada palabra.

Y eso me estaba carcomiendo por dentro.

De repente, Draco salió corriendo hacia el baño, y el sonido de su vómito resonó, crudo y visceral. Theo fue detrás de él, pero yo solo pude quedarme al pie de la puerta.

—No puedo hacer esto de nuevo, Theo... —La voz de Draco se rompía entre jadeos—. No puedo. No puedo soportarlo otra vez. Soy un asco... estoy sucio... otra vez. —Se escuchaba su desesperación como un eco interminable.

El Destino Fragmentado de Draco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora