fingiendo inocencia

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Capítulo 1 - Kushina Uzumaki

Fingiendo inocencia


Konohamaru y Kushina


TW: Shota


…….


Los pasos de Konohamaru resonaron levemente en el camino adoquinado que conducía a la casa de Naruto. El sol del atardecer proyectaba largas sombras sobre el pueblo, tiñendo las calles de tonos naranjas y dorados. Mientras se acercaba a la familiar puerta de madera, la anticipación revoloteaba en su pecho. Tenía noticias importantes que compartir con Naruto, algo que no podía esperar. Con un sentido de urgencia, llamó a la puerta, esperando que su amigo estuviera en casa.


La puerta se abrió con un crujido y apareció una mujer de llamativo cabello rojo y penetrantes ojos azules. Konohamaru la reconoció de inmediato: Kushina Uzumaki, la madre de Naruto. "Oh, Konohamaru, ¿qué te trae por aquí?", saludó con calidez, con una suave sonrisa en sus labios. Su presencia exudaba una sensación de calidez maternal que tranquilizó instantáneamente a Konohamaru.


—Estoy buscando a Naruto —respondió Konohamaru, con la voz teñida de preocupación—. Tengo algo importante que decirle. —Se movió sobre sus pies, mirando más allá de Kushina hacia el interior tenuemente iluminado de la casa, con la esperanza de ver a su amigo.


La expresión de Kushina se suavizó y la simpatía brilló en sus ojos. —Lo siento, Konohamaru —dijo, con la voz teñida de pesar—. Pero Naruto no estará en casa durante un tiempo. Kakashi-sensei lo ha llamado a una misión. —Hizo una pausa y un rastro de preocupación arrugó su frente—. ¿Está todo bien? Pareces preocupado.


Konohamaru dudó un momento, pensando en las palabras de Kushina. Su mente se llenó de pensamientos sobre la importante noticia que traía, la urgencia que lo carcomía por dentro. Sin embargo, había algo más: se le presentó una oportunidad inesperada pero tentadora. La oportunidad de pasar tiempo a solas con Kushina, de disfrutar de su presencia y tal vez compartir un momento de intimidad.


Tras respirar profundamente, Konohamaru reunió coraje y miró a Kushina a los ojos con determinación. —Tengo algo en mente, algo que necesito discutir con Naruto —comenzó, con voz firme a pesar de la confusión que se arremolinaba en su mente—. Pero quizás... ¿puedo entrar y hablar contigo en su lugar? —Le ofreció una sonrisa esperanzada, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras esperaba su respuesta.


Kushina lo miró con una mezcla de sorpresa y curiosidad, sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa. "Por supuesto, Konohamaru", dijo, haciéndose a un lado para dejarle paso. "Siempre eres bienvenido aquí". Cuando Konohamaru entró en la calidez de la casa de los Uzumaki, una oleada de emoción lo recorrió. Un momento a solas con Kushina, ¿qué podría ser mejor que eso?


El corazón de Konohamaru se aceleró cuando Kushina le dio la bienvenida a los acogedores confines de la casa de los Uzumaki. La observó con gran atención mientras se movía con gracia por la cocina; cada uno de sus movimientos era una danza hipnótica que cautivaba sus sentidos. El suave resplandor de la luz del atardecer iluminaba su figura, proyectando sombras que acentuaban sus curvas en los lugares adecuados.

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