NARRADOR: Kathy West
Aunque hubiera salido antes que él de casa, Derek se había encargado de pasarme a enormes zancadas, literalmente me había hecho correr hasta el Instituto, lo peor de todo es que mi trozo de pan se cayo en el suelo y ni tuve tiempo de recogerlo, por no querer perder de vista a mi hermano mayor. Lo primero que hice al llegar a las instalaciones del Instituto fue apoyarme en una de las columnas más cercanas a la entrada y recobrar la respiración, sentía mi piel totalmente caliente y varias gotas de sudor resbalándose por mis sienes y unas cuantas acumulándose en mi frente. Adiós olor a limpio, hola olor a sudor de puerco. Bueno estaba exagerando, pero de que estaba sudando, estaba sudando.
Antes de terminar mi descanso con la columna Zander y Dayana se acercaron igual de felices como todos los días, refrendando a son la pareja perfecta. No es que fuera envidiosa por su relación, pero de deprimía saber que más de la mitad del Instituto tuviera pareja o estuviera saliendo con alguien y yo era parte de ese porcentaje de estudiantes solteros disponibles.
Caminando en cámara lenta Zander se acerca hacia mí con un brazo alrededor del cuello de Dayana. En cierto modo me incómoda verlos tan cerca mientras se dan demasiadas muestras de afecto y se ríen de lo felices que son. En el momento que Dayana estuvo a centímetros de mi fui la primera en hablar — Dayana, no me terminaste de contar esta mañana — puede que esa hubiera sido una de mis tantas razones por las que quería llegar temprano, pero no corriendo detrás de mi querido hermano —¿Cómo son los chicos nuevos? — pregunte con una sonrisa cómplice a su dirección.
Ella soltó una risita mientras sus mejillas se sonrojaban — Te lo iba a decir, pero me colgaste a mitad del informe - dijo a modo de regaño — Bueno hay algunos que nada que ver — hablo haciendo ademanes con una mano — , otros que están pasables, — solté una risa involuntaria al ver los gestos que hacía mientras me contaba — pero hay unos les sigue de buenos — en ese preciso momento Zander miro a Dayana mientras fruncía el ceño, ella simplemente se encogió de hombros.
—¿Lo que les sigue de buenos? — repitió a modo de pregunta Zander, podía ver dentro de sus pupilas las llamas de los celos.
— Menos mal no estoy interesada, porque te quiero mucho, amor — casi gritó, para luego estamparle en la mejilla un enorme beso sonoro, del cual medio Instituto se dio cuenta. Zander sonrió avergonzado ante las miradas de los demás, dejando ver sus hoyuelos.
— Basta, luego siguen con eso — dije separándolos — Dime ¿cuántos son los nuevos?
— Unos 20 o 25, creo — dijo mirando al techo como si estuviera haciendo cálculos en su mente.
Esta era mi oportunidad, mi meta de este año. En verdad que quería conseguir pareja y tener una vida normal o al menos lo que se podía denominar normal teniendo en cuenta el tema de que mi hermano es un vampiro sanguíneo y yo su alimentadora. Mientras iba hablando con los dos tortolos camino hasta mi casillero en menos de diez minutos comenzaban las clases.
— Tienes que mostrarme a los chicos nuevos. — le dije a Dayana.
— Arg... ¿Por qué sólo hablan de chicos? parezco el gay de este trío — dijo Zander.
Dayana y yo estallamos en risas al escucharlo — Porque somos chicas — comenzó a decir mi mejor amiga entre risas — y nos interesan los chicos, además no podemos hablar de chicas porque ya tienes novia — ambas asentimos al mismo tiempo.
— Sí, pero tú también tienes novio y estás hablando de chicos.
— Entonces que ¿me vas a mostrar a mi futuro novio? — dije cortando la discusión que se avecinaba entre la pareja perfecta del Instituto Misp.
Mientras Dayana me empezaba a describir a uno de los chicos que le pareció increíblemente atractivo — pero no tanto como su novio —, saque mis cosas del casillero.
Cada vez mi casillero me parecía más pequeño y algunos días ni la maleta me cabía en ese pequeño espacio, extrañamente mis libros no estaban tan pesados hoy. Justo en el momento en que cerré mi casillero y me di la vuelta para seguir con mi conversación mis ojos se encontraron con la figura de un ángel. Un chico de mediana estatura capto toda mi atención dejando la voz de Dayana en un segundo plano, su brazo izquierdo estaba encima de los hombros de una chica unos centímetros más baja que él y estaba tan concentrado en su amena conversación con ella que ni siquiera paso su mirada por los pasillos. Inconscientemente abro la boca sintiéndome atontada, era más que evidente que el chico era nuevo en el Instituto, jamás olvidaría a un chico con esos dotes. Su cabello era rubio tirando a castaño, fue imposible no quedarme hipnotizada con sus ojos verdes oscuros, estaba segura que podría ser dos esmeraldas en vez de pupilas, delgados labios, una gran sonrisa y a pesar de que solo lo vi por unos cuantos segundos me di cuenta de que era delgado.
— Deja de babear —dijo Dayana viendo hacia la dirección en a la que estaba mirando..
— ¿Quién es él? — dije al instante.
— Esa chica que tiene al lado creo que es su novia, — eso no respondía a mi pregunta — en ningún momento los he visto separados — dijo Dayana.
— Bueno si no puede ser mío, al menos puede ser mi crush. — me encogí de hombros mientras mi mente se encargaba de repetir el momento que acaba de pasar en donde su rostro era el protagonista.
Ella rodó los ojos ante mi respuesta, pues no se la esperaba, después de unos segundos dijo — Él se llama Yesid Evans o al menos creo que ese es su nombre, comparto una o dos clases con él — interesante — pero te lo digo de una vez los miniZacs se encargaron de hacerle la vida imposible todo el día de ayer.
Con que Yesid Evans, eh.
ESTÁS LEYENDO
Alimentadora [#1]
VampireTodos conocemos a los vampiros de diversas maneras. Toman sangre, no pueden tomar el sol, le temen al ajo y al agua bendita, pero que harías si te digo que no solo existen una clase de vampiros, sino en cambio hay tres categorías: alimentadores, vam...