NARRADOR: Yesid Evans
El Infierno parecía más bien un preescolar, se podría decir que habían más de cuarenta niños aquí. Todos y cada uno estaban dormidos entre mantas de distintos colores sobre el suelo, lucía extraño ver niños de por ahí menos de seis años en este lugar.
- Creo que los somníferos están funcionando perfectamente - comento Cedric caminando entre los cuerpos - Solo una pregunta Dea ¿Por qué rayos cambiamos de profesión?
- ¿De qué habas? - el rostro de Dea estaba iluminada por una terrible sonrisa macabra.
- Pasamos de ser quienes iban a conquistar el mundo a ser ordinarios roba niños - dijo con sequedad Cedric mientras se cruzaba de brazos.
- Sí Dea - comencé a decir mientras dirigía mirada hacía ella - ¿Por qué estamos reuniendo niños?
- Porque tengo grandes planes para ellos y como siempre digo el tiempo es oro.
- Nunca dices eso - comento Cedric.
- Como sea... - en ese instante revelo sus colmillos sin ninguna dificultad - si no vas ayudar con mis planes, entonces desaparece de mi vista y por tu bien muy lejos.
- Bien - dijo Cedric haciendo un desdén con la mano para luego marcharse del lugar. Dea mostró perplejidad los primeros segundos al ver como Cedric rechazaba de manera relajada una de sus "ordenes" y se alejaba de este lugar.
- ¿Los quieres drenar? - Jake fue el primero de hablar después de ese incómodo silencio.
- ¿Qué? No, para nada. Les voy a dar un regalito - en ese momento chillo mostrando aún más sus colmillos afilados - de seguro les va a encantar cuando sepan todo lo que podrán hacer cuando se enteren. Así que manos a la obra.
Pasaron aproximadamente tres segundos cuando me di cuenta que Cris y Jake ya tenían los colmillos afuera. En el momento en que quise revelar los míos por alguna razón no salían, era como si mi cuerpo me lo impidiera.
- ¿Pasa algo Yesid? - Dea me lanzo una mirada amenazadora, rápidamente me lleve mis dedos a mis dientes caninos, ninguno de ellos se querían alargar.
- No sé que pasa, no puedo revelarlos - dije como si tuviera cinco años - Juro que cuando fui a la casa de Andy no tenía este problema - me trate de excusar.
- ¿Te duelen?
- ¿Cómo me van a doler si ni siquiera los puedo sacar?
- No tarado. Los caninos ¿te duelen?
- No.
NARRADOR: Jake Lowell
No podría describir con una sola palabra lo que esta sucediendo, era escalofriante ver a todos estos niños regados por el suelo mientras duermen, pero de algún modo ya me esperaba de esta maniática, desquiciada. Cris y yo revelamos al mismo tiempo nuestros colmillos mientras Yesid se nos quedaba viendo como si no entendiera lo que estaba pasando.
Estaba en totalmente entretenido con la discusión de Yesid con Dea, pero mi subconsciente me decía a gritos "Tienes que evitarlo", mi cabeza no dejaba de maquinar un plan, puede que para Dea sea solo un peón si voz ni voto, pero sé que si actuaba por mis medios y era más inteligente que ella podría evitar tanto sufrimiento como yo llevaba en todos estos años. Una vez más vi a todos los niños envueltos en sus mantas y sentía lastimaba por lo que estaba a punto de hacer Dea y todos nosotros.
- Cris - la llame en voz muy baja mientras Dea le revisaba los dientes a Yesid más de cerca - Cris - al instante que tuve su atención le hice una señal con mi dedo índice para que se acercara a mí, después de todo no me convenía en nada que Dea me escuchara.
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Alimentadora [#1]
VampirosTodos conocemos a los vampiros de diversas maneras. Toman sangre, no pueden tomar el sol, le temen al ajo y al agua bendita, pero que harías si te digo que no solo existen una clase de vampiros, sino en cambio hay tres categorías: alimentadores, vam...