2+4 SEIS
Marta de la Reina.
"Mi querida Fina.
No sé cómo comenzar esta carta. Me siento extraña, como si mi corazón fuera a desbordarse en cualquier momento, y, sin embargo, sé que debo ser fuerte. Quizá cuando encuentres estas líneas, ya habré cruzado de regreso a mi tiempo, ese 1958 que parece tan distante, como si fuera otro mundo. He encajado las piezas que nos faltaban. Y el tiempo corre demasiado deprisa.
Quiero disculparme por no despedirme en persona, pero necesito hacerlo así. Sé que, si te viera, si me atreviera a mirarte a los ojos una vez más, no podría irme. Y no puedo permitir que eso suceda, no quiero que esto se convierta en una herida para ti. Si estoy escribiendo estas palabras es porque sé que es lo mejor para las dos. Si te hubiera hablado, sé que me habrías detenido sin siquiera decir una palabra. Tu sola presencia tiene ese poder sobre mí.
Estos 15 días han sido una vida entera para mí. Jamás imaginé que mi corazón pudiera encontrar un hogar en este tiempo extraño y desconocido, y mucho menos en ti. Pero ahora que sé lo que siento, también sé que no puedo quedarme. Mi tiempo me llama, mi vida en 1958 me espera, aunque confieso que parece pálida y vacía comparada con lo que he vivido contigo.
No quiero que te preocupes por mí. Sé que estaré bien, porque llevo tu recuerdo conmigo, aunque sé que nunca más podré tocarte, ni escuchar tu risa en esas noches largas que compartimos. Cada beso, cada caricia y el sabor de tus labios. Lo llevo todo conmigo, cada instante. Lo guardo en mí como un tesoro que me acompañará en el tiempo al que debo regresar.
No espero que entiendas mi decisión ahora. Solo quiero que sepas que no te olvido, que te llevaré siempre en mi corazón. Y aunque no vuelva a verte, estarás conmigo en cada paso que dé, en cada suspiro de mi vida que sigue. Esta es la única manera en la que puedo dejarte ir, porque si te dijera adiós de frente, jamás podría hacerlo.
Gracias por todo lo que me diste, por esos días que me cambiaron para siempre. Espero que un día me perdones por no decirte adiós de otra manera, pero así será más fácil para ti.
Con todo el amor que me permití sentir.
Tu Marta.
15 de julio de 2024."
El taxi avanzaba por las calles de Toledo, y yo, con la fotografía de Fina entre mis manos, no podía despegarme de las palabras que le había dejado escritas en la carta. Cada frase, cada palabra escogida casi de manera instintiva, resonaba en mi mente como un eco interminable, llenándome de una tristeza que apenas podía soportar. Me llevé la foto al pecho en un impulso casi desesperado, como si el contacto con su imagen pudiera aliviar, de algún modo, la culpa de lo que estaba a punto de hacer. —Perdóname, Fina—, murmuraba en silencio. Era una súplica sin voz, un intento vano de buscar su comprensión, aun sabiendo que ella no estaba allí para escucharme. Trataba de convencerme a mi misma de que debía comprenderlo, que Fina iba a entender que hubiera tomado la decisión de intentarlo al menos. Era volver a mi vida, a mi hogar, a mi familia lo que me estaba jugando. Y eso ella lo sabía, y debía ser un motivo mas que suficiente para perdonarme por haberme marchado así, de repente.
Me daba cuenta de que todo era extraño, desde el hecho de salir sola del apartamento, hasta subir a un taxi en pleno 2024. Pero la inquietud de saber que, tal vez, no volvería a ese lugar que había empezado a considerar un hogar me hacía sentir tan vulnerable como nunca antes. Había salido a la carrera, apresurada, sin mirar atrás, sin un plan claro. Solo el deseo, la certeza de que debía llegar al puente antes de que fuera demasiado tarde. El reloj no se detenía, y cada segundo que pasaba parecía robarme una parte de la calma que me quedaba.
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CRU2SH
Science FictionMarta, una mujer de 1958, y Fina, una chica de 2024, se encuentran inesperadamente en el presente debido a un inexplicable viaje en el tiempo. A pesar de venir de épocas tan diferentes, sus caminos se cruzan en un mundo contemporáneo que les resulta...