49 VETE CON ELLA.
Marta de la Reina.
"26 de julio de 1958
Querida Fina, mi amor.
Esta es ya la segunda carta que te escribo desde que te fuiste, y aún guardo la primera que te escribí hace seis días. Hay tantas cosas que quisiera contarte, tantas emociones que apenas puedo controlar, que siento que las palabras se me quedan cortas. Las cosas han cambiado aquí en estos días, y siento la necesidad de compartirlo contigo, porque eres la única persona que entenderá lo que está pasando en mi cabeza y en mi corazón. Aún no he encontrado la forma perfecta de hacerte llegar esa primera carta, pero estoy muy cerca de lograrlo. Estoy estudiando cada opción, calculando los riesgos, porque no puedo permitir que algo tan importante se pierda en el camino.
He encontrado la respuesta a lo que hablamos aquella última vez, sobre la empresa, sobre lo que Carmen y tú encontrasteis en los archivos acerca de la dirección de mi hermano. Esa información que removió tantas cosas dentro de mí. Es un tema que no he podido dejar de pensar, y ahora, al fin, he encontrado el motivo por el que esa información se hace veraz: no seré la presidenta de la empresa, Fina. No puedo hacerlo. Es una decisión que me ha dolido mucho tomar, pero es lo único que me permite dormir por las noches después de lo que he descubierto. Jesús me lo advirtió, pero escucharlo de Begoña, en una conversación tan íntima que hemos tenido, fue un golpe que no sé si algún día podré superar.
Resulta que mi padre, el hombre al que siempre quise y respeté, estuvo presionando a mi tío Gervasio para que le vendiera su parte de la empresa. Y no fue una simple negociación comercial. No, fue mucho peor. Mi padre lo chantajeó. Sabía que mi tío mantenía una relación con otro hombre, y usó esa información en su contra. No sé cómo explicarte el asco, el miedo, la desilusión que siento al saber esto. Mi tío, que siempre fue una figura tan callada, tan digna, terminó quitándose la vida. Y aunque no puedo decir con certeza que ese fue el único motivo, el simple hecho de pensar que mi padre tuvo algo que ver me destroza por dentro. Cada vez que cierro los ojos, imagino lo que Gervasio debió sentir, el dolor y la vergüenza que debió cargar, y me desmorono.
¿Cómo puedo asumir la presidencia sabiendo que ese sillón está manchado con la sangre de mi tío? No quiero, Fina. No puedo. No quiero estar en una posición que fue obtenida a través del chantaje, del miedo, del sufrimiento de alguien a quien quise tanto. Mi tío merecía respeto, no esa traición. Lo hago por él, por el honor de mi tía y de mis primos, a quienes siempre he considerado como hermanos. No me lo perdonaría si simplemente tomara el puesto como si nada hubiera pasado, como si todo esto fuera normal.
Pero, ¿cómo le digo esto a mi padre? No tengo el valor de enfrentarlo. No puedo mirarlo a los ojos sabiendo lo que hizo. Mi corazón se acelera solo de pensarlo, y mis manos tiemblan de miedo al imaginarlo. ¿Cómo pudo hacerle eso a su propio amigo? Y peor aún, ¿qué haría si supiera de nosotras? Si hubiera encontrado nuestra carta... me aterra la idea. Hay momentos en que siento que estoy al borde del abismo, y no sé si podré seguir ocultando todo esto. Jesús tenía razón, nuestra familia está llena de secretos oscuros que poco a poco nos están consumiendo. No sé hasta cuándo podré seguir así, Fina. Cada día me pesa más.
En cuanto a ti, mi amor, no hay un segundo en el que no te extrañe. No sé cómo seguir adelante sin ti. Todo lo que hago, todo lo que pienso, cada gesto, todo me recuerda a ti. A veces cierro los ojos y puedo verte, como si estuvieras aquí conmigo, caminando de la mano por las calles de Toledo o Madrid, disfrutando de un atardecer juntas, o bailando a la luz de las velas. Pero luego abro los ojos y la realidad me golpea, y es como si el suelo desapareciera bajo mis pies.
Las noches son las peores. A veces me despierto en medio de la oscuridad y estiro la mano, esperando encontrarte a mi lado, pero solo encuentro el vacío. Y ese vacío se extiende por todo mi ser, hasta que no queda nada más que la nostalgia de lo que fuimos. Me pregunto si tú también me extrañas así, si en algún rincón de tu vida diaria, de tu nueva rutina, hay un espacio para mí. Me pregunto si alguna vez miras el reloj, o las estrellas, y piensas en lo que compartimos.
![](https://img.wattpad.com/cover/379878669-288-k786436.jpg)
ESTÁS LEYENDO
CRU2SH
Science FictionMarta, una mujer de 1958, y Fina, una chica de 2024, se encuentran inesperadamente en el presente debido a un inexplicable viaje en el tiempo. A pesar de venir de épocas tan diferentes, sus caminos se cruzan en un mundo contemporáneo que les resulta...