Since You've Been Gone | I.G. Shawn Mendes 2da temporada

Capítulo setenta y uno.

Cameron me recoge en un parque a unas cuadras de la tienda y me lleva a su casa. Le cuento lo ocurrido y, sin dudar, me da su apoyo.
Vaya, no he sido tan irracional, después de todo.

- No puedo creer que él haya aceptado tan rápido. - me dice cuando regresa junto a mi con dos tazas de té caliente. - Ella les hizo mucho daño.
- Supongo que la sigue queriendo. - me encojo de hombros y subo los pies al sofá, imitando la posición de Cameron con las piernas retraídas hacia el pecho. - Peeo no niego que duele que se haya olvidado de todos sus "no la perdonare por hacerte daño" o sus "ella no importa más, Gabbie."
- Hey, pequeña, tranquila. - me rodea con el brazo y siento la confianza necesaria para recostarme en su pecho. - Si algo sé es que, quieras o no, las personas destinadas a estar juntas lo estarán.
- ¿No fui yo la que te lo dijo? - él ríe.
- Sí, exacto. - afirma con una sonrisa. - Es por eso que creo que deberías tomar este tema con calma. Si ellos deben estar juntos, todos tendremos que acostumbrarnos a verla cerca y tolerarla por él, porque Matt sí es nuestro amigo. Pero si no deben estar juntos, se separaran tarde o temprano. Cuando ese momento llegue, Matt te va a necesitar, Gabbie.
- Es mi mejor amigo en todo el mundo, Cameron, pero me duele que, sabiendo eso, haya aceptado salir con ella. Eso es todo, no tengo más argumentos en su contra. - digo, completamente resignada.
- Bueno, si te hace sentir mejor, tampoco creo que deba estar con ella. - le muestro una media sonrisa. - Pero eso no l o decidimos nosotros, así que, por ahora, solo nos queda esperar.
- ¿Crees que deba ir con él y hablarle? - Cam niega.
- Primero, deja que las cosas se calmen y se aclaren en tu mente. Luego, si lo deseas así, deberías hablarle.
- Bien, así será entonces. - suspiro, mucho más tranquila ahora que he hablado con Cameron. - Gracias, no sabes cuanto necesitaba una charla así con un amigo.
- Cuando me necesites, pequeña, estaré allí para ti. - me acerco a darle un beso en la mejilla y luego, vuelvo a acurrucarme junto a él.
- Eres el mejor. - añado, antes de que ambos volvamos nuestras atenciones a los celulares.
- Hey. - decimos al mismo tiempo.
- Hay todo un alboroto en Instagram. - le digo, deslizando mis dedos ágilmente por la pantalla de mi teléfono.
- Sí, acabo de ver eso. No puedo creer que armen este escándalo por una foto.
- Cielos, lo siento, Cameron, no pensé que las cosas resultarían así. - me apresuro a disculparme porque no quiero incomodarlo, después de todo, a pesar de actuar como si nos conociéramos de toda la vida, llevamos muy poco tiempo hablando.
- No, no, tranquila, no importa. Yo te pedí que subieras la foto, es mi culpa.
- No es culpa de ninguno, solo es una foto. - ambos damos un salto cuando una tercera voz habla en el apartamento y dirigimos nuestras miradas hacia la puerta principal.
- ¿Que? ¿Cómo? ¿Shawn? - balbucea Cameron, igual o más confundido que yo.
- Debes dejar de guardar la llave de repuesto debajo del tapete de entrada. - responde Shawn y luego voltea hacia mi. - Hola, bonita.
- Hey, tú. - saludo con una sonrisa boba.

Luego de poner al día a Shawn con la decisión que he tomado y de beber dos tazas más de té, decidimos pedir algo de comida antes de que regrese a casa.
Pasar tiempo a solas con estos dos chicos ha sido lo mejor de mi día, definitivamente. Y, a pesar de que la razón para que viniese fuese algo doloroso, no me arrepiento.

- Ten bonita noche, Gabbie. - se despide Shawn, apoyándose en la ventana del lado del copiloto del auto de Cameron. - Te veré mañana. - me da un beso en la mejilla y luego se aleja del auto.

Ambos acordamos ir a tomar algo por la tarde para comenzar a planear mejor el viaje a Canadá.
Estoy emocionada, no lo puedo negar, pero sigo pensando que todo esto está yendo demasiado rápido.

- Lovebirds. - dice Cameron en un tono burlón cuando entramos a la autopista.
- Basta. - le pido riendo. - Fíjate por donde vas, Cameron.
- Soy el mejor conductor de... ¡Idiota! - exclama cuando un auto se acerca demasiado al de él y estira su brazo frente a mi, como si me protegiese. - ¿Estas bien?