Since You've Been Gone | I.G. Shawn Mendes 2da temporada

Capítulo noventa y tres.

- ¿Qué está mal contigo? - escucho que Cameron le reclama a Matthew. 

Yo estoy afuera del consultorio, sentada mientras me decido si entrar a verlo o no. 

- ¿Por qué tomaste tanto alcohol? Tú no eres así, Matthew. 

- Cameron, yo... 

¿Está llorando? Oh, no, no llores, por favor. 

- No tengo ni idea de lo que me pasó, lo lamento tanto. - continúa con dificultad y no sé si deba entrar porque ni siquiera sabe que estoy aquí. 

Felizmente, antes de que mi mente se suicide por tantas cosas que pasan a la vez, Shawn me llama. 

- ¿Bonita? - escucho a su voz preguntar con preocupación. 

- Está llorando, Shawn. - le digo con la vista clavada en el blanco piso y la voz quebrada. - Él está muy mal. 

- Necesita ayuda, Gabbie, y tú no puedes cargar con ese peso sola. 

-¿Qué crees que deba hacer? - se escuchan unos pasos a lo lejos pero no volteo a ver. 

- Bonita, sé que esto sonará duro pero ambos pasaron por  cosas terribles y necesitan de un profesional que les ayude a superarlo. 

- Lo sé, lo he sabido desde hace un tiempo.

- ¿Quieres ir? 

- Creo que es lo mejor. - respondo en un suspiro. Si quiero estar bien nuevamente y ser la persona que Shawn merece a su lado, lo debo hacer. Pero no solo eso, sino que también debo hacerlo por Matthew, por todo lo que ha sacrificado por mi y lo que ha hecho. - Tengo que buscar a uno. 

- Te ayudaré, Gabbie, no pienso dejarte sola nunca más. 

- No lo hagas, por favor. - no es hasta que pronuncio esas palabras que me doy cuenta que estoy llorando y no es hasta que unos brazos me rodean fuertemente que me doy cuenta que los Dolan están aquí. 

- No, por favor, prometeme que vas a estar bien. - susurra Shawn. - No puedo quedarme en Canadá sabiendo que estás mal. 

- Shawn, yo... - Grayson me quita el telefono y se lo entrega a Ethan para que termine la llamada mientras él me mece entre sus brazos. 

- Todo saldrá bien, todo va a estar bien.- recita en mi oido mi amigo. - Eres fuerte, Gabbie, lograrás salir de esta. Ayudaremos a Matt a superarlo también y todo se arreglará. 

- Eso es lo que quiero. - admito, secando mis lagrimas con el dorso de mi mano. 

- Será así. - asegura, ayudando a secar mis lágrimas. - Me encargaré de eso. 

Me quedo un buen rato entre los brazos de Grayson, sintiendo como mi cabeza sube y baja con cada respiración suya. Cuando estoy más tranquila, Cameron sale a avisarme que mi mejor amigo quiere verme.

Tomo una gran bocanada de aire y me armo de valor para entrar al consultorio. 

- Gabbie. - murmura cuando estoy dentro de la habitación. 

- Necesitamos ayuda. - suelto antes de que él pueda decir algo más. 

- Lo sé. - dice para mi sorpresa. - A penas salga de aquí, comenzaré a averiguar algún lugar al que podamos ir. Lo prometo. 

Dos días después del accidente de Matt, ya tenemos cita con un psicólogo. 

Las sesiones son separadas, por lo que las veces que veo a Matthew se han limitado a unas horas al día en el programa o la oficina y ambos estamos tan ocupados que no podemos hablar. 

En cualquier otro momento me dolería, pero entiendo que es un proceso, uno muy necesario para ambos.

Ethan y Grayson han sido de mucha ayuda en este tiempo, dandome apoyo y visitandome en casa. Cameron y Abby también hacen su parte al estar conmigo la mayoría de días. 

Pero ahora tengo algo de tiempo para mi misma por recomendación del psicólogo. Es un tiempo en el que me encierro en mi cuarto o salgo a caminar, llevo una libreta conmigo y escribo las cosas por las que estoy agradecida desde que me fui de Los Ángeles. Esto me ha ayudado en gran manera y me he dado cuenta que, a pesar de los altos y bajos que he tenido, cada cosa tuvo un propósito. 

- ¡Babbie, ya llegó Cam con la pizza! - me grita Abby desde la sala. 

- ¡Salgo en un minuto! - respondo, terminando de escribir las últimas líneas de mi diario. 

Lo guardo cuidadosamente en el cajón de mi mesa de noche y salgo al encuentro de mis amigos. 

- ¡Si se comieron la Hawaiiana sin mí, los golpearé! - bromeo. 

Cameron y Abby ya están en el sofá sentados y una película está a punto de empezar. Así que me acomodo junto a ellos y dirijo mi mirada a la mesa de centro. 

- ¿De quién son las flores? - pregunto, tomando un pedazo de pizza. 

- Tuyas. - responde una voz detrás de mí mientras mis dos amigos sonríen. 

Nenas, lamento haberme demorado y lamento más decirles que tendrán que esperarme más porque ya casi entro a exposiciones y examenes. Las extrañaré como no tienen idea, por favor no dejen de amarme solo por eso.

Les agradezco a todas las que me siguieron en Twitter, trataré de publicar más cosas por allí. 

Les mando mil besos!