Parque de Diversiones.

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Días después.

Isabella.

- ¡¡¡Isaa!!! ¿Adivina quienes se van al parque de diversiones que están inaugurando? - Me gritaba mi hermano, con una sonrisa de un niño pequeño.

-Pareces un niño Daniel - dije riendo. - Además deja de gritar que estoy a pocos pasos de ti y puedo escucharte perfectamente. - le dije.

-¡Que aburrida eres! ¿Desde hace cuanto no vamos a uno? ¿Desde que tenías como 12 años? - me dijo tirandome una almohada.

- Esta bien, yo no he dicho que no quiera ir, sólo deja de hacer escándalo - recogí la almohada y se la tire de vuelta.

- ¡¡Si!! ¿Entonces vamos hoy? - me preguntó.

- Vale, sino no duermes esperando el día de mañana. Mejor iremos hoy. - le dije riendome.
- Le avisaré a Cal que dijiste que hoy.- tomó su teléfono y salió de la  habitación.

Estaba ordenando una ropa que tenía que guardar en mi armario, cuando sonó mi teléfono. Lo tomé, mire la pantalla. **Número desconocido** lo volví a poner en la mesa de noche, no iba a responder.

Volvió a sonar, hasta que me cansé de ignorarlo y contesté.

< ¿Diga? >- dije.

< ¿Isabella? > dijo la voz de una mujer.

< ¿Quien es? > pregunté.

< Soy yo, Angelica >

< ¿Que Angelica? > Ni idea quien rayos me estaba hablando.

< Isabella, te olvidaste de mi... No sabes lo triste que me pone, soy Angélica la del Bar > dijo esta.

Angelica, Angelica... ¡¡Angelica!! La tipa sin amigos. Claro.

<Ah hola, espera ¿como tuviste mi número?> pregunté algo confundida.

< Tu me lo diste, ¿No te acuerdas? > me preguntó.

Realmente no recordaba habérselo dado, pero bueno capaz y ella tenga razón y se me olvidó por lo que sucedió esa noche.

< Si. Dime ¿que se te ofrecía? > pregunté

< Quería saber si ¿Estabas libre hoy? > dijo Angelica.

< No, no puedo. Tengo planes con mi hermano, pero ya será otro día. Me escribes ¿Dale? > respondí sintiéndome un poco mal por rechazar su oferta.

Mientras hablaba con ella por teléfono cogí un encendedor y lo puse en mi lengua. Se que parece loco pero me gustaba esa sensación.

- ¡Isabella! Deja quieto ese encendedor, ¡te vas a quemar la lengua! - Dijo Daniel, quitándome el encendedor de la mano.

< Te dejo, tengo que irme > le dije a Angelica.

< Va, te escribo después > respondió.

Colgué.

- ¿Quien era? - preguntó Dan.

- Serás chismoso. Nadie. - dije restándole importancia.

La Resistencia. (Duología Inmortal.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora