Isabella.
Hoy era el día del entierro de Santiago, aún no me hacia a la idea que él ya no iba a estar sonriendo. No pude dormir nada, cuando los demás estaban dormidos desaparecí y fui a la playa.
Era de madrugada dentro de pocas horas saldría el sol, me acosté en la arena y miré hacia el cielo.
Esta era una guerra absurda, siempre pensé que era algo sin sentido. No podía seguir poniendo a mis amigos en peligro, no más. Esos Estúpidos del concejo me tendrían que escuchar y si no querían escucharme estaba dispuesta a destruir todo.
Santiago murió sin merecerlo. Cerré los ojos y pensé en todos los momentos que pase a su lado.
Cuando pierdes a una persona querida, sólo recurres a los recuerdos. Parece masoquista pensar en ello, pero sólo son ganas de volver a verlo así sea en recuerdos.
Me quedé allí no se por cuanto tiempo hasta que sentí los rayos del sol. Era hora de regresar con los demás.
Regresé a la casa de Caleb, me vestí de negro y bajé.
- Hola - les dije a los que se encontraban en la sala.
- Hola Isis - respondieron.
En la sala estaba Leandro, Angelica, Melissa y Rodrigo.
- ¿Listos para darle el último adiós a Santiago? - pregunté un poco triste.
Ellos asintieron.
- ¿Dan? - pregunté.
- Salió con Caleb a comprar flores. - dijo Angelica.
Asentí.
Me preparé una taza de café y me senté a beberla.
- Todo estará bien - me dijo Angelica abrazándome.
No dije nada.
Después de varios minutos llegó Daniel y Caleb cargados de Rosas blancas.
- ¿nos vamos? - pregunté.
- Vamos. - dijo Dan y Caleb.
Después de una media hora llegamos al cementerio, bajamos del carro y atrás bajaron también el resto que venían en otro auto.
En el cementerio estaba un sacerdote dando unas palabras... La madre de Santiago estaba destrozada y el padre abrazaba a su esposa.
- Sigan ustedes. Ahora los alcanzo - les dije a ellos.
- ¿Segura? - preguntó Dan.
Asentí. No podía ver a Santiago con sus ojos cerrados.
Me quedé lejos, escuchando el piano sonar de fondo. Era una ceremonia de despedida linda. Habían rosas y música acompañaba esta triste mañana.
- Isabella - dijo Andrés acercándose.
- Hola Andrés. - respondí.
- ¿Es duro verdad? - preguntó.
- Demasiado. - dije.
- ¿Sabes? Mi hermano me dijo que cantabas bien, ¿Podrias cantar algo para despedirlo? - preguntó.
No dije nada.
- Yo se tocar el piano, a él le hubiera encantado verte cantar. - me dijo él.
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La Resistencia. (Duología Inmortal.)
Romance¿Que pasaría si todo lo que viviste fuera una mentira?. Un amor de hermanos, una guerra de Dioses, un corazón herido. ¿Podrá el amor vencer en medio del caos? ¿Podrán controlar sus emociones? Cuando la verdad salga a la luz, el mundo de ella se derr...