La Resistencia. (Duología Inmortal.)

Ardientes.

Isabella.

No se cuales sean los verdaderos planes de Xavier, pero intentaré cubrir todas las posibilidades para lograr derrotarlo.

- Son fuertes. - dijo Dan.

Asentí.

Los chicos se la habían pasado en combates de entramientos, ahora con esa sustancia eran más fuertes casi como un Semidios.

Fijé mi vista en ellos, ahora mismo peleaban Cristopher y Rodrigo.

Rodrigo salió volando por el impulso del golpe de Cristopher. Él miró de reojo a Melissa, a todos le pasó desapercibido yo sólo sonreí.

Rodrigo se abalanzó con la Daga hacia Cris pero él lo esquivó rápidamente. Cris apareció detrás de Rodrigo y lo estampó contra el suelo, sacó una Daga y la enterró al lado del rostro de Rodrigo.

Había acabado este encuentro, era de esperarse que un hombre enamorado quería ganar, demostrando sus habilidades ante la chica que le gusta.

Cristopher me miró y asintió en respeto, ayudó a poner a Rodrigo de pie y le dio una palmada, luego se fue al lado de Melissa que lo esperaba con una sonrisa.

Los tengo pillados.

- ¿Que estas tramando? - susurró Dan en mi oido.

Se me erizó la piel.

- Nada. ¿Que te hace pensar que tramo algo? - pregunté con inocencia

- Esa mirada y tu sonrisa maliciosa. - dijo

- ¿No has notado que Cris quiere llamar la atención de Melissa? - pregunté.

Daniel rodó los ojos.

- Deberías dejarlos ser. Deja de armar parejitas. - dijo riendo.

Hice un puchero.

- Es verdad. Yo lo vi. - dije

Él se acercó y me dio un beso.

Todos hicieron silencio, fije mi vista y hay estaba Caleb sin camisa, estaba en terreno de combate. Cal miró a Dan, Dan asintió, desapareció y apareció en el terreno junto a Cal, Daniel empezó a quitar su suéter blanco y casi se me derrite el cuerpo. Me mordí el labio, él se giró y me guiño el ojo.

<<Sigue así, ya nos desquitaremos en el cuarto. >> dijo Dan

Sonreí maliciosamente.

De un salto entró también Santiago, Daniel lo miró y sonrió maliciosamente. Santiago también estaba sin camisa.

- Estoy que les pongo un billete a cada uno para que empiecen a desnudarse. - escuché la voz de Angelica.

La miré y negué con la cabeza.

- Eres un caso perdido. - dije

Ella sonrió, me apoyé en un árbol. Todos estaban atentos.

Alisse se acercó a nosotras y suspiró.

- Es tan hermoso. - dijo Alisse babeando por Santy.

Angelica y yo soltamos la risa.

Los tres hombres fijaron la vista en mi.