La Resistencia. (Duología Inmortal.)

Lisandro e Isabella

Isabella.

¿Donde estoy? No logro captar bien de donde me suena este lugar, es de noche, hay un gran césped y muchos árboles, parece un parque... Miro y hay unas luces ¿que serán? ¿Será alguna fogata? ¿Donde estará Daniel? Me encamino a donde provienen las luces y a medida que me acerco escucho voces. Me escondo detrás de un arbusto.

- No, no por favor Lisandro no podemos dejarla...- Lloraba una mujer de cabellos negros, era realmente hermosa.

Me asomé un poco más para ver que pasaba.

- Tenemos que hacerlo, ella estará bien, tenemos que dejarla con él, él la cuidara. Si nos la llevamos pueden matarla, lo sabes bien mi Reina.- Dijo el hombre que al parecer se llama Lisandro.

Espera un momento, Isabella mira bien el señor tiene a una niña como de un año, es hermosa. Pero ¿por qué quieren abandonarla?

Atrás de mi escuché voces, era una gran cantidad de personas, espera ¿qué es eso?... Son son.. ¿Espadas? Maldita sea ¿donde esta Daniel? y ¿qué mierda hago yo acá?.

- Busquenlos y traigan a esos traicioneros.- Gritó uno de ellos.

Espera ¿que esta pasando...? ¿Quieren matar a esta familia? A no, eso si que no... Salí de los arbustos y me acerqué a la familia.

- ¡Corran! Estos tipos quieren matarles... -dije, pero ninguno de los dos escuchó.

-Eh oigan no me ignoren, les estoy diciendo que escuché a unos tipos que quieren lastimarlos ...- volví a decir, pero no me hacían caso, decidí llamar su atención les toqué el brazo pero mi mano traspasó su cuerpo.

Espera un momento ¿Estoy muerta? ¡¡Estoy muerta!! ¡Nooo! ¡Daniel, Caleb! Empecé a llorar. No quería morir tan joven rayos, ¿por qué no recuerdo nada? ...

De repente la familia empezó a correr y yo tras de ellos estaba asustada, tenía mucho miedo, Corrimos y llegamos a una cabaña allí depositaron a la bebé, la mamá lloraba y Lisandro que supuse que era el padre igual.

¿Qué? ¿la iban a dejar abandonada? ¿Sera que ahora después de muerta soy un ángel guardián de esta pequeña?

-Tenemos que irnos Isabella.- le dijo Lisandro a la señora.

Un momento se llama igual que yo, o bueno que me llamaba antes de morir. No podía dejar de llorar.

- Adiós princesa, te estaré vigilando. Te amo mami te ama, cuando seas grande y te preguntes ¿si te abandonamos? recuerda que fue por tu bien mi pequeña guerrera. Aquí estarás a salvo. Papi y yo tenemos que irnos para protegerte. Te amo... Te amo mucho... Mami te quiere...

La señora estaba llorando, yo también lloraba y ya no por estar muerta, sino por esta familia. Verlos asi, ver a la pequeña hay sola... Era devastador.

-Adiós Hija, te Amo te amamos. Recuerda que eres una Mckenna y tienes que sobrevivir. Adiós pequeña.- le dio un beso en la frente y salió tomado de la mano de una mujer destrozada, su esposa.

Me quedé mirando a la niña, esta al parecer me veía. Me limpié las lágrimas con mi mano.
- Tranquila yo seré tu ángel guardián, yo cuidare de ti. - le dije, esta me sonrió es tan hermosa.

Me asomé a la puertita de la cabaña y vi como esos dos padres llamaban la atención de la gente que corría detrás de ellos, y de repente salían corriendo a esconderse. Ojalá logren escapar. Yo me encargaré de cuidar bien de su hija.