La Resistencia. (Duología Inmortal.)

Poderes.

Isabella.

Habíamos llegado a la cabaña donde estaban mis padres, así que aquí estamos sentados mis padres, Dan y yo.

- ¿Que pasa hija? - preguntó mamá.

- No lo se, hmm Daniel cambió un poco - dije

Papá y mamá miraron a Daniel.

- Dejen de mirarme así, es incómodo - dijo Dan poniendo mala cara.

Reí.

- Si, tiene algo a su alrededor es fuerte. - dijo papá aún mirándolo.

- Si. Y eso no es todo, puede leer mi mente. - solté.

- ¿Que? Ni yo puedo hacer eso. - dijo papá pensativo.

Mamá y papá intercambiaron miradas. Luego papá de levantó.

- Daniel, acompañame. - dijo papá.

Daniel me miró extrañado y salió tras papá. Yo salí detras con mamá. Y lo que vi me dejó helada.

- ¡¡¡ Noo !!! - grité.

Daniel.

Seguí a Lisandro fuera de la cabaña e inmediatamente Lisandro cogió un árbol y esperen un momento ¿que iba a hacer?
No tuve tiempo de pensar cuando me golpeó con una fuerza brutal y salí disparado.

- ¡¡¡Nooo!!! - escuché el gritó de Isa.

He muerto. Pensé

Me quedé en el suelo, pero no moría. ¿Que rayos pasaba? Me levanté y volví a caer. Isabella se me había lanzado encima llorando.

- Creo que estoy bien - le dije aún sorprendido.

Ella me miró, limpió sus lágrimas y salió rabiosa donde su padre. Yo me volví a poner de pie y me tocaba todo el cuerpo, no me dolía nada. Aún perplejo salí tras Isa.

- ¿Que rayos pensabas? - le gritó Isis a Lisandro.

- Confirmar mis sospechas. - dijo Lisandro mirándome.

- ¡¡Estas loco!! ¡Pudo haber muerto! - gritó Isa.

La mamá de Isa trataba de calmarla pero no podía, así que me acerqué a Isa y la abracé. Ella se giró, me vio y volvió a llorar en mis brazos.

- Ya ... Ya paso hermosa, estoy bien. - le decía mientras sobaba su cabello.

Ella después de unos minutos logró tranquilizarse.

- ¿Que rayos fue eso? - le pregunté un poco molesto a Lisandro.

- Una prueba. ¿Que hicieron ayer? - preguntó Lisandro.

Isabella se sonrojó y yo me puse recto a su lado.

- Disculpe, pero eso no es de su incumbencia - dije serio.

La mamá de Isa soltó la risa.

- Te dije que este chico era difícil amor - le dijo a Lisandro.

- Ya me puedo imaginar lo que hicieron, mas te vale que la cuides - dijo Lisandro seriamente mirándome.

Asentí.