La Resistencia. (Duología Inmortal.)

Trampa.

Dos días después.

Isabella.

- ¿Nada papá? - le pregunté.

- No, Xavier sabe como ocultarse hija. - respondió.

Maldito Xavier y su puto juego. No podía seguir cruzada de brazos tenía que empezar a moverme.

- Bien iremos hoy a uno de sus lugares. - dije.

- Nosotros te acompañamos. - dijo papá.

Miré a papá y a mamá, por más que quisiera que fueran no podía ellos tenían que seguir buscando su paradero lo más pronto posible.

- No creó papá, de verdad necesitó que busquen a Xavier, esto se esta poniendo un poco pesado ni hablar de Vicent. - dije suspirando.

Daniel se sentó a mi lado y besó mi frente.

- Todo estará bien. - me dijo.

- Hija, ¿Y si te encuentras con Mike? Recuerda que él tiene un arma. Por lo menos dejame ir a mi. - insistió mi padre.

¡Maldito Mike!

- Yo creó que Lisandro sería de buena ayuda. - dijo Cal

Lo miré y Sonreí.

- Esta bien. - dije.

- Voy a ver a Andrés para que me muestre el lugar al que vamos. - dijo Cal levantándose.

Asentí.

- Bien voy a cambiarme de ropa. - dije.

Una vez en mi cuarto solté mi cabello y me lave el rostro. Sentí que la puerta se abría miré y era Daniel.

- ¿Deberia ponerle seguro a mi puerta? - pregunté divertida.

- Aún así entraría. - dijo él tomandome y besando mis labios.

Me apretó más a él y me perdi en sus besos, él me cargo y me puso en mi cama, empezó a besar mi cuello y lo deseaba. Pero teníamos que salir.

- Dan... Tenemos ... Que... ¡Ah!... Irnos... - dije.

Daniel dejó de besarme y me miró con cara triste. Sonreí.

- ¿No podemos quedarnos? - preguntó haciendo un puchero.

Me gusta este Daniel, su lado infantil, bueno aunque todos sus lados me gustan.

- No niño. - le dije.

Él me miró.

- No dices que soy niño cuando gritas mi nombre. - dijo sonriendo.

Me sonroje y rodé los ojos.

- Vete. Tengo que cambiarme. - le dije tratando de no reír.

Daniel se acomodó en mi cama y paso sus brazos por su cabeza. Era jodidamente sexi.

- Adelante. - dijo.

- ¿En serio? - pregunté.

Él se encogió de hombros.

- Bueno sólo quiero decirte como se te ve la ropa, ya sabes a las chicas le gusta eso. - dijo haciéndose el inocente.