El lirio.

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Caleb.

Tomé varias Dagas y espadas sagradas, Lisandro me las dejó cuando se fue, tomé todo el dinero que tenía y tomé la lista con unos nombres que me dejaron los padres de Isa.

Leí la lista...
- Rodrigo Scaff
- Carla Crosiffte
- Leandro Muller
-Cristopher Primer
-Melissa Amirs.

Lisandro me dio esta lista, me dijo que si necesitaba unos guerreros ellos estarían dispuestos.

Me dirigí hacia donde ellos se hallaban, eran guerreros así que debían estar en el aula de entrenamiento.

Entré sin ser visto, los fui trayendo a cada uno de ellos una vez los tuve a todos pude hablar.

- Soy Caleb M'clow, Vengo de parte de Lisandro Mckenna e Isabella O'brine. - les dije.

Ellos se miraron los unos a los otros, luego me miraron a mi.

- ¿Es hora? - preguntó Cristopher

- Es hora, ya saben su paradero. Es momento de prepararnos para cuidar a la única Sangre pura. - le dije.

Ellos asintieron, le di un mapa con el lugar en donde nos encontraríamos dentro de pocas horas.

Me dirigí a mi casa...
Cuando llegué me sorprendió ver a Isabella y a Daniel en la puerta.

- ¡Hey! Te estábamos esperando. - me dijo Daniel.

Yo sólo la veía a ella, se veía triste y confundida. Ella me miró y sonrió. Luego se acercó y me abrazó.

- Lo siento - dijo.

- Dioses Isa, no tienes nada que sentir. Fui un idiota, pero tenía que protegerte. Lo siento por tantas mentiras - dije abrazándola.

Le lancé las llaves a Dan y este abrió la puerta.

- Tenemos que irnos - dije

Ellos asintieron.

- Me gustaría despedirme de Santiago - dijo Ella.

Asentí, era lo justo.

- Claro. - dije.

- Cal... ¿Mis padres están muertos? - preguntó

- No, los dioses no pueden morir, pero desde la última vez que los vi no he vuelto a saber de ellos... Lo siento Isa - le dije.

Ella se mordió el labio y asintió.

Tocaron la puerta.

Los tres nos miramos, Daniel sacó la Daga que le di y se puso delante de Isabella. Yo me dirigí a abrir la puerta, listo para atacar.

Cuando estaba dispuesto a golpear vi a Santiago sonriendo y a Angelica inclinada en el marco de la puerta.

- ¿Como rayos llegaron hasta acá? - pregunté.

- Ella me trajo - dijo Santiago señalando a Angelica

- ¿Como sabias donde vivo? - pregunté a Angelica.

Ella se encogió de hombros.

La Resistencia. (Duología Inmortal.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora