La Resistencia. (Duología Inmortal.)

Soy de Titanio.

Isabella.

Mañana era el cumpleaños de Daniel, ya le tenía su regalo, estaba muy feliz por mi hermano. Le pregunté a Daniel si podía invitar a dos amigos, él accedió. Así que llamé hace unas horas a Santiago y Angelica para que asistieran mañana.

Estaba ordenando mi habitación cuando se abrió la puerta, era mi madre, Margarita.
Se veía enfadada.

- Más te vale mañana no hacer ninguna estupidez niña. - me dijo.

- No lo haré - le dije tratando de sonreirle.

Mi madre muy poco me habla, desde que recuerdo me trataba mal, me decía cosas feas. Aún así quería que me quisiera un poco, a la final era mi mamá.

- Quedas advertida, sino ya sabes lo que te espera - dijo ella, sonriendo maliciosamente.

Me entró un escalofrío, cuando tenía 14 años, sin querer derramé un poco de jugo en la cocina y ella estaba viéndome. Daniel no se encontraba en casa... Ella me subió por el cabello a una habitación que era para invitados, cogió una correa y empezó a golpearme fuerte por la espalda con ella, al principio grité, grité fuerte pero entonces fue peor porque me decía cosas horrendas y me golpeaba a la vez. Así que decidí mejor tratar de no gritar. Fue espantoso.

- Si, Madre. - le dije.

- No me digas así, nunca te querré como mi hija. - dijo esta y salió de mi habitación.

Me senté en mi cama y se me salió una lágrima. Pero traté de no pensar en ello y la limpié enseguida.

Fui al armario y miré el regalo de Daniel, Sonreí. Le iba a Encantar. Era un reloj que el tanto quería, estaba agotado en todos lados, pero logré conseguirlo.

También le compré su colonia favorita. Le puse una nota que decía <<Para el mejor Hermano del mundo I.>> . Lo volví a guardar y miré el otro obsequio Sonreí maliciosamente.

Siempre le hacia bromas a Daniel en su cumpleaños.
Esta vez fui a una tienda y el chico muy amable me ayudó a armar el regalo.
Era una especie de trampa, una vez se abriera salía un muñeco gritando y escupiendo mucha baba de color verde. cuanto me va gustar ver esto.

Daniel.

Mañana era mi cumpleaños, no quería ninguna fiesta, las odiaba. Pero tenía que hacerlo para mantener a mi "Familia" feliz.
A ellos le gustaba esto de aparentar ser la familia con más dinero y perfecta. Suspire.

Lo único que me motivaba, era ver con que locura saldría Isa cada año, era muy ingeniosa la chica.

Estaba entregando las invitaciones, ella me dijo que iría el idiota de Santiago y la tal Angelica. Le comenté a Caleb y él me prometió que tendría un ojo sobre Angelica. Me tocó decirle que sí a mi hermana, ya que no podía decirle la verdad. Eso traería muchos inconvenientes.

Llegué tarde a casa, fui a ver como estaba Isa y la encontré dormida. Le di un beso en la frente y me fui a mi habitación. Me quedé dormido enseguida...

Sentí que me saltaban encima... Abrí mis ojos.
- ¡¡¡Feliz Cumpleaños!!!- Decía muy emocionada Isabella.

Miré el reloj eran la 1:05

- Isa, es temprano. Vamos a dormir. - le dije

Pero ella no me hacia caso, como siempre. Comenzó a abrazarme y cantarme el feliz cumpleaños con un pequeño pastelito con una velita encima. Se veía tan tierna, sonreí y apagué la vela.