Capitulo 6: Valor óptimo

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El aire fresco de la mañana golpeaba suavemente nuestros rostros que seguían contemplando la solitaria ciudad. Se sentía bien tener compañía después de estar tanto tiempo manejándome por mi cuenta. Seguía pensando en las palabras que me había dicho Glenn que inmediatamente me trasladaron a mis padres, a Jack o incluso o a todas aquellas personas que habían fallecido. Nadie que me quisiera hubiera querido que me rindiera, que me quedara cruzada de brazos esperando que todo simplemente sucediera. Este hombre que tenía a mi lado era tan profundo que me asombraba, parecía tener la misma edad que yo, cerca de veintitrés años pero sus palabras parecían de alguien mayor, estaba claro que era maduro para su edad, o vaya a saber, capaz ese mundo lo había transformado en lo que era en ese momento. No voy a negar que tenía algo de curiosidad por él, quería saber como había sido su vida antes y estaba segura que en algún momento se lo preguntaría pero todavía no dejaba de ser alguien desconocido. Me preguntaba que hubiera pasado si la persona que estaba gritando en la calle aquel día fuera uno de los que atacaron el refugio de Glenn. Si lo hubiera dejado entrar a mi casa como hice con él. ¿De veras debía confiar tanto en las personas? En realidad mi cabeza de a momentos daba tantas vueltas que hasta me hacía pensar que tal vez él no era uno de los buenos, pero como saber si nunca había salido de allí, como saber quien era bueno y quien era malo en ese mundo donde lo único que valía era sobrevivir.

-Bueno, supongo que iré a caminar un poco, ¿quieres venir?-dijo él finalmente rompiendo el silencio.

-Esta bien, iré-respondí algo dudosa.

-Es un avance-dijo, sonrió y se dio la vuelta. Cerré la ventana y en cuanto me di la vuelta Glenn estaba sosteniendo su arma.

-¿Que haces?-dije.

-Pues, no pensaras que saldré sin ella...

-Oh, lo siento, pensé que...- otra vez mi cabeza haciendo tantas preguntas que me hacía quedar como una estúpida desconfiada.

-Maggie, no quiero herirte, si lo hubiese querido hacer lo hubiera hecho mientras dormías, ¿no te parece?-dijo mientras colocaba el arma en la funda del cinturón.

Asentí y al mismo momento me sonrojé. Él tenía razón, si hubiera querido matarme, robarme o lastimarme ya lo hubiera hecho. Tomé un abrigo ligero y cruzamos la puerta de entrada.

-¿No vive más nadie aquí?-preguntó mientras bajábamos las escaleras.

-Solía vivir más gente en los otros pisos, pero luego de que los soldados se fueran todos se marcharon.

-Así que tu estabas dentro de unos de los perímetros...

-Si, aunque por lo visto no sirvió de mucho-reí y él hizo lo mismo.

Llegamos a la puerta principal, Glenn tomó el arma con seguridad y abrió la puerta rápidamente en caso de que hubiera algún caminante detrás de ella. Por suerte no lo había, algunos se observaban a lo lejos pero no parecían amenaza ninguna. Caminamos algunas cuadras sin ningún problema cuando después de algunos minutos Glenn se detuvo de repente. Me di vuelta y lo vi agachado en el piso sosteniendo un sombrero de color rosado.

-¿Que sucede?-pregunté mientras me acercaba a él.

-Este sombrero le pertenecía a una pequeña de mi grupo, Mia. Ella estuvo aquí- afirmó.

-¿Crees que aún este por aquí?-dije mirando hacia ambos lados. No parecía haber ningún otro indicio cerca.

-No lo se-dijo mientras se ponía de pie aún sosteniendo el sombrero.- Solo tiene ocho años, no puede estar muy lejos- Vaya, una niña sola en esta situación si que era algo por lo cual preocuparse, si yo vivía asustada no podía imaginar lo que estaría sintiendo la pequeña.-Deberíamos buscar por aquí cerca, al menos hasta que empiece a oscurecer.

Estaba totalmente de acuerdo en buscar a la niña, pero Glenn sabía defenderse, en cambio yo solo tenía alguna simple y escasa idea de como sostener un cuchillo de cocina, la verdad es que no quería arriesgar mi vida allí afuera, pero irme y encerrarme en casa nuevamente no era una opción, debía hacerlo, por mi y por la niña.

Tomamos camino por la calle paralela a la casa de Patrick. Glenn aún sostenía el sombrero y miraba en todas las direcciones.

-¡Mia!- exclamó en busca de alguna respuesta. Pero el ruido que provocaban los árboles era lo único que se oía.

A lo lejos un par de caminantes se dirigían hacia nosotros, Glenn sacó un cuchillo que tenía guardado y se preparó para el ataque. Mató a uno y luego al otro, parecía fácil a simple vista, no se porqué a mi me costaba tanto. Ni bien cayeron en el piso nos abrieron camino a algo totalmente desconcertante. Había un cuerpo allí, en la calle, cubierto de sangre y restos. Glenn se llevó las manos a su rostro y se acercó lentamente. Yo observaba de lejos y al verlo allí arrodillado al lado del cuerpo era terrible. Al verlo agachar la cabeza me acerqué a él.

-Es su madre Maggie, es Andrea- dijo y suspiré al saber que no era la niña, era su madre, si, era una persona muerta, pero lo positivo era que la niña podía seguir con vida. -Imagina como estará ella, imagina como se sentirá si ha visto a su madre ser devorada.

-Tranquilo, primero debemos hallarla.

-Debemos enterrarla...-dijo mirando el cuerpo.

-¿Que?-pronuncié.

-No podemos dejarla aquí, ella era una de mi grupo, no puedo hacerle esto- dijo poniéndose de pie.

Ambos tratamos de cavar un pozo en el patio de una casa cercana, a pesar de que no quedó muy profundo fue lo suficiente para que él se sintiera mejor.

Comenzamos nuevamente la búsqueda, pero ahora sentía que verdaderamente debía hallarla, ver a su madre en ese estado me llevó directamente a la imagen de mi madre convertida en uno de esos monstruos, pensar en lo que estaría sintiendo Mía en ese momento me producía un nudo en el pecho.

CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora