Capítulo 23: El chico asiático

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  Jessica me llevó detrás de una pared que dividía el galpón y me mostró una pequeña habitación con una cama vacía. 

-Esta será tu cama, ponte cómoda te estaré esperando con el resto - dijo y se marchó. 

Me llamaba la atención lo solidarios que eran, o eso parecía a simple vista.

En el lugar parecía haber cierta estabilidad, por lo que me había dicho una de las chicas llevaban allí casi cuatro meses lo que era un largo tiempo teniendo en cuenta lo difícil que era mantenerse en un lugar en concreto. Hacía un mes igualmente que habían sido atacados por los que Glenn se refería como "los bravos", murieron casi la mitad de los que allí se encontraban pero pudieron levantar nuevamente el lugar y salir a flote.

 Apoyé mi bolso sobre la cama que estaba cubierta con unas sábanas azules, todo estaba perfecto pero igualmente extrañaba mi cama. Me senté y comencé a sacar todas las cosas que había llevado entre ellas la foto de mi familia. 

Suspiré pensando en la vida que estaba por comenzar a vivir. Estaba claro que se aproximaban cambios gigantescos. Estaba viviendo con completos desconocidos y eso no me dejaba tranquila. Tenía que aprender a conocerlos y a llevarme bien para evitar cualquier problema. Sabía que en todo caso Glenn estaría para mi, entre todos ellos, él era en el único que podía confiar, aunque después de todo lo vivido los días anteriores parecía que esa confianza había decaído un poco. Estaba agotada psicológicamente, necesitaba descansar pero en ese mundo era casi imposible. 

Opté por cambiarme la remera que llevaba puesta, así que me la saqué, en ese momento entró Glenn a la habitación y sentí como mi corazón parecía acelerarse, él al verme solo de corpiño se dio vuelta rápidamente y pidió disculpas. 

-¿Qué quieres?- dije sacándole importancia a lo que acababa de suceder y poniéndome la remera limpia. 

-Quería conversar contigo, pero puede ser en otro momento- dijo aún sin darse vuelta.

-Ya date la vuelta, no exageres-dije algo sonrojada.

 Se dio la vuelta y me quedó mirando. 

-Vayamos afuera, necesito tomar un poco de aire- dije y caminé hacia la puerta. 

Glenn me siguió y ambos nos sentamos en unos pequeños troncos que se encontraban cerca del galpón. 

-Entonces...-dije tratando de apurar el asunto. 

-Maggie, debemos hablar de lo que sucedió-preguntó. 

-No hay nada que hablar-dije mirando hacia el bosque.

-Claro que si, no me has dirigido la palabra en dos días, está claro que estás enfadada conmigo-dijo algo nervioso. 

-¿Qué es lo que tanto te molesta, Glenn?

 Él bajó su cabeza y yo sabía que trataba de encontrar las palabras justas pero aun así había tanta ira en mi que me paré agotada y caminé hacia el bosque esquivando las tantas latas que colgaban allí. Él levantó la cabeza enseguida y me siguió otra vez.Me detuve bruscamente y me di vuelta. Él se encontraba justo detrás de mí, demasiado cerca. Demasiado. 

-Lo siento- dijo alterado y agotado al mismo tiempo- Te he dicho de mil maneras que lo sentía, no pude hacer más nada, Maggie. 

-Lo se-dije.

-¿Entonces por qué ya no me hablas?

-No lo se, solo necesito tiempo para procesar todo lo que ocurrió.

 Miré hacia el costado y crucé mis brazos. 

-La chica, ¿es tu novia?- pregunté finalmente. 

-¿Qué chica?- preguntó confundido -¿Kyla? Ella no es mi novia- continuó negando con la cabeza. 

-Ah, ¿no?- pregunté algo sorprendida. 

-Claro que no, es solo una buena amiga. 

Me crucé de brazos y realmente me sentía una adolescente haciéndole escenas de celos a su novio. Eso era lo que parecía. Una escena de celos. Pero ¿podía negar que no estaba celosa? Él no era mi novio, ni siquiera sabía si lo podía etiquetar como un amigo. Lo cierto era que él sabía mucho más de mi que lo que yo sabia de él. Nunca me había gustado hurgar en la vida de las personas, mucho menos en su pasado pero en realidad sentía que yo le había contado demasiado y merecía saber algo sobre él. Tal vez no se sentía cómodo hablando conmigo. 

-¿Acaso estas... Celosa?-preguntó con una sonrisa pícara. 

Negué con la cabeza y evité hacer un escándalo por lo que acababa de decir. 

-¿Entonces qué ocurre?-preguntó notando mi rostro de indiferencia.

-Es que... Todo este tiempo te he contado miles de cosas sobre mí, como era mi vida, cuáles son las cosas que me gustan y las que no, y a veces siento que tal vez tú nunca tuviste ganas de escucharlo y yo tan solo escupí todo sobre ti solo porque se sentía bien tener a... Alguien. 

-Maggie, ¿qué diablos te hace pensar eso?-dijo negando con la cabeza. 

-El no saber nada de ti, porque realmente no lo sé, todo este tiempo estuve contigo, pero no te conozco, puedo saber cómo eres por cómo te muestras conmigo pero... 

-El no haberte contado lo que solía ser no significa que no me interesé por ti, escuché cada una de tus palabras y situaciones que has vivido, y lo he hecho por qué realmente quería hacerlo. 

-Entonces, por qué te resulta tan complicado hablar conmigo...

 -Maggie, tienes que saber que hay cosas de mí que tal vez no te gusten, es por eso que no hablo sobre mi vida, no quiero que pienses mal de mí, lo que yo soy ahora no siempre fue así, mi vida nunca ha sido sencilla- me interrumpió, bajó la cabeza y pasó su mano por su rostro.

-Esta bien, lo siento- dije acercándome a él y puse una mano en su brazo - es solo que me gustaría conocerte. Estábamos en plena oscuridad, la luz encendida a las afueras del galpón alumbraban solo lo suficiente para ver nuestros rostros. Sentía atracción por él, por cómo era conmigo, por lo poco que sabía de él, y por cómo su mirada hacia estremecer cada parte de mi cuerpo. 

 Estaba enamorada de ese chico asiático. Estaba enamorada de Glenn.  


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-Sil.S

CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora