Capítulo 53: De a dos

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La frazada parecía ser la capa que me ocultaba de todos los problemas. Lo fue desde que tenía uso de razón. De pequeña cuando le temía a algo en la oscuridad me tapaba la cabeza con las sábanas como si fuera un escudo protector. Y creo que todos lo hemos hecho en algún momento, así que espero que no me juzguen por ello.

La puerta de la habitación se abrió y suspiré profundo. Me di la vuelta y allí estaba Glenn de espalda, con su cabello todo despeinado y con algo de tierra en su remera. Me enloquecía por completo y lo amaba tanto que la palabra te amo le quedaba bastante chica. Tenía miedo por nuestra relación, no sabía de que forma iba a tomar la noticia, no sabía si le agradaría o simplemente eso arruinaría su vida.

-Glenn-pronuncié suavemente.

-¿Si?-dijo pero aún sin darse la vuelta.

-Necesito hablar contigo-dije incorporándome en la cama.

-Te escucho-dijo y seguía sin prestarme la atención que verdaderamente necesitaba en ese momento. Quería que me mirara a los ojos, quería ver su rostro y sus expresiones al contarle que todo en nuestras vidas estaba a punto de cambiar. Necesitaba verlo.

-Glenn-exclamé tratando de que se diera la vuelta y eso sucedió. Noté como su preocupación salía a flote seguramente al ver mis ojos hinchados de tanto llorar.

-Maggie ¿Que sucedió?-dijo y se acomodó en la cama para poder observarme mejor. Realmente no sabía como comenzar, habían tantos pensamientos en mi cabeza que realmente no sabía si empezar diciéndole lo que pasaba de verdad o hacer una clase de discurso previo. La realidad sería la misma y al ver su cara de preocupación opté por no alargar demasiado el tema.

-¿Recuerdas mis dolores de estómago?-dije tratando de contener las lágrimas.

-Si, claro-dijo asintiendo pero aún sin comprender.

-Hablé con Rita...sobre eso...algo no estaba bien conmigo, podía sentirlo.

-¿Te encuentras bien?-dijo preocupado probablemente pensando que se trataba de una enfermedad.

-Si, lo estoy, es solo que existía una posibilidad...-hice una pausa y suspiré. Tomé su mano y sentí como mis ojos no podían retener las millones de lágrimas que habían allí. Me sentía completamente indefensa, minúscula ante él, la noticia que estaba a punto de darle aún no podía creerla ni yo misma.

-¿Una posibilidad?-preguntó- Maggie ¿qué está sucediendo?-continuó mientras yo apretaba su mano.

-Estoy embarazada, Glenn-dije y de repente sentí que esas palabras eran más grandes de lo que yo creía. Todavía no había tomado conciencia de la magnitud de lo que estaba viviendo, de lo que estábamos viviendo. El rostro de Glenn se desfiguró completamente y por un momento hasta creyó que le estaba haciendo algún tipo de broma. Bajó la cabeza, soltó mi mano y se la pasó por su cabello despeinado- Glenn-volví a exclamar ya que su silencio estaba comenzando a asustarme.

-¿Estas segura?-dijo seriamente pero aún sin mirarme a los ojos.

-Lo estoy, Rita me ha conseguido una prueba-dije aún llorando.

-¿Por qué no me dijiste lo que estaba sucediendo?-preguntó.

-Por que no quería decírtelo sin tener algo concreto, no quería preocuparte-dije y él inmediatamente se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro nervioso. Yo seguía allí sentada sintiéndome como una completa estúpida. Había soñado con este momento desde pequeña, soñé con que el padre de mi hijo me abrazara al darle la noticia, al decirle que formaríamos una familia, soñé con que le armaríamos una habitación en una casa linda, pero había pasado todo lo contrario. Me encontraba en un lugar peligroso, con Glenn dando vueltas en la habitación y sin ni siquiera recibir apoyo. Lo miré y él se encontró con mi mirada, colocó sus manos en las rodillas y quedó mirando el suelo. De repente me hizo una seña de que esperara y cruzó la puerta de la habitación. Volví a envolverme con la frazada pero ahora aún peor que antes, se lo había contado y no había recibido nada a cambio. Necesitaba que me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien, que debíamos confiar, pero a cambio solo tuve una mirada dudosa y su imagen yéndose de la habitación. Estaba claro que debía darle un tiempo para asimilarlo, pero al fin y al cabo lo que estaba sucediendo era un problema de los dos, no solo mio.

CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora