Dos semanas pasaron y ese lugar comenzaba a sentirse como un hogar. El reloj que colgaba de la pared me había ayudado a establecer mis horas de sueño y a acostarme cuando era debido, lo que de alguna manera había repercutido en mi estado físico y anímico, me sentía con más energía de la habitual. Habíamos logrado clasificar y contar los alimentos que teníamos almacenados y si todo iba bien no tendríamos que salir en búsqueda de provisiones por al menos un mes, lo que sonaba realmente fantástico. Parecía no haber peligro en la zona, sin embargo cada vez que salíamos era necesario ser cauteloso y precavido, aún no habíamos analizado la zona por completo lo que no nos permitía estar del todo tranquilos.
Richard se había vuelto algo ausente con el paso de los días, entendió que Kyla se había ido y que nunca volvería, como también que había muchas cosas que debía haberle contado y no lo hizo cuando hubo tiempo. Con su partida entendió que él también la amaba, no como una hermana ni como una amiga, la amaba como yo lo hacía con Glenn y eso fue lo que logró partir por completo su corazón. Glenn había tratado ya varías veces de acercarse a él y hacerle entender que estábamos si necesitaba ayuda, pero se encontraba encerrado en una burbuja que parecía imposible de pinchar.
A pesar de mi falta de esperanza me pasaba casi todo el día en el laboratorio, aunque siguiera convencida de que nada cambiaría, aun me resultaba interesante leer todos sus descubrimientos y qué cantidad de cosas había realizado el gobierno para que el virus no se propagara, lo que evidentemente no funcionó.
Jessica y Sofía insistieron en instalar una pequeña huerta al lado del refugio la cual ellas mantenían y cuidaban día a día, era lo que las mantenía ocupadas por un buen rato.
Todo se estaba tornando lo bastante normal como para hacernos recordar a lo que era nuestra vida en el galpón, a pesar de que estuve poco tiempo allí ya comenzaba a notar el cambio de humor en nosotros. Días antes parecía que no volveríamos a sonreír y por fin lo estábamos volviendo a hacer, pude comprobar que el entorno si influía en lo que eramos y en lo que sentíamos.
Con Glenn la situación se había vuelto más intensa, a veces pasábamos toda la tarde en la cama hablando de la vida o simplemente haciendo de las nuestras. Me daba gracia pensar que parecíamos dos adolescentes enamorados tratando de esconderse del mundo. Recordábamos a Mía cada día, a aquella niña que fue casi como una hija para nosotros, nos colocamos en la muñeca una pequeña cinta de color azul que habíamos encontrado para tenerla siempre presente, de alguna manera era lo que nos hacía sentir que ella estaba con nosotros y que nos daba fuerzas para seguir luchando.
Me encontraba sentada en la habitación de Rita, había optado por una al final del pasillo, casi aislada de todos, por lo tanto una de las más frías. El invierno estaba llegando y debíamos conseguir ropa que se adaptara a la situación, así que tarde o temprano tendríamos que salir a buscar.
-¿De veras no prefieres una más cerca del salón?-le pregunté a Rita sobre la habitación.
-No, me gusta ésta, ademas el único problema es el aire que entra por la ventana, después de todas las noches en el bosque ésto no es de gran importancia-pronunció mientras forzaba la ventana.
-Si, lo sé-dije mientras miraba un foto que ella había colocado en la pared-¿son tu familia?-pregunté. Ella se dio la vuelta y observó la foto, en ella había un hombre y dos niños.
-Si, lo son-dijo.
-¿Que sucedió con ellos?-pregunté.
-Su padre. Cuando la locura comenzó a difundirse en los medios él tomó las cosas y se marchó-pronunció.
-¿Se fue con los niños?-pregunté asombrada.
-Me encontraba en el trabajo, llamó desesperado, hablaba de muertos vivientes ¿acaso era algo creíble?- hizo una pausa- Tomaba mucho alcohol, así que supuse que se trataba de otro de sus delirios. Lo único que se es que llegué a mi casa y allí ya no había nadie-dijo y observó la foto otra vez.
-Rita-exclamé-lo siento mucho.
-Solo espero que estén bien-continuó. No sabía que Rita tenía ese pasado, de todas formas no sabía mucho sobre ella, pero su historia de veras que me dejó impactada. No imagino el sufrimiento que habrá pasado, la desesperación de no saber si sus hijos estaban con vida o no.
Fui en busca de Glenn, hacía un buen rato que no lo veía y por lo que me había dicho Rita se encontraba arreglando uno de los paneles solares en el tejado. Subí las escaleras y abrí una de las puertas que allí habían, sinceramente nunca había subido a ese sitio así que no tenía muy claro que puerta conducía hacia la azotea. Resultó ser la correcta, la luz del sol ingresó al lugar y pude visualizar sin problema a Glenn junto a uno de los paneles. Me acerqué a él y lo abracé por atrás, le di un beso en su cuello y él me tomó por los brazos para poder ver mi rostro.
-¿Que haces aquí arriba?-me preguntó.
-Vine a verte-dije y lo besé. Miré a mi alrededor, era cierto que el lugar no era lo suficientemente alto como para tener un paisaje increíble pero se podía observar casi todo el bosque desde allí.
-Creo que he terminado-dijo colocando una de las herramientas en su bolsa.
-Está bien ¿podemos quedarnos aquí un rato?-pregunté.
-¿Aquí?-preguntó algo confundido.
-Si, mira, no puedes decirme que no es una linda vista ¿cuanto hace que nos ves algo así?-pregunté refiriéndome al paisaje.
-Bueno, probablemente desde que fui al gran cañón del colorado.
-Oye, creo que eso no tiene comparación-dije riendo.
-Si, lo tiene. El silencio que hay allí arriba es casi tan intenso como este, puedes escuchar hasta tu propia respiración.
-¿Te gusta?-hice una pausa- el silencio-continué.
-Es bueno para pensar, solía gustarme antes, ahora ya no-dijo mientras me abrazaba por los hombros.
-Bueno, parece que tendré que hablarte siempre-dije y reí.
-Está bien, me gusta el silencio cuando estoy contigo-dijo mirándome a los ojos.
-Me gusta aquí, me gusta lo que estamos formando-dije abrazándolo y colocando mi cabeza sobre su pecho.
-Lo se, a mi también me gusta. Es nuestra casa ahora-dijo y me besó la frente.
Sil
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CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)
Fiksi PenggemarMaggie ha quedado sola luego de que el mundo se convirtiera en lo más temible. ¿Como es posible pensar en la vida con la muerte alrededor? Tal vez aparezca alguien que haga surgir en ella la esperanza. Tal vez en un mundo de muertos vivientes aún se...