CUANDO LOS MUERTOS VIVEN -The walking dead (Maggie y Glenn)

Capítulo 38: A salvo

No había nada que decir. Cada uno de nuestros rostros reflejaba miedo, terror y sobre todo preocupación. Esas personas les habían arrebatado mucho más que la tranquilidad, habían matado personas, torturado a varios de ellos y hacerles pasar el peor momento de su vida. No podía ni siquiera imaginar lo que estaban sintiendo en ese momento. Rita volvió a prender algunas velas pero no demasiadas para no llamar la atención. Las cortinas estaban cerradas pero el lugar seguía sintiéndose inseguro, volvía esa horrible sensación de no poder defendernos, las municiones eran tan escasas como las chances de enfrentarnos contra ellos y ganar. Mike algo deprimido, posiblemente al recordar que esos hombres le habían arrebatado a su madre, se dirigió a uno de los sillones donde dejó caer su cuerpo completamente y junto a eso cerró los ojos. Mark sabía lo que su hijo estaba sintiendo por dentro, por lo que Jessica me había comentado él no tuvo tiempo de despedir a su esposa de la manera correcta, no tuvo tiempo de darse cuenta y entender que era lo que había sucedido, su hijo estaba sufriendo y se encargó de él desde el primer momento. Pero ahora al ver a esos hombre matar a otra mujer pareció hacerle acordar todo lo que él y su hijo habían sufrido por su culpa, su rostro buscaba venganza y se lo veía inquieto.

Richard se sentó en una de las esquinas del living y apoyó su cabeza contra la pared, Kyla hizo lo mismo a su lado, le tomó la mano y él sonrió. Glenn seguía observando por la ventana, quería asegurarse de que no hubiera nadie más allí afuera. Jessica y Sofía se acostaron en los otros dos sillones y el resto del grupo nada más vagaba por la casa. Habíamos cambiado uno de los sillones que se encontraba tras la puerta de entrada por un mueble viejo que parecía más pesado. Las posibilidades de que alguien entrara y no lo notáramos eran bajas, pero Mark igual sugirió que hiciéramos guardia y por lo tanto él decidió hacerla esa noche, así que se quedó junto a la puerta apoyado contra la pared, su arma se encontraba entre sus rodillas como si alguien fuese a entrar en ese momento, se lo notaba tenso y en guardia. Glenn estaba bastante parecido a él así que me acerqué para distraerlo un poco.

-Glenn...-dije.

-¿Que ocurre?-preguntó.

-Vamos a descansar un poco-respondí.

-No puedo, Maggie. No después de lo que vimos.

-Estamos bien aquí, esta todo cerrado, ellos no saben que estamos aquí, no hay razón para que vuelvan.

-Debo quedarme con Mark-pronunció.

-Glenn, creo que él necesita estar solo.

Lo tomé de la mano y aunque no parecía nada conforme me siguió hasta la habitación en donde habíamos estado hacía tan solo unos minutos. Glenn cerró la puerta y se acostó en la cama mientras yo volvía a prender una de las velas en la mesa de luz. Me acosté a su lado y ambos nos quedamos mirándonos por algunos segundos, la cama era de una plaza así que era lo relativamente pequeña como para que su boca se encontrara a centímetros de la mía.

-Me gustaría poder llevarte a un lugar seguro-dijo.

-Lo sé, lo hallaremos pronto-respondí.

-¿Estás preocupada?-preguntó.

-No lo se, luego de todo lo que les han quitado a ustedes...

-Mañana ya nos iremos de aquí.

-Podríamos encontrarnos en cualquier momento, es lo que pasa siempre.

-Estoy contigo, no voy a dejar que nada te suceda.

       

Sus palabras me producían mucha ternura y sus ojos me enloquecían. Besé sus labios fríos, deseaba estar entre sus brazos tan solo por algún momento. En todo ese tiempo no habíamos tenido muchas oportunidades para estar juntos y aunque el mundo se estuviese cayendo y el amor pareciese lo menos importante, en realidad lo era.En mi caso era lo único que me mantenía de pie. Estaba segura que lo amaba y estaba lista para dar el segundo paso. Lo había estado pensando durante algún tiempo y en realidad lo quería. Me aparté de sus labios y los llevé hasta su cuello, dándole pequeños besos sobre su piel. Glenn sabía claramente a que me refería. Desde aquella vez en el galpón él había estado esperando por mi, sin presionarme ni cuestionarme y eso me enamoraba aún más. Por dentro estaba nerviosa, como cualquier otra persona, pero al mismo tiempo me sentía segura a su lado. Nos encontrábamos solos en una habitación,por fin estábamos relajados, la circunstancias ameritaban a que pasara. Mientras yo continuaba besándolo, Glenn bajaba con suavidad sus manos hasta el borde de mi remera e introducía sus manos entre mi cuerpo y la misma. Sus manos estaban heladas lo que me hizo reír y él hizo lo mismo. Su risa era música para mis oídos y hacía estremecer cada parte de mi cuerpo. Volví a su boca mientras él me quitaba la camiseta dejándome en ropa interior. Me separé de él y lo miré a los ojos. Él esperaba que me deshiciera de su ropa y así fue. Cada vez que mis labios se separaban de los suyos parecía perderlo todo. Nuestra ropa comenzó a formar parte de la decoración,Glenn me sonreía entre besos y yo hacía lo mismo. Por un momento me preocupo el hecho de que alguien ingresara a la habitación pero de todas formas no estábamos haciendo nada malo, ya todos sabían que estábamos juntos, por lo tanto sin estar viéndonos seguro se imaginaban que estaba sucediendo en la habitación en ese mismo momento. Me sentía tan tranquila junto a él que quería que ese momento fuese eterno. Nuestros cuerpos ya se encontraban totalmente desnudos y aunque la vergüenza me invadiera por momentos sabía que amaba a ese hombre con locura. En la cama ya destendida me entregué a él, olvidando todo lo anterior, dónde estábamos y hasta quienes eramos, solo sentía sus besos en mi cuerpo y su piel rozando con la mía y por ese momento me sentía la mujer más afortunada del mundo, afortunada de aún poder tener a alguien que me hiciese sentir así.

-Te amo-le dije y me besó.

Bueno, aunque parezca medio boludo estos tipos de capítulos me cuestan mucho básicamente porque requiere imaginación extra jajaja. Así que por favor comenten que les pareció ya que realmente me gustaría saberlo. No se olviden de votar!

Sil